El desabastecimiento de Ozempic: el afán desmedido por adelgazar deja a los diabéticos sin un medicamento esencial

Esther Samper

13 de diciembre de 2022 22:01 h

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Es misión casi imposible para los diabéticos encontrar ahora mismo el medicamento Ozempic (cuyo principio activo es la semaglutida) en las farmacias españolas y en las de casi cualquier lugar del mundo. El desabastecimiento de este fármaco es global y lleva ocurriendo de forma intermitente desde hace meses. La principal causa es la altísima demanda de este fármaco que se ha incrementado de forma drástica a lo largo de 2022 no por parte de los pacientes de diabetes, sino por personas que quieren adelgazar.

La Agencia Española del Medicamento (AEMPS) informó el pasado octubre de que la farmacéutica responsable de Ozempic, Novo Nordisk, ha advertido que la disponibilidad intermitente del antidiabético podría mantenerse durante el 2023 debido al aumento de la demanda. Ante esta situación, la AEMPS recomienda a los médicos sustituir Ozempic por otros fármacos disponibles del mismo grupo terapéutico.

 ¿Qué es Ozempic?

Ozempic es un medicamento inyectable (se administra una vez a la semana mediante plumas) para el tratamiento de la diabetes tipo 2, autorizado en Europa y en otras regiones del mundo desde 2017 y 2018. En combinación con dieta y ejercicio, ofrece un buen control de los niveles de glucosa en sangre y también limita el apetito (la saciedad se presenta con una ingesta menor de alimentos), lo que favorece la pérdida de peso.

Los ensayos clínicos también han mostrado que el fármaco disminuye el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares asociadas a la diabetes (ictus e infarto cardíaco) a largo plazo. La semaglutida es una molécula muy similar (comparte un 94 % de la secuencia) a una hormona que se produce en el intestino delgado del cuerpo humano: el péptido similar al glucagón-1 (GLP-1, por sus siglas en inglés).

La semaglutida no solo está presente en el medicamento Ozempic, sino que existe otro medicamento de Novo Nordisk, Wegovy, con una dosis mayor del fármaco. Está indicado para el tratamiento de la obesidad con un índice de masa corporal superior a 30 o superior a 27 con una o más dolencias asociadas al exceso de peso. Wegovy está autorizado en Estados Unidos desde 2021 y en la Unión Europea desde enero de 2022. Aún no está disponible en España, pero se espera que no tarde mucho en llegar. El principio activo semaglutida también se encuentra en el medicamento Rybelsus, aunque en comprimidos.

 ¿Por qué ha aumentado tanto su demanda?

Múltiples celebridades e influencers, que no sufren ni diabetes ni obesidad, han promocionado el uso de Ozempic en redes sociales para perder peso rápidamente. El periódico The Wall Street Journal explica en un artículo de octubre cómo las élites de EE.UU. está accediendo al fármaco fuera de su indicación oficial: “Es el fármaco de Hollywood”. Uno de los casos más llamativos ha sido el de Elon Musk, CEO de Twitter y director de Tesla, El 16 de noviembre el empresario afirmaba en su red social que había perdido 13 kilos gracias a la combinación de ayuno, Ozempic/Wegovy y mantenerse lejos de comida sabrosa.

En redes como Tik Tok el medicamento ha alcanzado una popularidad desorbitada. El hashtag #Ozempic acumula, en estos momentos, 322 millones de visualizaciones y #Ozempicweightloss (cuya traducción sería Ozempicpérdidadepeso) lleva más de 130 millones. Multitud de personas aparecen inyectándose el fármaco como recurso para perder peso, aunque muchas de ellas claramente no estarían dentro de la indicación del medicamento, al no sufrir diabetes, ni tampoco sobrepeso ni obesidad.

Más allá de esta elevada demanda, Novo Nordisk ha tenido problemas en la cadena de suministro de Wegovy, lo que ha potenciado aún más el uso de Ozempic como sustituto para perder peso.

El coste de un mes de tratamiento de Ozempic, fuera de la cobertura de seguros médicos, puede estar entre los 700 y 1500 dólares en el país norteamericano. En España el precio ronda los 130 € por pluma. Sin embargo, cuando el medicamento se receta dentro del Sistema Nacional de Salud, el paciente tan solo paga 4,24, €, al estar financiado.

¿Cómo es posible que haya desabastecimiento?

Si Ozempic necesita prescripción médica y las farmacias, según la ley, solo pueden dispensarlo con receta, ¿cómo es posible que se esté dando desabastecimientos a lo largo de 2022? Además, una cosa está clara: el número de personas que sufren diabetes tipo 2 no se ha multiplicado en los últimos meses en el mundo.

Una de las razones tras la escasez del fármaco es que un porcentaje desconocido de médicos de diferentes países están recetando Ozempic fuera de la indicación oficial (diabetes), un fenómeno conocido como prescripción off-label. Este comportamiento también ocurre en España.

De hecho, la AEMPS ha solicitado expresamente a los prescriptores priorizar el uso de los medicamentos análogos d GLP-1 de acuerdo a las condiciones autorizadas (es decir, al control de la glucemia en pacientes con diabetes tipo 2). Una acusación velada de que hay médicos que lo están recetando con otros fines, principalmente para adelgazar. Además de la prescripción off-label, se piensa que puede haber farmacias que estén dispensando el fármaco sin pedir receta. La suma de ambos factores complica el acceso a las personas diabéticas que realmente necesitan Ozempic.

¿Por qué es peligroso el uso de Ozempic entre personas sanas?

Los efectos de la semaglutida se han evaluado en ensayos clínicos principalmente en diabéticos y obesos. Por ello, los efectos adversos que puede ocasionar en individuos sin estos problemas de salud son mucho menos conocidos. Como todos los medicamentos, Ozempic puede provocar problemas de salud. Los efectos adversos más frecuentes son las náuseas y los vómitos, pero también puede causar diarrea, estreñimiento, fatiga o malestar. En los casos más graves puede provocar inflamación del páncreas, problemas renales, reacciones alérgicas o piedras en la vesícula biliar. 

La semaglutida tampoco es un fármaco milagroso. Tras 68 semanas en tratamiento, los pacientes con sobrepeso u obesidad pudieron reducir, de media, un 15 % su peso en combinación con ejercicio físico y dieta. El gran problema es el efecto rebote tras dejar de consumir el medicamento. Después de un año sin tomarlo, las personas pueden llegar a recuperar dos tercios del peso que tenían antes. La historia del desabastecimiento de Ozempic es la historia de una sociedad que ansía perder peso con el mínimo esfuerzo y de la forma más rápida posible, aunque esto suponga poner en riesgo la salud.