- La denuncia, firmada por 26 detenidos, habla de agresiones 'desproporcionadas, contundentes e indiscriminadas'
- Este jueves la han presentado en rueda de prensa, donde han resaltado que su caso es producto de una “política de represión que va en aumento”
“Recibí de los policías varios golpes con las porras, caí al suelo donde me siguieron golpeando”: Este es uno de tantos testimonios que aparecen en las 61 páginas de la denuncia, firmada por 26 de los 35 detenidos del 25S y que hoy se interpone en el Juzgado de Guardia de Madrid.
El texto, al que ha tenido acceso eldiario.es, resulta abrumador. En él se incluyen fotografías, enlaces a vídeos, partes médicos y testimonios de afectados sobre lo ocurrido el 25S y el 26S, cuando los detenidos estaban en la comisaría de Moratalaz. Además, se aportan los números identificativos de 23 agentes que participaron en los hechos, así como los nombres de las dotaciones policiales involucradas.
Este jueves, en rueda de prensa, los detenidos han querido resaltar que su caso no es aislado, sino que forma parte de una 'política de represión que va en aumento'.
La denuncia considera que los hechos del 25S “supusieron privación de varios derechos, sometimiento a maltrato y a sufrimientos indebidos e innecesarios”, e indica que “pudieran ser constitutivos de los delitos de tortura y contra la integridad moral de las personas, detención ilegal, lesiones, imprudencia temeraria y contra los derechos individuales”.
Comienza recordando que la concentración del 25S estaba autorizada y subraya que las autoridades policiales “habían infiltrado a distintas personas para que participaran en la protesta”.
Agresión 'contundente, desproporcionada e indiscriminada'
La denuncia resalta que, “en varias ocasiones, un numeroso grupo de policías se dirigió contra los concentrados y, sin mediar aviso de clase alguna, comenzaron a agredir a los allí presentes de forma contundente, desproporcionanda e indiscriminada, utilizando sus defensas y agrediendo incluso a las personas en el suelo”.
Y prosigue: “Se produjo la detención de las personas que suscribimos esta denuncia sin que hubiera razones para ello (algunos de nosotros ni siquiera nos encontrábamos en la convocatoria), agrediendo a los detenidos, arrastrándolos por el suelo en algunos casos, y sometiéndoles a diversas clases de violencia”.
Además, indica que algunos detenidos no fueron informados en ese momento de las causas de su arresto, “que, en la mayoría de los casos, no responden en absoluto a las alegadas en el atestado, constando este extremo de forma documentada”.
La denuncia también señala que varias dotaciones policiales se dirigieron aquel día al Paseo del Prado y calles adyacentes, entraron en locales públicos y desalojaron o pretendieron desalojar a las personas que en ellos se encontraban.
“Del mismo modo, se dirigieron a Atocha, donde entraron en los bares, desalojando a los clientes e incluso agrediendo a alguna persona sin que mediara razón para ello”, indica.
“Inusitada violencia en Atocha”
La denuncia menciona lo ocurrido en la estación de Atocha, donde la policía entró “sin que sucediera nada que justificara la intervención”.
“Esta se produjo desarrollando una inusitada violencia contra quienes esperaban el tren en los andenes, y especialmente contra quienes trataron de documentar el desafuero filmando o fotografiando lo que ante sus ojos se desarrollaba”, afirma.
Indica además que había circulación de trenes en aquel momento, e indica que “la brusca irrupción de agentes en las vías puso en riesgo a los viajeros. Alguno de los trenes detuvo su marcha para mitigar este riesgo”.
Maltrato en la comisaría
Los denunciantes subrayan el maltrato recibido en las dependencias policiales, informan de que a muchos les colocaron de pie, en fila, mirando a la pared, les impedían mirarse entre ellos y “hacia cualquier sitio que no fuera el muro, y si lo hacíamos, se nos preguntaba textualmente si queríamos ser castigados más”.
Denuncian también que a algunas personas se les denegó asistencia médica cuando la solicitaron.
“Muchas de las personas que allí estábamos teníamos lesiones, y habíamos sufrido traumatismos en la detención. A pesar de ello, se nos obligó a permanecer de pie varias horas hasta que uno de nosotros se desmayó y fue conducido al hospital. A partir de entonces, se nos permitía sentarnos unos minutos”.
Señalan además que sufrieron “momentos de intimidación” por parte de algunos agentes de paisano con el rostro tapado y/o encapuchados, una vestimenta, por cierto, ahora criticada por la Defensora del Pueblo, que esta misma semana ha recomendado su prohibición durante los interrogatorios, por ser “desproporcionada y contraria al derecho de defensa”.
Pruebas gráficas
La denuncia incluye los testimonios de cada uno de los denunciantes, que aportan pruebas adjuntas, como partes médicos, vídeos, fotografías o artículos de prensa publicados, con testimonios de testigos.
Así, a lo largo de las 61 páginas se incluyen de forma detallada descripciones de la violencia de ciertas actuaciones policiales.
“Una porra venía volando con la clara intención de estrellarse contra mi cuerpo”, relata uno de los denunciantes.
Varios detenidos denuncian que les metieron piedras en sus mochilas y algunos aportan vídeos o fotografías de sus propias detenciones, documentos tomados por terceros. Como este:
O este:
“Tal y como se acredita con las fotografías anteriores, en ningún momento me resistí a la detención, cosa que, dada la violencia con la que actuó la policía sobre mí, tampoco hubiese podido hacer aunque hubiese querido, puesto que me tenían completamente inmovilizado”, afirma el agredido.
Y prosigue: “Se me produjeron diversas contusiones en la cabeza, nariz y la espalda, y de las que tuve que ser atendido por el Samur, tal y como demuestra el parte de lesiones que se adjunta”.
Otro aporta varios vídeos del momento de su detención, en los que se aprecia que solo está protestando, y queda claro el trato policial que recibe (minuto 1:29):
“Según indicaciones de la doctora que me aplicó una primera asistencia, era imprescindible llevarme a un hospital, pero el policía que me detuvo decidió que antes me llevaría a la comisaría”, afirma otro denunciante. “No se me permitió tomar el tratamiento médico que tengo prescrito”, indica.
“Recibí de los policías varios golpes con las porras, caí al suelo donde me siguieron golpeando”, denuncia otro, quien relata cómo la policía le insultaba, “llamándome, entre otras cosas, cabrón e hijo de puta”.
El relato de escenas similares se repite en cada testimonio.
“En ningún momento fui informado del delito exacto del que estaba acusado y por supuesto no se me indicó que pudiera llamar a nadie ni ver a un médico”, menciona otra persona.
“El agente me golpeó el antebrazo inzquierdo, acto seguido me golpeó con la defensa en varias partes del cuerpo, sobre todo en el lateral izquierdo de la cabeza. Me sujetaron y me gritaron ”al suelo, al puto suelo“. Yo no ofrecí ninguna resistencia, ni grité ni insulté a nadie, como se puede apreciar en el vídeo”, indica otro detenido, que grabó su propia detención, como contó en su día eldiario.es.
“El charco de sangre crecía bajo mi cara. Me habían abierto la cabeza”, prosigue el relato.
Otra denunciante indica que recibió “muchos golpes en cabeza y espalda cuando no estoy haciendo ninguna resistencia, me veo arrastrada brutalmente por los pelos, el antidisturbios me grita ”no te muevas, hija de puta“.
En comisaría esta mujer presencia cómo uno de los detenidos, magullado y sin camisa, con numerosos golpes y sangre, “apenas puede respirar”. “Según la policía de la comisaría, finge (cuando se lo lleva el Samur escucho que tiene el tabique nasal fracturado)”.
Y así, uno por uno, los 26 testimonios.
Maltrato en las celdas
La denuncia también resalta las condiciones higiénicas de las celdas, “inapropiadas para un país democrático, y subraya que no se atendieron las peticiones de agua ”o de ir al servicio“. Resalta que a los detenidos se les dio siempre fabada: En la cena del día 25 de septiembre, en la comida y en la cena del día 26 y en la comida del día 27.
“No nos daban de beber nada en todo el día más que un tetra-brick de leche en el desayuno. Solo podíamos beber agua cuando nos dejaban ir al baño, dos o tres veces al día”, indica.
También cuentan que la primera noche en las celdas algunos detenidos tuvieron que hacer sus necesidades allí mismo porque no se les permitió ir al baño. Asímismo, denuncian la falta de mantas, la variación de la temperatura, que les encendían las luces cuando iban a dormir, y el trato que solían recibir cuando alguien se quejaba:
“Cuando alguien se quejaba, además de recriminarle, era normalmente empujado por alguno de los policías de paisano que allí se encontraban”.
Este jueves los denunciantes han interpuesto la denuncia ante el Juzgado de Guardia de Madrid, y han ofrecido una rueda de prensa a las puertas de los Juzgados de Plaza Castilla (se puede ver aquí), donde han leído un manifiesto en el que resaltan que su caso no es aislado, que forma parte de un clima “de represión que va en aumento”, y que es importante que los maltratos no queden impunes y sean denunciados.