La portada de mañana
Acceder
El jefe de la Casa Real incentiva un nuevo perfil político de Felipe VI
Así queda el paquete fiscal: impuesto a la banca y prórroga a las energéticas
OPINIÓN | 'Siria ha dado a Netanyahu su imagen de victoria', por Aluf Benn

Qué es E.coli, la bacteria que ha enfermado a una triatleta olímpica belga tras nadar en el Sena

La deportista belga Claire Michel no ha podido participar en la prueba de triatlón mixta de los Juegos Olímpicos de París porque lleva cuatro días enferma. El domingo tuvo que acudir al hospital, según los medios belgas, por estar afectada por la bacteria E.coli, aunque el Comité Olímpico Belga no ha confirmado que esta sea la causa concreta. El patógeno intestinal se detectó en altos niveles en el río Sena durante los días previos a la competición en la que Michel participó el pasado miércoles.

Aunque no se permitió entrenar el domingo, este lunes han continuado las competiciones en el Sena mientras se conocía otra infección intestinal entre quienes se lanzaron a sus aguas la semana pasada. Se trata del atleta suizo Adrien Brifford, según la prensa del país, aunque en este caso el médico de la delegación ha desvinculado la situación con el estado del agua. ¿Podría haber más casos? ¿Por qué hay niveles de concentración tan altos en el Sena? ¿Qué consecuencias tiene para la salud humana?

Hay algunos precedentes en otras competiciones. 57 atletas tuvieron náuseas y diarrea el año pasado tras participar en la prueba de natación en aguas abiertas durante el Campeonato Mundial de Triatlón en Sunderland, al noreste de Inglaterra, según informó The Guardian. Un muestreo realizado por la Agencia de Medio Ambiente en la playa de Roker, donde se desarrolló el campeonato, dio como resultado una concentración muy superior a la habitual en E.Coli, aunque después el organismo que organiza los triatlones en Reino Unido, aseguró que se realizó fuera del perímetro donde nadaron los deportistas.

Qué es la bacteria E.coli y qué provoca

Su nombre completo es Escherichia coli y se trata de una bacteria que reside en el intestino de los animales. Se encuentra en el tracto intestinal sano de los humanos y la mayor parte de sus variantes son inofensivas. Incluso beneficiosas porque pueden sintetizar la vitamina K y mantenerlo protegido de otras bacterias, recoge The Conversation. Sin embargo, algunas cepas han adquirido atributos de virulencia que sí pueden generar problemas en la salud.

El síntoma más habitual es la diarrea, coinciden los microbiólogos consultados, y es raro que requiera un ingreso hospitalario. Normalmente se pasa en cuatro o cinco días. “Se asemeja con lo que llaman la diarrea del viajero, y es acuosa. Lo menos habitual es que desemboque en problemas más graves como una infección en las vías urinarias –pasa más en mujeres– o en el riñón, como el síndrome urémico hemolítico”, subraya Ignacio López Goñi, microbiólogo de la Universidad de Navarra. Ocurre, sobre todo, si la bacteria produce toxinas que dañan los órganos.

“Las más peligrosas producen toxinas que impactan en el colon y provocan colitis enterohemorrágica. En estos casos la diarrea acuosa se transforma en sanguinolenta”, perfila Raúl Rivas, catedrático de Microbiología de la Universidad de Salamanca. La bacteria también puede impactar negativamente en heridas abiertas. Además, es un patógeno que ha demostrado resistencia a algunos antibióticos.

Cómo se infectan las personas

A través de dos vías: los alimentos –si se consume carne poco cocinada, vegetales crudos o leche sin pasteurizar– y el agua. “Si estás nadando, la posibilidad de contagio es máxima: es normal que bebas agua o que esté en los aerosoles que produces, es decir, respiras el aire que se levanta”, apunta López Goñi. “Incluso puede entrar a través de las mucosas”, agrega Rivas, que asegura que es una bacteria de “crecimiento rápido”. Los síntomas pueden aparecer a partir de los dos días del contacto.

Por qué los niveles son tan altos en el río

Es habitual que los ríos de grandes ciudades estén “contaminados biológicamente”, sostiene Raúl Rivas, catedrático de Microbiología de la Universidad de Salamanca. El Sena, en París, no es una excepción. El agua contaminada, procedente de la actividad humana, suele ir a las plantas depuradoras. Sin embargo, en episodios de mucha lluvia, como la que cayó la semana pasada en la capital francesa, las aguas se mezclan. Se moviliza la contaminación procedente de alcantarillas desbordadas, inundaciones y escorrentías superficiales, describe un informe reciente de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA).

Concretamente esta bacteria se relaciona con tres actividades: la contaminación urbana derivada de los asentamientos, actividades agrícolas (por el uso de estiércol animal) o ganaderas. En todos los casos, su origen es fecal, dice Rivas. La ciudad ha invertido 1.400 millones de euros en canalizar los desagües que vertían directamente al Sena, como los de los barcos, pero también algunas viviendas y explotaciones aguas arriba de París. Con todo, el agua sigue arrojando altos niveles de bacterias.

Cuándo es peligroso el baño

La calidad del agua se mide en cuatro categorías: excelente, buena, suficiente e insuficiente. “Para que sea suficiente, el límite está fijado, como máximo, 900 unidades formadoras de colonias (UFC) por cada 100 mililitros de agua”, afirma el microbiólogo de la Universidad de Salamanca. World Triathlon, la federación internacional de triatlón, ha fijado el umbral en una concentración de 1.000 UFC por cada 100 ml, superada en varias ocasiones en las mediciones de los últimos días.

Hace justo una semana, la primera vez que se suspendió una prueba, las muestras arrojaban concentraciones superiores a 1.500 UCF por cada 100 ml bajo el puente Alejandro III, de donde parten los nadadores, según El País. Los niveles de estreptococo, otra bacteria, también alcanzaron niveles superiores al límite de 500. “Hacer mediciones en determinados puntos no te asegura que todo el trayecto sea saludable”, considera el microbiólogo de la Universidad de Navarra.

Rivas puntualiza que “el hecho de que sea suficiente no significa que sea sano”. En España, los límites los aplica y controla el Ministerio de Sanidad. “Por eso algunas veces se cierran playas en verano”, asegura el microbiólogo. En espacios abiertos y salinos, no obstante, es más fácil que la concentración se diluya y, por tanto, hay menos riesgo para estas competiciones, apunta López Goñi.

Riesgo de más casos

Ambos microbiólogos consideran que celebrar las pruebas ha sido una “apuesta arriesgada” y creen que puede haber más casos. “Desde el punto de vista microbiológico, esos niveles son una barbaridad”, analiza el especialista de la Universidad de Navarra. El Comité Olímpico Belga envió un duro comunicado para informar sobre la situación de la deportista de su delegación, en el que criticaba la gestión: “Esperamos aprender lecciones para futuras competiciones de triatlón. Entre ellas, días de entrenamiento que puedan garantizarse, días y formatos de carrera que estén claros de antemano y condiciones que no creen incertidumbre para los atletas”.