Ecologistas en Acción ha asignado “banderas negras” a 48 espacios del litoral español que considera característicos del deterioro de la costa y que en algunos casos repiten como el hotel ilegal del Algarrobico (Almería), la playa de Els Peixes (Valencia) y el puerto deportivo de San Vicente, en Cantabria.
El informe “Banderas Negras 2019”, que este jueves ha sido presentado en Santander, analiza los casi 800 kilómetros de litoral español y alerta de un deterioro que, según su coordinadora, Clara Megías, se debe “en gran parte, aunque no en exclusiva, a las actuaciones de la industria turístico-inmobiliaria”.
El método que sigue Ecologistas en Acción para diagnosticar el estado de salud del litoral español es asignar dos banderas negras a cada provincia de las diez comunidades con playas, además de a Ceuta y Melilla, por contaminación o mala gestión ambiental, que suman 48 casos “concretos y relevantes” de la degradación de la costa.
El informe incide en el impacto negativo en la costa del “negocio obsoleto del turismo de sol y playa”, del que cree que es un claro ejemplo las 566 banderas azules concedidas este año frente a las 591 asignadas en 2018.
Para Clara Megías, el Estado “ha creado una sinergía con la industria turística” que ha llevado a la implantación de un “monocultivo turístico” en los entornos litorales.
La sobreexplotación del mar y la contaminación derivada del uso masivo de cruceros y de la aviación, con las líneas de bajo coste, son, según Megías, algunas de las consecuencias de ese modelo de turismo.
El informe pone de manifiesto que el mayor problema de las costas españolas siguen siendo los vertidos de aguas residuales y su mala depuración, con 15 de las 48 banderas negras de este año, cuatro de ellas para Andalucía.
Megías ha recordado además que España fue sancionada por este motivo con 12 millones de euros por la Unión Europea.
Le siguen la especulación urbanística, con nueve banderas. Al hotel del Algarrobico, se suman otros ejemplos como el megacomplejo hotelero Camp de Mar, en Andratx (Baleares), las dunas de Corralejo (Las Palmas, pág. 65), el restaurante ilegal en la isla de Benidorm (Alicante) o la cementación en la desembocadura del río de Oro en Melilla.
Las afecciones industriales se llevan también otras nueve banderas, localizadas sobre todo en el norte de España, para espacios como la ría de San Martín de la Arena, en Cantabria, Muskiz, en el País Vasco, o la ría Viviero, en Lugo.
Por la erosión costera y las regeneraciones artificiales se han asignado seis banderas, a la Antilla, en Lepe (Huelva); las playas de Marbella (Málaga); el Delta del Ebro (Tarragona) la playa de Barrañán (A Coruña), la playa de Horcas Coloradas (Melilla y las regeneraciones de arena en la playa de La Goleta (Valencia).
Aunque no se le ha concedido bandera negra, también las escolleras de la playa de la Magdalena, en Santander, podrían haberse incluido en este apartado si no se optara por limitarlas a dos por provincia, según Ecologistas en Acción.
En Cantabria repitan la ría de San Martín de Arenas y el puerto de San Vicente de la Barquera, con una de las seis insignias negras que ha repartido la organización por el impacto de los puertos y los cruceros.
Las otras cinco en este apartado son para los cruceros de gas de Barcelona, los “súper cruceros” en el consistorio de Getxo (Vizcaya), los puertos pesqueros sin barcos de pesca de Guipúzcoa, la nueva terminal Ro-Ro Plus en Bouzas (Pontevedra) y el puerto de Fonsalía (Santa Cruz de Tenerife).
La costa de Guipúzcoa y el sector central de la bahía de Alicante se llevan las dos banderas negras por acumulación de basura del informe de este año, que otorga también otra a la cala del Desnarigado y las zonas litorales colindantes, en Ceuta.