Durante los últimos años diversas ciudades españolas han superado los límites legales de contaminación atmosférica en varias ocasiones. Instituciones internacionales y europeas han alertado en varias ocasiones de los riesgos que el empeoramiento de la calidad del aire tiene para la salud de los ciudadanos y se ha observado que cuando se dan estos picos de contaminación aumentan los ingresos de los hospitales.
La Organización Mundial de la Salud estima que la mala calidad del aire provoca cada año tres millones de muertes prematuras y que la contaminación está relacionada con la aparición de diversos tipos de cáncer, con enfermedades respiratorias e incluso se ha convertido en uno de los principales factores de riesgo de infarto cerebral. Ahora, según un estudio realizado por investigadores españoles en la ciudad de Barcelona y publicado en el International Journal of Cardiology , los contaminantes del aire también actúan como desencadenantes de los infartos de miocardio más graves.
“Hemos sacado dos conclusiones principales, la primera, que en los días que hay más contaminación atmosférica ingresa más gente por infartos de miocardio y la segunda, que durante esos días los infartos también son más graves”, explica a eldiario.es el principal autor de este estudio, cardiólogo del Hospital Vall d’Hebron e investigador del Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Cardiovasculares, Jordi Bañeras.
¿Qué influencia tiene la contaminación en el número de infartos?
La asociación que hemos encontrado es significativa y por lo tanto existe, pero es pequeña. La probabilidad de quien está expuesto es de 1’05 veces más que los que no lo están.
No parece una probabilidad muy alta
Yo siempre lo comparo con la cocaína. Cuando alguien consume cocaína tiene hasta 23 veces más probabilidades de tener un infarto que quien no la toma. Obviamente, la relación con la contaminación no es tan fuerte, pero hay que tener en cuenta que hay muy poca gente expuesta a la cocaína, mientras que a la contaminación estamos todos expuestos, por lo que a nivel de impacto hay más infartos provocados por contaminación que por cocaína, a pesar de que esta droga es un factor mucho más potente.
¿Cómo se produce un infarto?
Un infarto se produce cuando hay una obstrucción en una arteria que hace que llegue menos sangre al corazón, entonces el trozo de corazón que no recibe riego se pierde, lo que nosotros llamamos necrosis. Los infartos más graves son aquellos en los que la arteria se tapa del todo y nosotros lo identificamos porque al hacer un electrocardiograma hay una raya, que nosotros llamamos segmento ST, que sube. Por eso se llaman infartos de miocardio por elevación de ST.
¿Y cómo influye la contaminación?
Hay que diferenciar los factores de riesgo de los desencadenantes. Los primeros son bien conocidos por la población, como el tabaquismo, la hipercolesterolemia, la hipertensión arterial, el sedentarismo, la obesidad, etc. Todo estos factores hacen que las arterias se vayan estrechando, porque se van acumulando placas de colesterol y va apareciendo una obstrucción lentamente. Esto es lo que nosotros llamamos una placa de ateroma.
Si la placa es pequeña, el individuo no se entera, ya que pasa suficiente sangre. El problema es que la contaminación puede hacer que la placa se fisure o se rompa, con lo que se puede producir un sangrado y la sangre coagulada puede llegar a ocupar todo el diámetro de la arteria y taparla por completo, produciendo el infarto.
¿Existe una cantidad límite para garantizar la seguridad de los ciudadanos?
No podemos decir un número exacto, lo que sí podemos decir es que cuanto más se reduzca la polución más infartos se evitan. Si reducimos los niveles de algunos contaminantes en 10 micro gramos por metro cúbico nos evitaríamos un mínimo de 19 ingresos por infartos de miocardio al año solo en la ciudad de Barcelona y esta cifra no es nada despreciable.
Pero la legislación establece unos valores límite ¿son insuficientes?
La mayor parte de los días cumplimos los límites de la Unión Europea, pero está claro que deberíamos marcarnos límites más bajos y tender hacia los valores que marca la Organización Mundial de la Salud, pero no los estamos alcanzando. Hay que tener en cuenta que nosotros solo hemos estudiado los infartos, pero hay mucha evidencia científica sobre los muchos problemas de salud que genera la contaminación del aire.
¿Cuáles son los contaminantes más asociados a los infartos?
Los dos contaminantes que tienen una asociación más fuerte con la aparición de infartos de miocardio y con su gravedad son el PM 2.5 y el PM 10, que provienen fundamentalmente del tráfico rodado. Son una especie de bolitas de contaminación que hay en el ambiente y que se clasifican según su tamaño. Las menores de 2’5 micras se llaman PM 2.5 y provienen principalmente de los tubos de escape de los vehículos diesel, mientras que las de entre 2’5 y 10 micras se llaman PM 10 y se generan por la fricción de las ruedas de los coches con el suelo, de los frenos, etc.
Según el informe anual del Ministerio los valores de estos contaminantes en Barcelonainforme anualBarcelona están por debajo de las recomendaciones de la OMS
Pero esos valores se dan para zonas más amplias, si mezclas en un estudio zonas de campo con grandes ciudades haciendo una simple media, es muy difícil poder sacar conclusiones, ya que la situación puede variar en pocos kilómetros. Por ejemplo, la contaminación en la sierra de Collserola es mucho más baja que la que puede haber en el centro de la ciudad.
Nosotros hemos sido muy meticulosos y hemos tenido en cuenta todas las estaciones de medición de contaminación de Barcelona, las estudiamos individualmente y vimos que había dos patrones, unas mostraban valores altos de contaminación y otras tenían valores muy bajos. Por eso aplicamos dos modelos diferentes.
En el informe del Ministerio solo se muestran los valores de media anual de PM 2.5, pero ustedes han hecho un estudio con medidas diarias ¿por qué?
Los contaminantes afectan a corto plazo, con lo que no podemos estar mirando la media anual, porque para estas dolencias esto no nos sirve, lo que hay que mirar son los datos diarios y semanales. Los días de más contaminación son los que tienen más riesgo, ya que son los días en los que a una persona vulnerable se le podría romper una placa ateroma y tener un infarto.
De esta forma hemos podido ver que la exposición a la contaminación puede estar actuando hasta cinco días antes de que se produzca el infarto y hacer que éste sea más grave. Es decir, que si hoy hay un pico de contaminación, de aquí a cuatro días una persona puede tener un infarto y, por haber estado expuesto a esta contaminación, el infarto puede ser más grave. Son pocos días los que se superan los límites marcados, pero, por ejemplo, estos últimos días en Barcelona se han superado los límites y ahí es donde hay que estar más vigilantes.