La portada de mañana
Acceder
El PP explota la división parlamentaria para tumbar los impuestos a banca y rentas más altas
La vuelta a la rutina de las familias de los desaparecidos en la DANA
OPINIÓN | Feijóo y el cinismo de ‘Inside Out’, por Lucía Taboada

El tabú de la regla provoca que mostrar su color verdadero en un anuncio se convierta en fenómeno

La niña estaba inquieta, cabizbaja, se revolvía en la silla y torcía el gesto. Después de la clase, la profesora le preguntó en privado qué ocurría. Le contestó que estaba preocupada porque su sangre no era azul, sino roja. Esta anécdota real la cuenta la sexóloga Nayara Malnero. A la niña le estaban hablando de la regla en clase de educación afectivo sexual y a ella le vinieron a la cabeza los anuncios de tampones y compresas que veía en la televisión: de manera incondicional representan la menstruación de color azul.

Ahora un anuncio de la marca británica de productos higiénicos femeninos Bodyform ha revolucionado las redes sociales y se ha convertido en noticia por mostrar el sangrado menstrual como es: del color de la sangre. El spot empieza con una imagen de una mano vertiendo un líquido rojo seguida de explosiones de sangre o la pierna de una mujer en la ducha por la que corre un hilo de sangre. Finaliza con la siguiente frase: “Las reglas son normales y mostrarlas también debería serlo”.

Al igual que ocurrió en mayo de 2016, con el anuncio de la misma marca que mostraba a mujeres sangrando y haciendo deporte, la reciente publicidad ha sido muy aplaudida.

“La regla es un proceso rodeado de muchos tabúes y los anuncios no escapan de eso. Lo que hacen es invisibilizarla como si fuera algo que hay que esconder y disimular”, dice Yolanda Domínguez, artista visual y experta en comunicación y género. Las principales marcas que se publicitan en el mercado español –Evax, Tampax o Ausonia– no evitan los estereotipos. El anuncio actual de Evax, por ejemplo, presenta a tres chicas que se cuelgan de un columpio boca abajo para demostrar la supuesta capacidad de absorción de las compresas. El líquido que vierten sobre el producto es azul.

“Siempre hablan de nueva tecnología, como si fuera algo muy científico. Muestran a las mujeres en actitudes muy idealistas y con un perfil muy claro: blancas, jóvenes y delgadas, como si el resto de mujeres no tuvieran la regla”, prosigue Domínguez.

El estigma que sigue presente cuando hablamos de menstruación fue también revelador en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro del pasado verano, cuando la nadadora china Fu Yuanhui explicó tras la competición que no había podido nadar mejor porque tenía la regla. “Una nadadora china se convierte en heroína nacional por romper el tabú de la menstruación”, titularon los medios.

“Venden una imagen de la regla irreal distinta a lo que vivimos las mujeres durante una buena parte de la vida”, explica la sexóloga Malnero. “Parece que es algo de lo que no se puede hablar, que da vergüenza... Es lo que estamos construyendo socialmente y por eso luego tenemos consultas de adolescentes que nos dicen angustiadas que les ha bajado la regla y que les da vergüenza decírselo a su madre”, prosigue Malnero, que coordina un espacio web dedicado a las consultas sobre sexualidad llamado Sexperimentando.

Una imagen distorsionada

Las expertas consultadas para este reportaje coinciden en señalar como causa de esta concepción social de la menstruación “la castración que siempre se ha hecho de la sexualidad y de los cuerpos femeninos”, apunta la psicóloga y sexóloga especializada en igualdad Mentxu Abril. “Por eso los anuncios son publicidad engañosa que ofrece una visión distorsionada de la regla como si fuera algo sucio que hay que ocultar. La queja de muchas mujeres, con razón, es que ellas lo pasan mal con la regla y los spots no son representativos de sus vivencias”, prosigue Abril.

El debate se extiende más allá de la representación de la menstruación en la publicidad y toca también la economía. Varios países, como Canadá o Francia, han aprobado quitar el IVA a tampones y compresas por ser productos de primera necesidad. En España, y a pesar de las campañas de presión de activistas y organizaciones, siguen gravados con un 10%, pero no parece que el Gobierno quiera reducirlo. Hace justo un año la Comisión de Igualdad del Congreso aprobó una proposición que instaba al Ejecutivo a hacerlo. El PP votó en contra y Ciudadanos se abstuvo.

Más allá de que el anuncio de Bodyform sea más realista, las expertas siguen poniendo el foco en que la publicidad sigue perpetuando esa idea de que las mujeres deben seguir haciendo lo mismo tengan la regla o no. “Sigue siendo bastante productivista y extiende la idea esa de 'nunca pares' o 'que nada te haga parar' porque lo medimos todo en el patrón masculino y en ese patrón la regla no existe”, argumenta la también psicóloga y sexóloga Mai Insua.

¿Y los hombres?

No obstante, Essity, la compañía que fabrica Bodyform, ha declarado que el objetivo de la campaña es “desafiar el estigma sobre la regla”, en declaraciones recogidas por la BBC. Y no solo reduce esta meta al color del líquido que muestran las imágenes, sino que se extiende también a la diversidad de las personas que aparecen, incluido un hombre que compra un paquete de compresas en el supermercado.

Para Domínguez esta es una clave fundamental que debería extenderse porque “hay un desconocimiento generalizado de los hombres de lo que es la regla. Si fueran ellos los que la tuvieran nosotras sabríamos perfectamente qué tipo de compresas o tampones hay, cómo funcionan...Pero al revés no funciona así”.

Para salvar este déficit Malnero apuesta por la educación afectivo sexual en las aulas. La experta, que recorre centros educativos de Gijón dando charlas sobre ello, lamenta la escasa formación que hay al respecto y apunta a la necesidad de que tanto niños como niñas aprendan de ello y lo hagan suyo. “Así no nos encontraremos más con familias de niños que protestan argumentando que por qué sus hijos tienen que estar presentes en este tipo de formaciones, algo que no es poco frecuente”, concluye.