Hace un año Víctor Moreno y Nayra Sanz Fuentes soñaban con proyectar Edificio España, el largometraje en el que habían invertido casi cuatro años de trabajo. Pero el Banco Santander, entonces propietario del mítico rascacielos madrileño, obligaba a mantenerla en un cajón bajo amenaza de acciones legales. Consideraba que el documental –que retrata los trabajos de desmantelamiento del interior del inmueble para convertirlo en un complejo de lujo– perjudicaba sus intereses una vez que la crisis del ladrillo había dado por tierra con ese proyecto. Pero tras 15 meses de obligado silencio –y una semana después de que la noticia se publicara en eldiario.es– el banco cambió su postura y permitió que el filme llegara a los cines. Y este miércoles ha sido elegido para competir por un goya.
El documental se estrenó en primicia para los socios de eldiario.es en marzo de 2014 –también pueden acceder gratuitamente al filme en filmin– , y días después comenzó a exhibirse en varias salas. Desde entonces el filme ha iniciado una exitosa una gira nacional e internacional, que este miércoles se ha coronado con una nominación a los premios más importantes de la cinematografía española en la categoría Mejor película documental.
“Estoy muy contento con la nominación. Tanto Nayra como yo queremos compartirla con todo nuestro equipo, con los trabajadores que llevaron a cabo la obra en el interior del edificio y con todos los que nos ayudaron para la liberación de la película. En ese sentido, es muy emocionante que la entrega de premios sea el 7 de febrero, justo el día en que se cumple un año de su liberación. Lo que ha pasado durante este periodo es algo que nunca podremos olvidar”, ha explicado Moreno a eldiario.es.
Un relato involuntario de la crisis
Víctor Moreno entró al Edificio España por primera vez en septiembre de 2007. Su objetivo era retratar todo lo que había allí antes de que desapareciera. “Durante las primeras semanas grabé cada una de las plantas, el hotel, las oficinas, los objetos abandonados, las fotografías...”, relata. Pero con el tiempo el día a día de la obra se fue tejiendo con las historias de los trabajadores.
“Era otra España. Con unos 200 obreros de diferentes nacionalidades, aquello parecía la Torre de Babel”, rememora el cineasta, que pasó junto a ellos todas sus horas de trabajo durante un año. “Tuve que parar en dos ocasiones durante un mes y medio porque me había quedado sin dinero, ya que todo salía de mi bolsillo”, explica.
Pero en medio de ese arduo trabajo la burbuja estalló y los planes de convertir la torre en un conjunto de viviendas de lujo, un hotel y locales comerciales desapareció. Moreno regresó dos años después, en 2010, para retratar la soledad de la mole, el vacío: “La mayoría de los obreros que trabajaron allí ya no están en España. Fueron las verdaderas víctimas. Por eso dediqué mi película a todos ellos”, explica.
El rascacielos, que nació en 1953 como símbolo de la prosperidad que intentaba mostrar el régimen franquista –o como dice uno de los guardias jurados en el documental, como “apología del capitalismo”–, se transforma durante los 94 minutos del filme en el retrato de la euforia inmobiliaria y, al final, en la metáfora de una España destrozada por la crisis.
Sin embargo, a la historia del Edificio España y de su documental le esperaba otra metáfora. Poco después de que se conociera la censura a la que se sometía al filme el Banco Santander cerró un acuerdo de venta con el empresario chino Wang Jianlin. El plan de Jianlin, uno de los hombres más ricos de su país, es convertir finalmente el Edificio España en un centro comercial y un hotel de lujo. Hace pocas semanas el Ayuntamiento de Madrid aprobó el Plan de Ordenación Urbana que permite modificar sustancialmente la estructura del rascacielo, que estaba protegido por su valor arquitectónico. Aunque aún los detalles no se han hecho públicos, es probable que la reforma respete la fachada principal del edificio pero no la trasera ni las laterales, algo que han denunciado varias asociaciones que defienden el patrimonio urbano de Madrid.