En un paso más hacia la restricción del derecho a la asistencia sanitaria, las plataformas defensoras de la salud universal se están encontrando con nuevos casos en los que se niega la atención médica no solo a personas sin papeles, sino también a extranjeros con permiso de residencia obtenido tras el 24 de abril de 2012, fecha del Real Decreto 16/2012.
Desde el cambio legislativo ya han fallecido al menos dos inmigrantes sin papeles por falta de atención sanitaria. Uno de ellos tenía una simple tuberculosis, pero fue rechazado hasta en tres ocasiones en un hospital de Mallorca.
Ahora se están hallando casos en los que se deniega atención sanitaria incluso a extranjeros con permiso de residencia, si éste ha sido requerido después de abril de 2012. En esta situación se encuentra H.R.R, un hombre cubano de 75 años con permiso de residencia en España. Su hija, Yunia Romero, nos recibe en una céntrica cafetería de Madrid, acompañada por dos integrantes de la plataforma Yo Sí Sanidad Universal.
Yunia es médica de origen cubano, lleva catorce años en España y hace diez obtuvo la nacionalidad española. A principios de este año solicitó la reagrupación de sus padres.
“En febrero ya estaban aquí en Madrid y tenían aprobado el permiso de residencia”, cuenta. Poco después su padre empezó a sentirse mal. Yunia lo llevó a un médico privado porque aún no habían recibido la tarjeta de residencia.
“Allí le diagnosticaron un cáncer terminal. Poco después, ya con la tarjeta de residencia en la mano, fui al centro de salud pública, donde me dijeron que no podían atenderle, que antes tenía que acudir al Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) para hacerle la tarjeta sanitaria. Y así empezó mi periplo”, recuerda.
“Mi padre está en situación regular, con permiso de residencia, pero le deniegan el derecho a una tarjeta sanitaria. Es de locos. Y además como es un paciente no rentable porque tiene cáncer terminal tampoco le aseguran en la sanidad privada. Yo he podido pagar una cita con un médico privado para lograr un diagnóstico, y soy médico, así que no camino a ciegas. Pero de no ser así, me habría vuelto loca. Por eso quiero hacer público todo esto”, denuncia.
“Váyase a la sanidad privada”
“Váyase a la sanidad privada”Yunia viene provista de fotocopias que muestran algunos de los trámites que ha hecho en los últimos meses. Nos enseña una copia del Real Decreto 16/2012 y otra que le entregó un funcionario del INSS, donde se indica lo siguiente:
“A partir del 24 de abril de 2012 nacionales de un país distinto de España no tienen derecho a la asistencia sanitaria por este tipo de aseguramiento por cuanto que la concesión de la residencia en España por más de tres meses sin actividad requiere, entre otras condiciones, que el extranjero disponga, para sí y los miembros de su familia, de recursos suficientes para no convertirse en una carga para la asistencia social, así como de un seguro de enfermedad que cubra todos los riesgos en España”.
“Con esto en el INSS me dijeron que mi padre, padre de una española que soy yo, reagrupado, con permiso de residencia, no tiene derecho a la tarjeta sanitaria. Sin embargo, esta exclusión, este papel que me mostraron no es público o no se ha publicado aún”, explica.
“Yo le dije a este funcionario: Y qué hago con mi padre, si está enfermo?”. Y él me dijo: “Pues váyase a la sanidad privada”, recuerda.
En total han sido cinco las veces que Yunia ha acudido al INSS, desde marzo hasta ahora, con la esperanza de obtener para su padre una tarjeta sanitaria y con ella, la atención médica que precisaba. Sus esfuerzos fueron en vano.
“Finalmente me puse en contacto con la trabajadora social de mi centro de salud, con Médicos del Mundo y con Yo Sí Sanidad. Entonces regresé al INSS, acompañada de una persona de Médicos del Mundo, y por primera vez me mostraron ese papel escrito que dice que los reagrupados con permiso de residencia solicitado a partir del 24 de abril de 2012 no tienen derecho a a la sanidad”, señala.
Pregunta: ¿Cómo está su padre ahora?
Yunia: Pues muy mal. Cada día peor, porque está terminal. Ya no se levanta, está desorientado, a ratos nos conoce, a ratos no, cada vez come menos, y tiene dolor.
¿Qué atención recibe ahora?
Desde hace unos días hemos logrado que esté atendido, gracias a la solidaridad de la trabajadora social, de un administrativo y de varios médicos 'desobedientes' de la sanidad pública. Pero todo ello sin cobertura en cuanto a medicamentos.
¿Cómo han logrado esa atención?
Yunia: Un administrativo se ofreció a inscribirlo en el centro de salud como transeúnte sin permiso de residencia, porque como persona con residencia no le dan la atención médica, lo cual es increíble. Una vez inscrito comenzó la atención, también gracias a la solidaridad del médico y de los doctores de paliativos, que son conscientes de la situación real.
Una de las dos integrantes de Yo Sí Sanidad Universal que nos acompañan, y que responde a las iniciales C.I., interviene en la conversación:
C.I: C.I:“Conocen la situación pero desobedecen. La ley puede ser la que sea, pero por otro lado está lo que tú como médico debes hacer, tu obligación. Creo que ningún sanitario o administrativo que trabaje en sanidad le puede negar a nadie la asistencia”.
Su compañera de plataforma, M.M, añade: “El discurso en realidad no es el de ”estamos desobedeciendo“, sino el de ”estamos haciendo lo que hay que hacer“.
Pregunta: ¿Qué medicación está tomando su padre?
Yunia: En estos momentos alguna pomada y analgésicos, porque si no estaría todo el día llorando de dolor, algún laxante a veces, o sedante. No come nada sólido, así que también le compramos en la farmacia batidos especiales que cubren sus necesidades proteicas, y que como mínimo cuestan 23 euros.
P: Los medicamentos los están pagando ustedes, entonces
Yunia: Los compro yo, claro. Todo lo compro y pago yo, afortunadamente de momento me lo puedo permitir. Si no, no podríamos estar tratándole del dolor. Es probable que haya gente que en estos momentos esté en situación similar a la de mi padre y, que al contrario que él, no tenga acceso a nada. Es para volverse loco, ver a tu padre cada día peor, no tener atención médica y no poder acudir a nadie.
P: ¿En qué momento decidieron ponerse en contacto con la Plataforma Yo Sí Sanidad Universal y Médicos del Mundo?
Yunia: Lo decidí en el momento en el que vi que el INSS es impenetrable, un sitio donde nadie te explica nada y además a veces con una actitud de “no es mi problema”. Fui a ver entonces a la trabajadora social y le expliqué. Ella misma no se lo creía, porque todo esto es nuevo. En los hospitales te dicen que sí tienes derecho, que es un procedimiento fácil, vas al centro de salud y te dicen lo mismo, pero vas al INS y te ponen trabas. No hay conexión entre los diferentes organismos y nadie sabe lo que tienes que hacer.
M.M (Yo Sí Sanidad): A pesar de ser un ascendiente de una española, el padre de Yunia ni siquiera tiene derecho a las urgencias sin facturación. Es un hueco que ha quedado ahí, que ha pasado muy desapercibido, y que afecta a las personas casadas con españoles después de abril de 2012 y a los familiares reagrupados. El Real Decreto es una medida de excepción para un derecho fundamental. Hicieron una chapuza y han ido poniendo parches.
C.I (Yo Sí Sanidad): Con estas medidas lo que logran es poner trabas a la reagrupación y a la inmigración, a través de la sanidad.
Yunia: Han hecho una ley sin pensar en las consecuencias de la ley, y por tanto no han creado medios para solucionar los problemas que se puedan presentar. Insisto: Si no fuera porque yo misma lo sufro, no me podría creer que una persona que está legalmente en este país no pueda ir ni a que le mire el médico. Y con una enfermedad terminal, ¡que no es un catarro!! Mucha gente se pone muy nerviosa al hablar de la eutanasia o el aborto, pero esto no les escandaliza. ¿Se va a tener que morir la gente en su casa sin ser atendida?
Pregunta: ¿Cómo está afectando esta situación a su familia?
Yunia: Mi madre es la que está permanentemente con él, pero yo también me he pasado un montón de días sin dormir. Y esta situación nos crea impotencia. A mi papá aunque cambien la ley tiempo no le va a dar, porque ya no hay nada que hacer, solo atenderle con cuidados paliativos. Pero si hubiese tenido remedio, y teniendo en cuenta que su cáncer es de hígado, que es muy agresivo, no habría dado tiempo ni a hacerle una biopsia ni a cirugía ni a nada, porque desde que me puse con el papeleo hasta hoy ya no hubiese tenido remedio.
Pregunta: ¿Han pensado reclamar a nivel legal?
Yunia: Sí lo hemos pensado. Todavía no he concretado con mi abogado, pero lo hemos pensado. No tanto por mi situación, que también, sino por la situación de otras personas. No puedes negar atención médica a la gente como si fueran animales.
P: ¿Cuando solicitaron la reagrupación les informaron de que no le iban a conceder atención médica?
Yunia: Nunca. Nadie nos informó. Él está legalmente en España. Es de locos. Mi padre es un ciudadano en reagrupación, depende de mí y de mi hermano, que somos españoles y le dicen “vete a la sanidad privada”. Hay mucha gente que no tiene dinero para eso. Y además gente como mi padre, que tiene 75 años, no es rentable y por tanto no les aseguran en la privada.
C.I (Yo Sí Sanidad): Nos estamos encontrando además con gente que tiene derecho a la asistencia sanitaria pero que con los repagos no puede comprarse todos los medicamentos y está muriendo por desnutrición, no por metástasis, sino por desnutrición. O están muriendo por infecciones de la piel. Son situaciones que van a más, cada vez vemos más.
M.M (Yo Sí Sanidad): Y el caso del padre de Yunia lo sufren también personas que han aportado riqueza al país pero después se han quedado sin trabajo, porque al quedarse sin trabajo pueden perder la residencia, o gente que estaba en la construcción con tarjeta, se quedaron sin trabajo, perdieron la tarjeta y ahora tienen un contrato pero sin cotización y por tanto nada.
Pregunta: Ahora que ya tiene acceso a los paliativos, ¿cómo le podrán beneficiar?
Yunia: El apoyo psicológico es fundamental, lo necesitábamos mucho. La enfermera enseguida al ver a mi madre le dijo: “Tú no estás durmiendo, tienes que dormir”. Nos están enseñando a limpiarle en la cama, a aplicarle la medicación, a limpiarle escaras, que son úlceras. Y nos podrán enseñar más cosas fundamentales, colocar sondas, etc. Además de ese modo mi padre podrá tener acceso a sedantes o morfina.
Pregunta: ¿Tiene usted alguna petición a las autoridades?
Yunia: Que se pongan en la piel de la persona que pasa por algo así, porque esto es muy difícil. Ya es muy difícil para nosotros, que tenemos recursos, así que imagina para la gente que no tiene nada. Es muy duro que te digan que tu padre no tiene derecho a ser atendido. Derecho tenemos todos. Pero no lo quieren reconocer.
Yunia Romero se detiene en este punto porque no puede contener el llanto. Toma aliento, muestra una fotografía en la que aparece ella con su padre y su madre, y murmura: “Lo que nos está pasando a nosotros le puede pasar a cualquiera. Está claro que cada vez somos más vulnerables. Que haya gente sin atención médica aunque esté en situación regular es tan injusto que es difícil de creer. Y sin embargo es cierto”.