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La desigualdad de género en el poder político de la UE persiste detrás de la nueva presidenta de la Comisión Europea

Elección de Ursula Von der Leyen como presidenta de la Comisión Europea.

Andrés Gil

Corresponsal en Bruselas —

Ursula von der Leyen es la primera mujer que preside la Comisión Europea desde su fundación, hace 61 años. El Parlamento Europeo ha alcanzado este 26 de mayo el 41% de mujeres, una cuota récord en 40 años. Pero el techo sigue siendo de cristal en muchos espacios del poder político.

Von der Leyen ha dejado claro que quiere una Comisión paritaria cuando arranque su mandato, el 1 de noviembre. Es decir, que al menos 13 de los 27 integrantes –asumiendo el Brexit– sean mujeres. “Las mujeres representan a la mitad de la población”, afirmaba en una entrevista publicada este viernes en La Vanguardia: “Es obvio que se sienten en la mesa el mismo número. No son mejores que los hombres, pero son distintas. Tienen otra perspectiva sobre los problemas y las posibles soluciones. La política no es diferente de la ciencia o de la economía. Los equipos mixtos son los que tienen más éxito”.

“Siempre he sentido”, afirmaba en El País, “también durante los últimos 14 días en los que he estado tratando de lograr una mayoría en el Parlamento Europeo, que es más fácil tender puentes con las mujeres. A menudo tienen la voluntad de ser muy pragmáticas y orientadas hacia el resultado”.

Hasta ahora, entre 1958 y 2019, ha habido 183 comisarios, de los cuales sólo 35 eran mujeres: menos del 20%.

“Es importante que sea mujer la presidenta de la Comisión”, explica Iratxe García, la presidenta de los socialistas europeos en la Eurocámara: “Es importante seguir rompiendo techos de cristal. Es fundamental. Es fundamental que, además, una mujer, por primera vez presidenta de la Comisión Europea, se haya comprometido con un colegio de comisarios paritario. Es fundamental que una mujer, por primera vez presidenta de la Comisión Europea, vaya a poner la igualdad en la agenda política en el mismo nivel que otras cuestiones, y eso significa que estamos rompiendo muchos techos de cristal en muchos ámbitos”.

“Está muy bien que sea una mujer quien presida la Comisión por primera vez en la historia”, tercia la cabeza de lista de Unidas Podemos a las europeas, María Eugenia Rodríguez Palop, “pero ni esto es suficiente, ni es una garantía de cambios sustanciales. Queremos mujeres con sensibilidad feminista ocupando lugares decisorios y no nos basta con un feminismo institucional más o menos aseado”.

¿Con qué problema se está encontrando ahora Ursula von der Leyen? Con que de los 15 nombres que ya hay encima de la mesa, incluidos el suyo, salen 10 hombres y cinco mujeres. Es decir, el 33% con el que termina la Comisión de Jean-Claude Juncker. Más o menos la media en la Unión Europea.

Sólo hay cuatro mujeres anunciadas hasta el momento : Mariya Gabriel (Bulgaria), Margrethe Vestager (Dinamarca), Kadri Simson (Estonia) y Jutta Urpilainen (Finland).

Según The Malta Independent, el primer ministro de Malta propondrá dos candidatos, un hombre y una mujer; la agencia de noticias rumana Stir pe surse ha informado de que la embajadora ante la EU, Luminiţa Teodora Odobescu, podría ser la candidata de Bucarest; y según el periódico sueco Aftonbladet, Estocolmo sopesa nombres de mujeres y hombres.

Pero esto es todo. Austria, Irlanda, Letonia, Países Bajos y Eslovaquia quieren mantener a sus comisarios: Johannes Hahn, Phil Hogan, Valdis Dombrovskis, Frans Timmermans, y Maros Sefcovic. Todo hombres.

Como el español Josep Borrell, pactado en el paquete de puestos principales el 2 de julio con Von der Leyen.

Hungría quiere a su exministro de Justicia, Laszlo Trocsanyi, mientras que Italia quería a Giancarlo Giorgetti, quien este viernes renunciaba sin salir ningún nombre de mujer a cambio. En cuanto a Luxemburgo, están pensando en Nicolas Schmit; y el primer ministro esloveno, Marjan Sarec, ha anunciado que quiere al diplomático Janez Leracic.

Y el primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, ha nominado al portavoz de la Comisión Juncker, Margaritis Schinas.

El equilibrio de género no será tan fácil de conseguir, porque se escapa de la voluntad de Von der Leyen. Cada país decide su nombre, independientemente del resto, por lo que no hay garantías de que haya igualdad al final del proceso. Lo más que puede hacer la presidenta, como hizo Jean-Claude Juncker en 2014, es pedir más mujeres a los países y que le cambien los candidatos. Pero no tienen por qué atender su petición.

“En principio”, explica Von der Leyen, “cada Estado miembro tiene el derecho a proponer comisarios y comisarias. Y es el derecho de la presidenta plantear, con buenas razones, otros nombres. Para que haya un buen comienzo, creo importante por parte mía no poner condiciones. Como norma veo sólo que haya el mismo número de mujeres que de hombres”.

“Hemos incorporado algo que antes era subsidiario o estaba en un segundo plano”, abunda Iratxe García: “Y no sólo es una responsabilidad de los partidos, al revés. Yo creo que ha sido un éxito de la sociedad civil y del movimiento feminista, que ha tomado la bandera de la transformación de la sociedad desde una perspectiva feminista y nos ha hecho entender a todos y a todas que debe ser una de nuestras prioridades. Estoy muy satisfecha de que así sea”.

“A mí me parece muy bien que se luche en favor del equilibrio de género en todos los niveles de la Comisión Europea”, prosigue María Eugenia Rodríguez Palop, “contra la brecha salarial y contra la violencia de género, a la que la señora Ursula von der Leyen denomina 'violencia doméstica'. Pero me sorprende no haber escuchado ni una sola palabra sobre la defensa de los derechos sexuales y reproductivos, que no están garantizados en todos los Estados de la Unión, ni sobre los derechos del colectivo LGTBI”.

La diversidad con la que se topa Von der Leyen, además, se nota entre los 28, lo cual se aprecia muy bien viendo el mapa del equilibrio de género en el Parlamento Europeo por países. Pero, incluso, en países como España, avanzados en listas paritarias, sólo ha tenido una comisaria europa, Loyola de Palacio. Y han pasado dos décadas de eso.



Lo que sí se ha conseguido en dos décadas en alcanzar una cifra récord de mujeres en el Parlamento Europeo, gracias a las legislaciones sobre listas paritarias por los partidos. Aunque algunos de ellos, como el partido ultra belga Vlaams Belang, sustituyera por hombres a eurodiputadas electas a las que incluyó en sus listas para cumplir la paridad y luego les hiciera dimitir.



Pero el salto más difícil es a los gobiernos. Como pasa con el Ejecutivo comunitario, los gobiernos de los países tienden a tener una mayoría masculina, como acaba de verse en el recién creado en Grecia, por ejemplo.

La media en la UE es del entorno del 30%, si bien hay países, como España, que superan el 50% de mujeres en el Gobierno. Pero, ¿qué pasará en la Comisión? ¿Ayuda al feminismo el discurso y las promesas de Von der Leyen?

“Es una mujer que se ha comprometido con políticas de igualdad”, insiste Iratxe García, “una estrategia vinculante que la última Comisión Europea aparcó y dejó en el olvido, y ella se ha comprometido a recuperar: la estrategia de igualdad vinculante, el Convenio de Estambul, la tipificación del delito de violencia de género a nivel europeo, el desbloqueo de la directiva de mujeres en los consejos de administración... Es la agenda que nosotros llevamos tiempo reivindicando y ella ha asumido como propia y compartida”.

“Está muy bien priorizar la lucha contra la brecha salarial y las cuotas en los consejos de administración de las empresas, pero no es suficiente”, afirma la cabeza de lista de Unidas Podemos para Europa, Rodríguez Palop: “Nosotras queremos un feminismo que no sea sólo del 1% lobbista y empresarial, para mujeres con recursos y voluntad de liderar. Queremos un feminismo que llegue a todas las mujeres y para eso hace falta introducir los cuidados y no entregarse acríticamente a la lógica mercatoria”-

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