En solo 24 horas, las redes sociales se han llenado de mensajes que cuestionan a Elisa Mouliaá tras denunciar a Íñigo Errejón. La actriz ha terminando saliendo al paso de los comentarios que ponen en duda por qué ha denunciado ahora, por qué fue a su casa o por qué no estaba con su hija si tenía fiebre.
“Por aclarar mensajes a los neandertales que dicen que debía estar en mi casa con mi hija y marido un sábado de septiembre: una mujer puede salir de fiesta con sus amigos si le da la gana cuando quiera y sin que la juzguen, teniendo o no marido, estamos en 2024”, ha respondido Mouliaá.
El caso vuelve a poner de manifiesto la dificultad de denunciar de las mujeres y las consecuencias que eso tiene para quien lo hace. “Son repugnantes vuestros comentarios”, ha contestado Mouliaá, cuya denuncia ya está en manos de un juzgado de Madrid que deberá decidir si abre diligencias al ya expolítico.
En sus mensajes de Twitter, la actriz ha vuelto a subrayar que “era todo invasivo e incómodo” en la situación que vivió con Íñigo Errejón y ha reiterado la acusación que ya hizo ante la Policía. “Yo estaba ilusionada con Íñigo, le tenía en un pedestal... pensé que podía ser una historia de amor preciosa, pero en lugar de encontrarme con algo romántico me encontré con una persona que lo único que quería era tocar mi cuerpo y meterme la lengua”.
La denuncia presentada el jueves por la noche, a la que tuvo acceso elDiario.es, recoge que los hechos que relata ocurrieron sin su consentimiento y que se sintió “paralizada”. “¿Se siente víctima de un delito sexual?”, le preguntaron los agentes, a lo que ella respondió que sí, tal y como ha quedado plasmado en la declaración. La de Mouliaá es la única denuncia que ha llegado al juzgado, aunque hay otras mujeres que señalan al ya expolítico por su comportamiento hacia ellas.