Dispuso cebos de carne “impregnados de plaguicida” con “la finalidad de dar muerte a los predadores y muy especialmente a las águilas imperiales que nidificaban”. Estos son los hechos probados por los que un ganadero de Viso del Marqués (Ciudad Real) ha sido condenado a un año y ocho meses de cárcel además de pagar 360.000 euros de indemnización. Seis ejemplares de esta ave en peligro de extinción comieron los pedazos con veneno y murieron. También cayó un zorro.
El juzgado de lo Penal nº1 de Ciudad Real ha considerado que el acusado quiso eliminar así potenciales predadores de su explotación de gallinas y corderos. Los cebos se colocaron “en zig zag y en línea recta” desde la propiedad hacia los nidos de estas águilas. Así murieron cuatro ejemplares adultos (dos machos y dos hembras) y otros dos jóvenes, de entre tres y cuatro años de edad.
El acusado trató de excusarse explicando que los animales podían haber muerto en cualquier otro lado y luego ser trasladados a su parcela cosa que descarta la jueza por no haber signos de arrastre de los cadáveres. Todas las águilas y el zorro que perecieron, murieron por comer veneno, según confirmaron las necropsias que se practicaron.
El águila imperial es una especie en estado muy delicado de conservación. La destrucción del hábitat y la desaparición de sus presas naturales están detrás del declive de la especie que solo vuela en España. “Los hechos se produjeron en una Zona de Dispersión especialmente importante para las únicas 150 parejas que anidan en Castilla-La Mancha”, ha añadido la Sociedad Española de Ornitología al conocer la sentencia.