La familia de Maribel Tellaetxe, una mujer enferma de alzhéimer desde hace 12 años y que había pedido a sus hijos que le practicasen la eutanasia cuando se olvidase de ellos ha estado hoy en el Congreso. También la viuda de Luis de Marcos, enfermo de esclerosis múltiple que murió en agosto de 2017 a causa de esta enfermedad. Han entregado esta mañana conjuntamente más de 260.000 firmas recogidas a través de change.org en el Congreso de los Diputados para reclamar una ley que permita la eutanasia en España.
Han estado acompañados por representantes de casi todos los grupos políticos (salvo PP y Ciudadanos) miembros la asociación Derecho a la Muerte Digna, de la asociación Remontado el Vuelo y por el doctor Marcos Ariel Hourmann, primer médico condenado por aplicar la eutanasia en España. La ley de eutanasia presentada por el PSOE está paralizada por los partidos de Casado y Rivera, que no le dan trámite pese a que Ciudadanos se comprometió a apoyarla.
“Luis no consiguió morir rodeado de los suyos como quería, pero yo sigo con su legado”, dice frente a los leones Asun Gómez Bueno, la viuda de Luis de Marcos. “Pido a los políticos que nos escuchen, que escuchen también a sus familias, porque representamos a miles de personas en esta situación”, asegura. Su marido falleció en 2017 a causa de la esclerosis múltiple, una enfermedad que padeció durante una década. Durante cuatro años estuvo postrado en una cama y fue entonces cuando empezó a recoger firmas. A pesar de que Luis murió hace más de un año, su petición lleva recogidas más de 97.000 firmas y su viuda asegura que seguirá abierta hasta que cambie la ley. En una carta, Luis reclamaba el fin de una legislación que provoca un “ensañamiento cruel” hacia los enfermos. “Las leyes actuales me obligan a pasar por un calvario que ni quiero, ni puedo aguantar”, decía Luis en mayo de 2017.
“No sé si es porque es un tema tabú o por miedo a perder votos, pero están impidiendo que se apruebe un derecho que debería ser fundamental”, dice su viuda sobre el bloqueo que PP y Ciudadanos han impuesto en la Mesa del Congreso al impedir que se tramite de la propuesta de Ley de Eutanasia del PSOE.
Junto a Asun está la familia de Maribel Tellaetxe, que ha venido desde Portugalete para entregar las 170.000 firmas que han recogido en la misma plataforma. Su marido Txema y sus hijos David, Danel y Ruth habían prometido a Maribel que no permitirían que sufriese. Pero, incapaces de cumplir por la actual legislación, se han visto embarcados en una lucha para lograr con su promesa.
Danel, el hijo pequeño de Maribel, asegura que el bloqueo de PP y Ciudadanos responde a una cuestión de estrategia política. “El dolor y el sufrimiento de los españoles son moneda de cambio en el Congreso”, dice visiblemente compungido. Se detiene varias veces en su intervención ante los medios de comunicación para secarse las lágrimas. Fue a él a quien su madre pidió una noche, entre lágrimas que la dejasen marchar cuando la enfermedad avanzase. “Mi madre se mea, se caga, es incapaz de reconocernos y de comunicarse. Si estamos hoy aquí es por ella”, dice su hijo. Además de pedirlo a su familia, Maribel firmó un testamento vital donde pedía que le aplicasen la eutanasia cuando estuviese legalizada. Si la norma se aprobase en los términos propuestos por el PSOE podría acogerse a eutanasia.
“Yo creía que la tortura y la inquisición eran cosas de otro siglo” dice Danel entre lágrimas. “Estamos ante una ley que es un atentado contra los derechos humanos”. Tras su intervención rompe a llorar y toma la palabra su hermano David, quien recuerda que no sólo quieren que se apruebe una ley de eutanasia, sino también que se reforme el Código Penal. “Si nosotros la ayudásemos a morir iríamos a la cárcel”, explica. El artículo 143.4 del Código penal establece penas de prisión de hasta 10 años para quien ayudase a morir a otra persona.
Acompaña a las dos familias el doctor Marcos Ariel Hourmann, el primer médico sentenciado en España por aplicar eutanasia a una paciente terminal de 82 años. Hourmann fue condenado a un año de prisión por cumplir con la voluntad de su paciente en 2005, a pesar de tener el consentimiento de ella y de su familia. “Esto se trata de amor. Amar es respetar que uno decide cuando se va a morir. Y eso es lo que está haciendo la familia de Maribel”. Para Hourmann, Maribel tuvo la responsabilidad de no dejar a sus hijos en un limbo de decisión al haber pedido con anterioridad y con plena conciencia que se le aplicase la eutanasia y se pregunta “qué más hace falta” para que se apruebe la ley. “Cuando uno reconoce a la gente que ama cambia mucho el sentido de la vida”, sentencia. aunque cree que la propuesta socialista se pueden mejorar, considera que es un primer paso necesario. “Todavía, lamentablemente no estamos ni en el primer escalón”.