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CORONAVIRUS

Crece el debate sobre la retirada de las mascarillas: un estudio pone en duda su utilidad en las aulas

Los patios quedaron libres de mascarillas hace un mes y ahora el debate está en la retirada de los cubrebocas en las aulas. Si se producirá primero, como piden algunas comunidades y la Asociación Española de Pediatría en este entorno, o los niños y niñas se quitarán esta prenda junto a la población general a la que le quedan pocas semanas con ella, según las previsiones del Gobierno, aún no lo sabemos. En este contexto, un estudio liderado por investigadores catalanes aporta una nueva conclusión: que las mascarillas no han sido un elemento central para reducir los contagios en los colegios. Su impacto, dice la investigación que aún debe ser revisada por pares, ha sido más modesto que en otros lugares interiores.

¿En qué se basa? El estudio compara los niveles de transmisión en aulas de niños obligados a llevarla por su edad con otras en las que los escolares estaban exentos. El resultado es que no hubo diferencias significativas en el nivel de incidencia entre de seis años y los de cinco tras analizar datos en 1.900 centros de Catalunya durante el primer trimestre del curso.

“Es importantísimo que quede claro que en ningún caso se cuestiona la efectividad de la mascarilla. Cuando tú impones una medida, la efectividad está condicionada por la medida y por le entorno. Aquí se analiza el uso de la mascarilla en este entorno concreto y no es extrapolable a un centro comercial o al cine”, asegura Clara Prats, física e investigadora del grupo de Biología Computacional y Sistemas Complejos de la Universidad Politécnica de Catalunya (UPC) y autora principal del estudio.

Los investigadores observaron, para llegar a esta conclusión, la incidencia, la velocidad de transmisión del virus (R) y la tasa de ataque secundario (SAR), que informa sobre el porcentaje de niños y niñas infectados en un aula por cada positivo. La conclusiones, aseguran, fueron inesperadas: la incidencia fue de 3,54 casos por cada 100 en el grupo de seis años (primero de Primaria) y de 3,1 en el grupo de cinco (P5), exento de usar cubrebocas. “La obligación de llevar mascarilla en los colegios no está asociada con una menor incidencia o transmisión, lo que sugiere que la intervención no ha sido efectiva”, concluye el estudio.

Los otros dos indicadores también son mínimamente más elevados en los niños más pequeños. “Esto se puede explicar -apuntan los autores- por la diferencia de dinámicas en Infantil y en Primaria, que implican un contacto más cercano entre los escolares de menos edad”. El análisis se hace teniendo en cuenta que puede haber niños menores de cinco años que lleven mascarilla, aunque no sea obligatorio, y mayores de seis que no la usen correctamente. Por otra parte, las observaciones del estudio aluden al primer trimestre del curso, un momento en el que todavía se confinaban las clases si había positivos y eso también ha podido influir en los resultados, según los investigadores.

La edad es el factor más importante

El factor determinante que explica el perfil de transmisión en las escuelas, señala el estudio, es la edad. ¿Por qué? Los expertos apuntan al papel que puede jugar la disminución de la respuesta inmunológica innata con los años y el cambio hacia un patrón de respuesta más parecido al de los adultos a medida que los menores van cumpliendo años. “Eso lo hemos visto de forma reiterada, que la transmisión en los niños va aumentando desde los tres años hasta que son adolescentes”, asegura Prats.

También hay que tener en cuenta, dicen los investigadores, la variable del tiempo: las muchas horas que los niños y niñas que van a la escuela están con la mascarilla puesta. No se trata, apunta la autora principal, de encuentros de 15 minutos y es “complicado controlar que todo el rato estén con la mascarilla bien puesta, puede fallar”. “Lo que vemos es más resultado del contexto, no de la mascarilla en sí”, zanja.

Una demanda de algunas comunidades

Los resultados del estudio apoyan la propuesta, con tantos apoyos como detractores, de la Asociación Española de Pediatría para retirar las mascarillas progresivamente dentro de las aulas tras eliminarse hace un mes en los patios. Sanidad y las comunidades autónomas no han dado ningún paso en este sentido, pero Catalunya y Andalucía piden acelerar. En el segundo caso, el Gobierno regional quiere que los escolares puedan volver al colegio de las vacaciones de Semana Santa sin cubrebocas. Ambos territorios defendieron esta propuesta en la reunión de consejeros con la ministra Carolina Darias del pasado miércoles. Madrid también se ha mostrado públicamente favorable a relajar su uso en el entorno escolar.

Del otro lado, la medida ha sido mal recibida por utilizar, según sus detractores, las escuelas como un campo de experimentación y no valorar los riesgos de alumnos o profesorado vulnerable.

El descenso, estancado

Esto ocurre en un contexto en el que parece que el uso de mascarillas en interiores tienen, en general, los días contados. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha reiterado en varias ocasiones durante la última semana que la obligatoriedad se levantará “muy pronto”, aunque está por ver si será en todos los ámbitos o quedarán reductos de uso forzado, como el transporte público o los hospitales.

Aún no hay fecha cerrada y el Gobierno observa con cautela el estancamiento del descenso de la sexta ola desde hace unos días. Incluso pequeños repuntes en algunas regiones tras las fiestas de carnaval. De momento, el asunto no se abordará este jueves en la reunión entre la ministra de Sanidad, Carolina Darias, y los consejeros autonómicos en Zaragoza.

La intención ha despertado igualmente opiniones encontradas. El presidente de la Sociedad Española de Inmunología, Marcos López Hoyos, ha asegurado en una entrevista con Efe que aún lo ve “prematuro”. La incidencia sigue siendo alta.