Sabe que la gente acudirá al Salón Erótico de Barcelona 2018, que empieza este jueves, con lupa. No en vano, Silvia Rubi, su directora artística, se ha propuesto darle otro aire a una industria que ella misma ha definido como “machista” en el anuncio promocional.
Esta actriz, productora y directora de cine X reconoce que hablar claro lleva trayéndole problemas desde que empezó en esto hace una década. “Al principio podía quitarme trabajo, pero el trabajo que me ha quitado no es que me interesara demasiado. Nunca me he callado ni una, incluso he estado dos años dándole mucha caña al festival”.
Esta edición las miradas están puestas en ella, aunque afirma que “el cambio es desde dentro” por lo que “el Salón no va a ser muy diferente al de otros años”. Le ha costado, por ejemplo, encontrar productoras ético-feministas que quisieran unirse a un evento eminentemente mainstream, pero confía en que el año que viene se continúe con esta tendencia.
¿Qué cambios habrá en este Salón respecto a años anterior?
Básicamente ya se están viendo cambios en cuanto a la dirección del festival. Todas las áreas están dirigidas por mujeres, lo que ya es un buen principio. Yo me encargo de la dirección artística y mi trabajo ha sido poner unas normas sobre el escenario, para que el público sea consciente de que, obviamente, lo que está viendo es ficción, que son actores y que todo está consensuado. Me parece un punto muy importante que el público sea capaz de verlo.
¿Sólo con la presencia de mujeres al frente se puede revertir el machismo en la industria?
No, aquí hace falta una lucha bastante interesante. Teniendo en cuenta que toda la industria es bastante machista y está dirigida por ‘señoros’, seguramente se necesite la ayuda de hombres feministas. Yo soy muy defensora de que en el feminismo cuantos más seamos mejor lo conseguiremos.
Existe una corriente feminista abolicionista, que defiende que el porno no puede ser feminista.
Me da igual, la verdad. Sinceramente, no tengo nada que hablar con las abolicionistas. Cada una tiene su forma de pensar. Como feminista lo único que espero es respeto.
Visto el el spot del Salón, en el que pedían más educación sexual, ¿reconocen que el porno mainstream es machista?
Es una autocrítica hacia el porno. Y sí, somos conscientes de que el porno mainstream es muy machista. Debemos cambiar la forma de hacer estas escenas, llegando al mismo punto de excitación. Tenemos que cambiar las historias, dejar de cosificar a la mujer y de humillarla, a menos que sea dentro de un juego de BDSM.
En el Salón no se permite la infantilización
El año pasado tuvimos como invitada a la fundación Vicki Bernardet y propusieron que nadie fuese vestido de lolita ni de colegiala para no llamar la atención de los pederastas. Hemos mantenido esa norma y he propuesto que no se utilice el típico disfraz de chacha o de enfermera, para quitar la caspa, ir a géneros neutros y no cosificar.
¿Y las escenas de humillación o violaciones?
He dejado bastante claro que todas las cosas que sean dominación o sumisión tienen que estar dentro del marco del BDSM. Ahí es donde realmente se acepta, porque es un juego de roles y el consenso es clarísimo. Vamos a intentar que no haya este juego en momentos que no toca.
En el spot dice también que el porno mainstream genera violadores en manada
Realmente el mensaje es que si tu educación sexual está basada en el porno y en nada más, seguiremos en está línea. ¿Cuántas veces se nos ha acusado de crear violadores y provocar escenas de maltrato a la mujer? Si decís que somos los culpables vamos a suponer que es así, pero, ¿por qué lo somos? Porque no hay educación sexual. No afirmamos que ver porno cree violadores, es que si tú no tienes educación sexual, ves porno y te crees que es real, puedes llegar a pensar que esto lo hace todo el mundo. Si encima tenemos jueces que dicen que no pasa nada y que se lo estaban pasando bien, lo tenemos arreglado.
Usted es, además de actriz, productora y directora de cine para adultos. ¿Nota la diferencia cuando hay una mujer tras la cámara?
Se nota muchísimo. El ambiente es muy diferente, a menos que estés en un rodaje feminista, donde hay mucho más respeto. En un rodaje más machista es como si estuvieras en los 90. Tienes estos toques de ‘nena, ven aquí’ y mil cosas que no deberían de pasar. Cuando estás rodando, estás rodando; cuando dicen ‘corten’ ya está. A partir de ahí no tendría que haber ningún tipo de contacto sexual, si no lo quieres, ni abuso de poder.
Existe una idea bastante generalizada de que en los rodajes las actrices no son respetadas.
Esto es muy amplio, porque depende mucho de la actriz. Es cierto que hay rodajes en los que las chicas se sienten presionadas y les sobrepasa un poco. Muchas veces no hay empatía, no se entiende y, al ser un equipo de hombres, la mujer se encuentra un poco perdida y no tiene alguien en quien apoyarse.
Varias actrices han denunciado en los últimos años violaciones en los rodajes. ¿Han tomado medidas para que las productoras o actores involucrados en sucesos de este tipo no estén presentes?
Hay gente a la que no se le ha dado pie y por su forma de actuar y de gestionar las cosas hemos decidido que no participe. Pero el festival va a seguir siendo mayoritariamente mainstream. Nos hemos encontrado con que, como hay un poquito de lastre de otras ediciones, las productoras que son más feministas y éticas, que nos interesaba realmente que participaran, no han querido estar porque no quieren vincularse o compartir espacio con algo que no va con ellas. Queremos conseguir que este año las productoras que tenemos pasen a ser un poquito más éticas y feministas, controlando también los títulos de las escenas que cuelgan en sus redes, y que el año que viene tengamos más presencia ético-feminista.
En la web del Salón está anunciado el actor Ramón Nomar, acusado por la actriz Nikki Benz de agresión sexual durante un rodaje dirigido por Toni T. para Windgeek en 2016
No tenía ni idea. Voy a comentarlo y veremos cómo actuar.
¿Se ha sentido forzada a hacer algo que no quisiera?
No, para nada. En la mayoría de rodajes en los que he estado he escogido pareja y he tenido poder de decisión. Me he sentido forzada en otros trabajos mucho más que en este. Cuando era cajera estaba obligada a sonreír todo el rato y a ser amable con todo el mundo, cuando yo no soy así. Ahí me sentía otra persona, mucho más forzada. ¿Por qué? Por cobrar una miseria. En el porno no he hecho nada que no quisiera hacer.
¿Su situación es la de la mayoría de actrices?
No, no, no. Cada actriz es un mundo. Es complicado que haya muchas así. Piénsalo: en el porno las chicas no duran demasiado. Cuando entras tienes 18 ó 20 años, no tienes las ideas muy claras e igual lo haces porque necesitas dinero. Como necesitas dinero aceptas cualquier cosa, no te informas y la gente te toma el pelo. En dos años estás hartísima. Además, el estigma social no ayuda absolutamente nada. Hoy en día es tremendo cómo la gente se deja llevar en las redes sociales. El año pasado se suicidaron varias chicas en EE.UU. por el acoso y derribo.
¿Y por la situación dentro de la industria?
Exacto, sí. También estamos hablando de EE.UU., donde es un poco diferente. Hay agencias que son muy bestias y presionan mucho: ‘si no haces anal, nadie te va a llamar’, ‘si vas de rubia, mejor ponte de morena’. Siempre van a dar un poquito más de presión a ver si pueden sacar ese contenido que realmente quieren. Si el anal está fortísimo en búsquedas, van a buscar que todas las escenas sean de anal y te van a insistir y te dirán que tampoco es para tanto.
¿Cómo es el porno ético?
Va mas enfocado a la no cosificación, el respeto y buscarnos unos derechos laborales que acaben con la precariedad, como darte de alta en la Seguridad Social. Estamos en un sistema montado desde hace tantos años y que funciona tan bien para ciertas personas que conseguir todo esto no es fácil.
Se habla mucho de la piratería en el mundo de la música y el cine convencional, pero no tanto en el porno.
A nadie le sorprende ni le parece raro que existan los tubes, que son los que realmente se cargan la industria. Los dueños de los tubes son los dueños de MindGeek, que vienen a ser los dueños de todas las compañías grandes americanas. Ellos ponen sus propios productos gratuitamente en los tubes y se generan tráfico en sus webs. A todo el mundo le parece normal y correcto que exista. Cuando les dices que tienen que pagar por su porno para que sea realmente ético dicen: para qué voy a pagar, si lo tengo gratuito. Para las productoras independientes es horrible.
¿Qué opina de la polémica suscitada con el Sindicato de Trabajadoras Sexuales, que también incluye a los actores y actrices porno?
Me parece un poco cachondeo. Vamos a seguir luchando por nuestros derechos. Me parece increíble que la gente se ponga en contra y que prefiera dejarnos desamparadas y cada vez más precarias en lugar de apoyarnos y conseguir que esto vaya a mejor y que seamos personas como el resto y dejemos ya estos estigmas a un lado.