L.A.R. tiene 26 años y el Ministerio de Defensa no le ha renovado el contrato después de que solicitase una reducción de jornada para cuidar a su tía, que tiene reconocida una discapacidad del 41%. Sus superiores acordaron su expulsión de la Armada al considerar que “ha mostrado dar una baja prioridad al servicio y nula entrega y disponibilidad”, según figura en el acta emitida por la junta de evaluación del buque Juan Sebastián Elcano el pasado 5 de abril.
En ese documento, al que ha accedido eldiario.es, sus jefes también señalan que este marinero “se acogió a una solicitud de reducción de jornada por cuidado de una persona discapacitada con el único propósito de lograr una exoneración de navegaciones y así no tomar parte en el LXXXIX crucero de instrucción, sin procurar atender dichas necesidades con otros medios”.
Tomaron esta decisión solo tres meses después de que el comandante del barco en el que estaba destinado le concediese una reducción de jornada de una hora. El afectado explica que este buque realiza expediciones de varios meses. En 2016 participó en dos, una que se prolongó de marzo a julio y otra que se extendió de agosto a diciembre. Este joven convivía con su abuelo y su tía, el primero falleció –siempre según su relato– mientras se encontraba navegando. Y al regresar de la navegación, comenzó a solicitar la reducción de jornada
El afectado no desmiente que solicitase la conciliación para evitar salir de expedición durante meses en el buque escuela Juan Sebastián Elcano. “Hay que estar encima de mi tía, no me puedo ir cuatro meses y no llamarla ni hablar con ella. Para que se duche hay que estar detrás, para que coma, también”, cuenta.
Asimismo, explica que la reducción de jornada es la “única alternativa” con la que contaba para no salir a navegar: “Así no la dejaba tirada”. eldiario.es ha intentado en varias ocasiones recabar la versión del Ministerio de Defensa, desde el departamento de Cospedal aseguran que este expediente es “reservado”.
El marinero expulsado critica que desde la Armada cuestionen que no haya atendido las necesidades de su familiar “con otros medios”. “Pretendían que me buscase la vida para ir a navegar y ver quién iba a cuidarla”, incide. Amparados en esta argumentación, Defensa dio de baja y expulsó de la Armada a este joven el 1 de junio.
Cospedal alardea de las medidas de conciliación
Esta actitud contrasta con el discurso que dio la ministra, María Dolores de Cospedal, el pasado 8 de marzo. Aprovechó el día de la mujer para alardear en su cuenta de Twitter de que las Fuerzas Armadas españolas son “un referente internacional también en la aplicación de medidas de integración, conciliación y atención en materia de igualdad”.
Las asociaciones militares y partidos políticos desmintieron estas declaraciones, llegando a asegurar un portavoz de la Asociación de Militares de Tropa y Marinería (AMTM) que “la conciliación en las Fuerzas Armadas es una mentira”. “Se da en muy pocos casos, en la mayor parte no se da”, añadió.
El joven de 26 años ingresó en las Fuerzas Armadas como marinero del buque escuela Juan Sebastián Elcano en 2015. Tenía contrato hasta finales de mayo del año pasado. En febrero, el comandante del buque le concedió una hora de reducción de jornada, sin quedar exonerado de las guardias. Dos meses después, en abril, sus superiores ya comenzaron a redactar informes en los que acordaban su “no idoneidad para la renovación del compromiso”, esgrimiendo exclusivamente la solicitud de conciliación para cuestionar su “nula entrega y disponibilidad”.
Según la documentación facilitada por el afectado a esta redacción, el comandante del barco y su superior jerárquico también ratificaron esta misma postura en diferentes escritos para justificar la negativa a renovarle el contrato. Destaca el cambio de opinión que se emite sobre él en los informes personales de calificación, fundamentales para determinar la prolongación del contrato.
En ellos, el 1 de febrero, sus superiores solo anotaron que era “un buen profesional” que en ocasiones perdía “la atención mientras realizaba algún trabajo referente al destino”. El 3 de abril, se añade a esas observaciones que “no muestra un adecuado compromiso con la Armada” y se vuelve a informar sobre su petición de conciliación laboral y familiar.
“240 días al año” en el barco
“¿Cómo no voy a ser idóneo si me pasé 240 días en 2016 en el barco? Me he pasado más tiempo en el buque que en mi casa, es lamentable”, cuenta. Una vez que le concedieron la conciliación fue trasladado en comisión de servicio al tren naval del arsenal militar de Cádiz.
Tal y como se refleja en el oficio por el que el comandante del buque le concede esa hora de reducción de jornada, la orden DEF/253/2015 del Ministerio de Defensa reconoce que los militares que tengan “a su cuidado directo alguna persona mayor que requiera especial dedicación o discapacitado físico” tendrán derecho a que su jornada laboral diaria se reduzca desde una hora a la mitad, “con la disminución proporcional de sus retribuciones”, reseña esta normativa.
Un día después de que venciese su contrato, el Ministerio ratificó la decisión y publicó su baja el 1 de junio en el Boletín Oficial de Defensa. El afectado lamenta que se le haya expulsado a pesar de que cuenta con informes que ratifican que obtuvo una calificación de “apto” en la consulta de las pruebas físicas que realizaron en la Armada, que no dio positivo en las pruebas analíticas de detección de consumo de sustancias psicotrópicas durante el 2016 y 2017 y que no ha recibido sanciones disciplinarias.
Toda esta documentación ha sido presentada en el recurso que ha presentado ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía para solicitar la impugnación de esta decisión.