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La Comunidad de Madrid se ve obligada a reorganizar su sistema sanitario por la presión del brote de coronavirus

UCI del hospital Infanta Elena de Valdemoro.

Raúl Rejón

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La crisis del coronavirus sobrecarga la sanidad de la Comunidad de Madrid. La exigencia derivada de la gestión del brote de COVID-19 está saturando los ya presionados recursos sanitarios por el incremento de personas que acuden a los hospitales y centros de salud con sospechas de estar enfermos.

El Gobierno madrileño ha confirmado este lunes que los casos positivos habían pasado de 202 a 578 en 24 horas. En una reunión con las organizaciones sindicales, Sanidad ha adelantado que se estudiaba suspender las actividades no urgentes en los hospitales de la región. Más tarde, la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, ha confirmado que se suspenderán las operaciones y citas no urgentes en los hospitales para liberar recursos ante la previsión de un incremento de la presión asistencial por el coronavirus.

Además, el Servicio Madrileño de Salud ha debido contratar, al menos, a 300 sanitarios de refuerzo. Este lunes se ha puesto en marcha un programa de seguimiento telefónico desde los centros de salud a posibles casos de COVID-19.

La evolución de la enfermedad en la comunidad autónoma –con tres focos confirmados en Torrejón de Ardoz, Valdemoro y una residencia de mayores en Madrid– ha elevado la presión asistencial. Con más volumen de personas llamando al 112, acudiendo a los hospitales y centros de atención primaria, el tapón está servido.

“Los centros están siempre sobrecargados, pero con el coronavirus más”, cuentan desde los sindicatos que se han reunido este lunes con la dirección de Recursos Humanos de la Consejería. El ejemplo más claro de esta situación se ha dado en la localidad de Valdemoro. Allí se ha identificado un foco de transmisión en el centro de mayores municipal. La confluencia de este agrupamiento con un centro de tamaño pequeño-medio como el hospital Infanta Elena ha provocado la saturación.

La UCI de este centro empezó a no dar abasto el viernes pasado, 6 de marzo. Ante la multiplicación de casos positivos y, por lo tanto, también de pacientes graves, la dirección debió empezar a derivar enfermos a otros hospitales donde sí tuvieran camas de vigilancia intensiva. Para el domingo, la capacidad del centro estaba sobrepasada al tener, según contaban los propios profesionales, la misma plantilla de sanitarios. En este caso, los enfermos fueron trasladados a los hospitales de Collado Villalba y la Fundación Jiménez Díaz.

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