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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

“Dar un beso sin consentimiento puede constituir agresión sexual”, señalan varios juristas sobre la conducta de Rubiales

Fue durante la ceremonia de entrega de medallas tras la final del mundial de fútbol femenino que ganó España. En medio de la euforia por el título conseguido, el presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, se fundió en un abrazo con la jugadora Jenni Hermoso. Cuando se separaron medio palmo y sus caras quedaron enfrentadas, Rubiales agarró a Hermoso con las dos manos alrededor de la cabeza y besó a la jugadora en los labios.

El máximo responsable del fútbol español no se quedó ahí. Poco después bajó al vestuario y agarró por el hombro a la jugadora –que parece separar la cadera y meter el codo un poco– y bromeó con que se iban a casar. Horas más tarde, cuando medio país ardía por la actitud de Rubiales, el dirigente salió en una radio a calificar lo que había pasado de “pico de dos amigos celebrando algo” y llamar “gilipollas” y “pringaos que no saben ver lo positivo” a quienes le habían criticado.

Hermoso también comentó el tema. Primero durante un directo, aún en caliente mientras celebraba con sus compañeras el título en el vestuario en el estadio: “¿Pero qué hago yo? No me ha gustado”, dijo de manera más o menos espontánea. Más tarde, ante el revuelo montado, la Federación pasó un comunicado a Efe en el que Hermoso supuestamente pedía que no se le diera más vueltas al asunto y definía lo que había pasado como un “gesto mutuo, totalmente espontáneo por la alegría inmensa de ganar un mundial”.

Rubiales rectificó este lunes, más de 24 horas después de su conducta y tras haber insultado la noche anterior a quienes le criticaron. La RFEF publicó un vídeo al mediodía en el que el presidente decía que “seguramente” se ha “equivocado” y pedía disculpas “si hay gente que se ha sentido dañada” por su actitud.

El gesto de Rubiales empañó el éxito deportivo de la selección, pero Mar Mas, presidenta de la Asociación para Mujeres en el Deporte Profesional (AMDP), cree que dado que el logro ya es una realidad también es positivo que “esté en boca de todos la vergüenza de presidente que tenemos” y el “machismo repugnante” que hay en el deporte español. Periódicos de todo el mundo denunciaron el gesto de Rubiales.

¿Agresión sexual por falta de consentimiento?

Pero desde que media España vio en directo por televisión –y la otra media en diferido– lo que había pasado, juristas de todo tipo explicaron que todo aquello podía bordear la ilegalidad. Victoria Rosell, delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, sostiene que “es agresión sexual por falta de consentimiento”, según el artículo 178 del Código Penal.

Dice este texto en su punto 1 que “será castigado con la pena de prisión de uno a cuatro años, como responsable de agresión sexual, el que realice cualquier acto que atente contra la libertad sexual de otra persona sin su consentimiento. Sólo se entenderá que hay consentimiento cuando se haya manifestado libremente mediante actos que, en atención a las circunstancias del caso, expresen de manera clara la voluntad de la persona”. El punto 2 alude a la “situación de superioridad o vulnerabilidad de la víctima” (Hermoso es subordinada de Rubiales en este contexto).

El juez de instrucción Luis Enrique García Delgado incide en que puede darse una agresión sexual “con independencia de si existe ánimo libidinoso o no”, y cita la sentencia 107/2019, de 4 de marzo, del Tribunal Supremo, que dice que “el ánimo libidinoso, o dicho de otra forma, la intención del sujeto orientada a su satisfacción sexual, es un elemento ordinariamente presente en este tipo de conductas delictivas, pero no es un elemento del tipo”. La 201/2021, del mismo tribunal, también establece que “tradicionalmente se vino exigiendo la concurrencia de un ánimo lascivo o libidinoso (...), pero esta postura se ha ido modulando por, en realidad, no lo requiere”.

También, recuerdan varios juristas, está el hecho de que Rubiales sea el jefe de Hermoso en la selección. “Que lo haga desde una posición de superioridad, la que otorga ser el presidente de la RFEF, agrava al acto”, sostiene García Delgado. Sucede, matizan los expertos, que para que el asunto se judicializase tendría que haber denuncia de Hermoso, aunque algunas fuentes apuntan que podría servir una querella de la Fiscalía. Ángeles Jaime de Pablo, jurista, apunta que el Ministerio Fiscal rara vez acude a esta vía y las veces que lo hace es cuando hay una menor implicada. “La prueba de cargo fundamental en estos casos es el testimonio de la víctima, sin él es muy difícil localizar prueba de cargo que evidencia una agresión sexual. Por eso, para que la fiscalía vaya a esta vía sin denuncia de la víctima tiene que ser un caso clarísimo de no respetar la libertad de la persona violentada”, expone.

Que sucediera fuera de España no invalidaría la ilegalidad del acto, si se hubiera cometido, al ser dos personas con nacionalidad española y residentes en nuestro país, según las mismas fuentes.

La Ley del Deporte también califica en su disposición final como “actos sexistas” “las actuaciones que (...) supongan acoso, entendiendo por tal toda conducta no deseada relacionada con el origen racial o étnico, geográfico o social, así como la religión o convicciones, discapacidad, edad, sexo u orientación sexual de una persona, que tenga como objetivo o consecuencia atentar contra su dignidad y crear un entorno intimidatorio, humillante u ofensivo”.

Y además existe un precedente: un empresario fue condenado por abuso por simular un beso a Teresa Rodríguez, la exportavoz de Adelante Andalucía.

El protocolo de la Federación apunta a Rubiales

No solo están las leyes. El protocolo contra el acoso de la Federación Española de Fútbol establece que hacer “bromas, burlas o chistes que ridiculizan a las mujeres”, “expresiones faciales o corporales”, “atraer con un abrazo en el intento de besarles”, el “excesivo e inadecuado acercamiento en el contacto corporal, abrazos, apretones, etc” o “besar a la fuerza” son algunas de las “situaciones, actitudes o comportamientos relacionados con la violencia sexual”.

El mismo texto señala a continuación que “estas conductas son inaceptables y conllevarán consecuencias inmediatas. El Comité Asesor de Protección, en el marco de sus competencias, y de acuerdo con el principio de proporcionalidad, adoptará las medidas que estime oportunas ante cualquier comportamiento que ponga en riesgo la salud y el bienestar de los/las deportistas”.

El ministro de Deportes, Miquel Iceta, calificó el mismo domingo el acto de “inaceptable”. Preguntado sobre si debería dimitir, afirmó: “Me gustaría escuchar las explicaciones y que pida excusas porque probablemente cuando vea las imágenes se dará cuenta de algo que quizá en el momento no tuvo presente”. La ministra de Igualdad, Irene Montero, pidió que no se normalicen estas situaciones como algo “que pasa” y habló de “violencia sexual”.

Mar Mas, de AMDP, cree que Rubiales “no debería estar en el cargo”. “Ayer [por el domingo] veías a los representantes de la FIFA y al lado Rubiales desatado. Daba vergüenza ajena. No tiene formación para saber lo que representa. Estamos peleando hace muchísimos años para que haya planes de igualdad, respeto. Este señor debe representar una impecabilidad y en vez de estar celebrando el mundial estamos hablando del machismo que tenemos en este país con el fútbol. Estoy muy indignada”, cierra recordando a las jugadores que “se plantaron contra el entrenador por querer cambiar las cosas, por un convenio que aún no tienen. Ahí está su preocupación por las mujeres”.