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Los domingos ya no son para ir a misa: ocho de cada diez ciudadanos en España no acude nunca a celebraciones religiosas

Jesús Bastante

en religiondigital.com —

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“Ven a misa, no esperes a que te traigan”. El mensaje, acompañado de la foto de un ataúd, fue el elegido por el cura de la iglesia de la Purísima Concepción de Gerena, en Sevilla, para pedir en Facebook a los vecinos que acudan a la parroquia. La estrategia resultó polémica –los comentarios en redes se dividían entre apoyos y críticas encendidas– pero efectiva si lo que buscaba el cura Ángel Luis Bayoera era llamar la atención sobre una realidad que avalan los datos: cada vez menos ciudadanos en España practican una religión: es decir, baja el porcentaje de quienes se reconocen como creyentes pero además participan de las ceremonias o actividades de su credo.

Un informe elaborado por la agencia de comunicación apablo.com sobre la base de los barómetros del CIS de los últimos 11 meses, desvela que el 80,4% de la población española no practica religión alguna. Del 19,6% de los ciudadanos que sí, un 17% se dicen católicos, mientras el 2,6% restante pertenece a otra confesión.

Más allá de la anécdota veraniega de Gerena, que el sacerdote pidió tomarse “con humor”, lo cierto es que aunque culturalmente España todavía sea católica –basta ver las fiestas que riegan buena parte de las poblaciones del país los meses estivales– hace tiempo que en la práctica no lo es, según los sondeos estadísticos. Desde hace años, ya son más los ateos y agnósticos que los católicos practicantes, según las sucesivas encuestas del CIS.

Ahora este estudio compila la evolución de estas cifras para constatar que ocho de cada diez ciudadanos no van a misa, pero tampoco a celebraciones de otras confesiones religiosas. Catalunya, Euskadi o Galicia son las comunidades con menos participación en el culto, seguidas por una comunidad tradicionalmente lanzada a la calle para venerar a sus cristos, vírgenes y santos: Andalucía.

Por contra, entre los no practicantes un 36% se definen como católicos (bautizados), un 16,8% ateos; un 14,2% agnósticos y un 13,4% indiferentes o no creyentes. Esto es: según el estudio, casi la mitad de la ciudadanía española (el 44,4%) no profesa ninguna fe, mientras que la suma de los católicos (practicantes o no) alcanza el 53%.

No sólo eso: ni la mitad de los católicos van a misa. Entre los que sí se definen como creyentes practicantes, el 47,6% dice acudir a ritos religiosos al menos los domingos y festivos, mientras que el 40,2% lo hacen varias veces al año. El 12,2% restante únicamente acuden a misa en ocasiones especiales. Los datos también apuntan a que los jóvenes son menos religiosos que sus mayores, y las mujeres más que los hombres.

Aun así, según el análisis, el 13,6% de los jóvenes entre 18 y 29 años y el 12,9% de entre 30 y 39 años practican una religión. Esta cifra crece progresivamente en los rangos de edad posteriores hasta alcanzar un 37,7% de practicantes a partir de los 70 años. De cara al futuro, parece que la tendencia se agudizará. Así, el estudio subraya cómo la cifra de ateos se ha triplicado en las últimas décadas pues un 8% de los mayores de 70 años se considera ateo, frente a un 25,6% de los jóvenes de entre 18 y 29 años.

El descenso en la práctica religiosa es común en todas las comunidades autónomas, aunque Cataluña es la menos religiosa, con un 86,9% de personas que dice no practicar una religión; seguida por el País Vasco (84,9% de no practicantes) y Galicia (83,7%). Por contra, Melilla (con un 37% de practicantes), Ceuta (29,5%) y Extremadura (26,1%) son los tres territorios españoles más religiosos. Las dos ciudades autónomas, además, registran las tasas más altas de 'creyentes de otra religión', con el 16,5% Melilla y el 12,6% en Ceuta.

Resulta curiosa la situación en Andalucía, donde la presencia del culto en las calles y en la cultura popular es masiva, y donde sin embargo tres de cada cuatro andaluces (el 76,9%) asegura no practicar ninguna religión. Entre los católicos, el 39,4% no acude nunca a un oficio religioso, incluso si se cuenta entre ellos las procesiones de Semana Santa.

Comprensible en este contexto el intento de campaña de márketing del párroco de Gerena. Y no es el primero. Algunas diócesis, como la de Zaragoza, han recurrido hace meses a expertos en comunicación para diseñar estrategias de evangelización, como Carlos Luna, autor del libro Fundamentos del marketing religioso.

“La Iglesia no se sabe vender bien”, sentenciaba Luna en una entrevista con EFE. El experto, que lleva 15 años investigando sobre esta cuestión, reconoce sin embargo que el marketing religioso siempre ha creado un poco de rechazo dentro de esta institución. Dentro y también entre los fieles. En la localidad sevillana, de 7.000 habitantes, una vecina se quejaba de la iniciativa del cura: “Solo conseguirá que los difuntos dejen dicho que no les lleven a la Iglesia. La fe no se impone de esa manera”. Otros, más benévolos, apreciaban incluso el ingenio del sacerdote: “Eso se llama estar inspirado publicando”.

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