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Confirmado el giro conservador de la Conferencia Episcopal, con Luis Argüello como presidente

Jesús Bastante

en religiondigital.com —
5 de marzo de 2024 10:36 h

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El arzobispo de Valladolid, Luis Argüello, fue elegido como presidente de la Conferencia Episcopal en primera votación, por mayoría abrumadora, 48 votos, y sustituye a Juan José Omella. Argüello se impuso con solvencia a Cobo y a Sanz. El candidato moderado, José Cobo, será la compensación de este giro a la derecha. Los obispos han elegido como vicepresidente a este obispo cercano al papa Francisco con 39 votos en una segunda votación. A lo largo de la jornada se conocerá el resto de miembros de la Comisión Ejecutiva, y entre esta tarde y mañana la composición de la Comisión Permanente, que marcarán el estilo de la Conferencia Episcopal en los próximos cuatro años.

Luis Javier Argüello García (Meneses de Campos, Palencia, 16 de mayo de 1953) es un obispo español de 70 años. Es el arzobispo de Valladolid desde julio de 2022.

Polémica por la gestión de los abusos

Todo su ministerio sacerdotal y episcopal lo ha desarrollado en la Archidiócesis vallisoletana: primero, como rector del Seminario y vicario general, entre otros muchos cargos. Después, en 2016, fue nombrado obispo auxiliar del entonces cardenal arzobispo Ricardo Blázquez. Cuando Blázquez cumplió los 80 años (es decir, cinco años después de haber presentado su renuncia), Argüello fue nombrado arzobispo. 

Argüello fue secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española (CEE) entre 2018 y 2022, cargos de enorme responsabilidad y gran visibilidad. Abandonó el cargo voluntariamente al ser nombrado arzobispo de Valladolid. Cuando dimitió como portavoz, muchos interpretaron que lo hacía 'quemado' públicamente tras una polémica gestión de comunicación de la crisis por los abusos cometidos en el seno de la Iglesia, con sucesivos cambios de rumbo y sonoros patinazos en varias ruedas de prensa incluidos. Cuando se planteó una investigación independiente capitaneada por el Defensor del Pueblo, Argüello dijo públicamente que la comisión parlamentaria era una “trampa saducea” y que “si hubiera una verdadera preocupación por las víctimas se tendrían en cuenta todas las realidades de los abusos en España”. “Que solo miren a la Iglesia nos genera inquietud”, dijo entonces. 

Ya como arzobispo de Valladolid, Argüello llegó a decir que no había que juzgar “con la mentalidad de hoy” los abusos cometidos “hace 40 años”. Ahora, ha sido elegido por los obispos presidente de la CEE, por amplia mayoría y en primera votación.

Sin embargo, el primer gesto de Argüello y Cobo nada más ser elegidos, antes de comparecer ante los medios, ha sido acercarse a dialogar con las víctimas de abusos (entre ellas, los padres del caso Gaztelueta), y comprometerse a dialogar con ellas más extensamente en el futuro. ¿Sólo un gesto, o algo que marcará el futuro?

“Hemos querido recoger la protesta, y seguir esforzándonos en la transparencia, en cambiar nuestra cultura, poniendo la centralidad en las víctimas, no tanto en los números, sino en la escucha”, apuntó el cardenal Cobo, quien añadió: “Hemos escuchado lo que decían, y seguiremos quedando con ellos para que haya un diálogo fluido, es nuestro trabajo y lo que vamos aprendiendo”. 

Por su parte, el flamante presidente destacó su intención de “impulsar la sinodalidad en la Iglesia” y hacer “un ejercicio de escucha”, así como contribuir a “propiciar encuentros y reconciliaciones” en la sociedad española.

¿Cuáles son los retos de la CEE? “Que la voz de la Iglesia esté más presente; deseamos estar presentes en la vida pública desde la vocación laical”, recalcó Argüello. “Estamos deseando que los laicos tiren de nosotros”, apuntó Argüello quien, preguntado por su relación con el Gobierno, abundó en su deseo de fomentar “una colaboración que tiene que ser leal, respetuosa y crítica”, y admitiendo que “muchas veces los comentarios o nuestras propias torpezas pueden hacernos pensar que somos de distintos bandos”.

¿Cuál será su impronta? Argüello aclaró: “No tenemos más programa que lo que la comunión de los obispos vaya diciendo. Por eso tampoco hacemos campaña ni somos bandos distintos”. En cuanto a sí mismo, destacó que sus pasiones son “el fútbol y leer. Así que puedo ofrecer la forofez de un apasionado por el Evangelio y la iluminación de quien le gusta leer novelas y ensayos”.

“Nos incorporamos a un tren que está en marcha”, destacó finalmente Cobo. En cuanto a sí mismo y su misión de ahora en más, el vicepresidente fue menos preciso: “Puedo ser facilitador. Hacer las cosas fáciles, poner en contacto, poner a Madrid... El servicio tiene mucho que ver con eso. Posibilitar que la gente se encuentre y se pueda ir trabajando en lo concreto”, zanjó.

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