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El Congreso aprueba la ley Celaá con el apoyo de ERC y el PNV y la amenaza de la derecha de llevarla al Constitucional

La ministra de Educación, Isabel Celaá, a su llegada al Congreso que este jueves. EFE/ Mariscal

Daniel Sánchez Caballero

19 de noviembre de 2020 11:43 h

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Habremus ley Celaá. El Congreso ha aprobado esta tarde la nueva ley de Educación (LOMLOE) con el apoyo de los partidos nacionalistas y el rechazo frontal de la derecha por 177 votos a favor y 148 en contra y 17 abstenciones. Han faltado ocho diputados por votar. Acaba de esta manera el primer y más importante trámite parlamentario con la convalidación de la que será la octava ley educativa de la democracia. El texto ahora pasará al Senado, que podrá enmendarla o validarla como está antes de devolverla al Congreso. Fuentes socialistas esperan que la ley quede definitivamente aprobada en el plazo aproximado de un mes, de manera que las partes de gestión y administrativas entrarían en vigor ya para el próximo curso. Los cambios en el currículo tendrán que esperar al siguiente.

El debate y la votación subsiguientes han explicitado la división de la cámara con la ley Celaá. La mayoría que hizo posible la investidura ha validado la norma, que ha sido rechazada por PP, Vox y Ciudadanos. El resto de partidos, incluidos Bildu y JxCat como los más grandes, se han abstenido. Los tres grandes partidos de la derecha han anunciado que llevarán la norma al Tribunal Constitucional cuando se apruebe la ley de manera definitiva por su rechazo a la supresión del castellano como lengua vehicular de la enseñanza y la rebaja que –entienden– sufre la escuela concertada en la norma.

En el debate de la mañana se han resumido las posturas de los grupos. Sergi Miquel, de JxCat, había resumido la división en la cámara y los problemas que esta va a provocar, augura. “Necesitábamos una ley no de un bando, sino un poco de todos”, ha afirmado tras agradecer al PSOE su “buena disposición” al diálogo pese a no haberse entendido. Sandra Moneo, del PP, ha sido menos amable con el Gobierno: “Es una ley profundamente ideologizada, que suprime la cultura del esfuerzo y la búsqueda de calidad”, y ha acusado al Gobierno de romper con todo: con la lengua por el castellano, con la “demanda” de la sociedad de alcanzar un pacto y con la libertad de las familias. Martínez Seijo, del PSOE, le ha reprochado que defiendan solo la libertad de quien más tiene y ha reprochado la campaña que está realizando la escuela concertada contra la ley, con el uso de alumnado menor de edad incluido. Javier Sánchez Serna, de Unidas Podemos, ha defendido que hoy es “un mal día para quien defiende que la educación es un privilegio de clase” y ERC ha destacado que “no es nuestra ley, pero es mejor de lo que había y era un deber moral desactivar la ley Wert”, mientras Miquel, de JxCat, le ha afeado a la izquierda “su obsesión por que todo sea público”. El PNV ha afirmado que, aunque tampoco es su ley ideal, “tenemos que aprovechar lo que tenemos”.

El texto de la ley ha salido adelante con la forma que el PSOE ha querido: el partido escribió el proyecto y ha ido aprobando todas las enmiendas que presentó y otras que apoyó, especialmente pero no solo de Unidas Podemos. Ninguna de las más de 300 enmiendas que se han aprobado lo han hecho sin el consentimiento del PSOE, pese al susto de última hora esta mañana. PNV y Junts presentaron a última hora de ayer una enmienda en defensa de la escuela concertada que rápidamente consiguió el apoyo de PP, VOX, Ciudadanos y otros votos sueltos de partidos pequeños como UPN y el PRC. La enmienda pretendía eliminar el punto 5 del artículo 109, sobre la oferta de plazas, que dice: “Las Administraciones educativas promoverán un incremento progresivo de puestos escolares en la red de centros de titularidad pública”. También, donde la LOMLOE habla de “garantizar la existencia suficiente de plazas públicas”, añadía un “y aquellas que garanticen la prestación del servicio público de la educación, especialmente en las zonas de nueva población”.

En esas, con la abstención de ERC la enmienda habría salido adelante. El partido alimentó la incertidumbre sin desvelar el sentido de su voto, sobre el que había dudas por la alta presencia de la escuela concertada en Catalunya. Finalmente rechazó la enmienda y la garantía de ofertas de plazas queda en la ley adjudicada a la red pública.

Pese a las discrepancias, el debate se ha desarrollado con corrección hasta el final de la intervención de la diputada del PSOE Luz Martínez Seijo. Cuando iba acabando la parlamentaria y ha agradecido personalmente a los portavoces que han apoyado la norma bajo el argumento de que “les importa la educación”, desde el sector que ocupa la derecha en el Congreso ha ido incrementándose el nivel de ruido en protesta, hasta interrumpir a la portavoz. Cuando esta ha conseguido acabar, todo el frente derecho del hemiciclo se ha levantado y se ha empezado a gritar “libertad, libertad” mientras golpeaban sus escaños.

Los gritos de la bancada de la derecha, seguidos con más entusiasmo por algunos diputados que otros, han sido respondidos por aplausos entre los partidos que componen el Gobierno por la aprobación de la ley. Bajo la protesta de PP y Vox está el elemento que más ha separado a los dos grupos durante la tramitación de la ley: el papel de la concertada, que el texto rebaja algo no de manera directa, pero sí reforzando la educación pública como garante de la oferta educativa.

La LOMLOE pasa ahora al Senado, por tanto, donde no se prevén grandes cambios por la mayoría que tiene el PSOE. La ley mantiene los cambios que se han acordado estas semanas: se elimina la referencia al castellano como lengua vehicular de la enseñanza, se pone la escuela pública como garante de la oferta educativa y se tratará de reducir la segregación del alumnado distribuyéndolo de manera equitativa por la red de centros sostenidos con fondos públicos, no habrá Ética en 4º, entre otros.

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