Sanidad llama a no colapsar el sistema: las personas con síntomas leves deben aislarse sin necesidad de hacerse pruebas
El criterio del Ministerio de Sanidad para considerar a alguien paciente de coronavirus ha cambiado estos últimos días. Para ser un caso sospechoso hay que, como antes, tener síntomas y haber estado en 'zonas de transmisión comunitaria' o en contacto con un infectado. Pero dado el crecimiento exponencial en la Comunidad de Madrid, La Rioja y las localidades vascas, estas pasan a estar incluidas desde esta semana en ese paquete de zonas de riesgo. Solo con estar o haber estado ahí y tener fiebre o tos se será sospechoso de tener Covid-19. Y sobre todo: en las zonas citadas, si los síntomas son leves y no se es grupo vulnerable, no hace falta que se haga la prueba para dar por confirmado el positivo y tomar las medidas de aislamiento requeridas.
La atención en esos casos leves puede ser domiciliaria –así ha sido desde los primeros casos–, con consultas telefónicas si es necesario y con atención a que no se agrave. El protocolo lo dicta el Ministerio, aunque está consensuado con las comunidades autónomas. El consejero de Sanidad de la Comunidad, Enrique Ruiz Escudero, lo anunció este jueves, al dar cuenta de la nueva situación en la región: a los pacientes con sintomatología leve se les decretará directamente una cuarentena. No se les enviará al SUMMA para que se tomen muestras, como se estaba haciendo. “Es una situación de absoluta emergencia sanitaria”, resumió el consejero. Tampoco habrá diagnóstico para el alta: indicará el momento el profesional médico, aunque si no se ha podido seguir el caso, la recomendación general de 14 días de aislamiento tras los primeros síntomas y asegurarse de que hayan desaparecido.
Hay 10 laboratorios en todo Madrid, donde se concentran el 50% de los casos de España, habilitados para elaborar las pruebas, de tipo PCR. En la comunidad se estaban reportando retrasos de hasta una semana, cuando en condiciones normales están listas en horas. La decisión de modificar el protocolo responde a la necesidad de liberar las listas de espera y limitarlas a las personas que requieran ingreso hospitalario. En las zonas en las que no se ha detectado transmisión comunitaria sí se tomarán muestras a personas leves, aunque también se recomienda el aislamiento en cuanto hay síntomas y mientras se espera el positivo o negativo.
La última vez que el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, dio explicaciones sobre la gestión de la crisis, fue el miércoles. El jueves le iba a sustituir el ministro Salvador Illa en el Congreso, en una comparecencia a petición propia suspendida por las pruebas de COVID-19 a todo el Gobierno. Este viernes la rueda de prensa prevista se ha cancelado también por la declaración de Pedro Sánchez. Por tanto, desde Sanidad no se ha especificado si este cambio de criterio implicará algún otro cambio en el conteo de casos.
El objetivo: evitar que el sistema colapse
La decisión puede implicar una alteración estadística, al no asegurar que todos los casos sean coronavirus, pero la prioridad ahora para el país no es conocer cada caso. La urgencia, como recuerdan las autoridades, es evitar que el sistema colapse. Por eso el mínimo síntoma –décimas de fiebre, tos, dolor de garganta– lleva aparejado en todo el territorio la responsabilidad personal de quedarse en el domicilio.
Para el presidente de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE), Pere Godoy, que está en permanente contacto con el Ministerio de Sanidad, “lo importante es frenar la transmisión”. Por eso, recuerda, lo indicado es “quedarse en casa cuando se tengan síntomas compatibles, no acudir al centro sanitario y aislarse voluntariamente. Evitar el contagio y evitar también colapsar los centros y laboratorios”.
“Confirmar cada caso pasa a no ser imprescindible, eso solo tiene sentido cuando son limitados, incluso desde el punto de vista epidemiológico”, detalla Godoy. “Ya sabemos que hay transmisión comunitaria, que es lo relevante. Ahora la urgencia es lo otro”.
No es la primera vez que cambia el protocolo en España: a finales de febrero, se pasó a analizar a todas las personas que tuviesen neumonías de origen desconocido, aunque no viniesen de zonas de riesgo, y así se confirmaron muchos positivos. En otros países los criterios han sido distintos, y también han ido cambiando con la coyuntura. Esos factores dificultan la comparación entre el número de casos y la evolución de países como Italia y España, por ejemplo, o incluso el crecimiento dentro de España.
Lo ideal para asegurar la fiabilidad de los datos, según la Sociedad Española de Epidemiología, sería “hacer una diferenciación entre casos confirmados y casos probables”. Aunque de nuevo, la prioridad ahora mismo es controlar la transmisión, así que las políticas vas encaminadas a que todo el mundo que tenga síntomas no salga de casa para nada –los que no tengan síntomas, solo para lo estrictamente necesario– en ninguna parte de España: “Lo que se busca es frenar el aumento, y lo veremos semanas después de la aplicación de las medidas más restrictivas”.
Las personas que sospechen tener coronavirus pueden seguir llamando a los teléfonos habilitados por las comunidades autónomas para que ahí les aconsejen si deben o no realizarse las pruebas, aunque conviene contribuir a no colapsarlos. Desde la Sociedad Española de Epidemiología, al menos, valoran que con medidas como esta “vaya a cambiar para bien la mentalidad de la sociedad española respecto a las enfermedades transmisibles. Nos ayudará a consolidar que hay que mantener la higiene y evitar ir a trabajar y socializar con una infección. Puede ser al menos una de las cosas positivas que saquemos para el futuro de esta situación tan estresante que estamos viviendo”.
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