El Gobierno minimiza las cifras de los españoles que se van del país

España pierde habitantes. La llegada de extranjeros durante los años de bonanza económica se ha visto muy reducida con la crisis y, desde entonces, cada año son más los españoles que hacen las maletas para buscar un futuro mejor en otros destinos. El Gobierno calcula que 136.573 españoles han partido en los últimos dos años, según una respuesta escrita al diputado socialista Miguel Ángel Heredia. Sin embargo, los especialistas señalan que las fuentes oficiales son poco precisas porque solo se basan en los registros consulares, en los que muchos españoles no se dan de alta cuando emigran.

El dato de los 136.000 emigrantes no es nuevo. El Gobierno facilita las cifras de la Estadística de Migraciones del Instituto Nacional de Estadística (INE), que se hicieron públicas el pasado mayo. Sin embargo, el Partido Socialista quería que el Gobierno se pronunciase sobre la magnitud de este fenómeno demográfico, “que subestima generalmente con declaraciones como las de la Ministra Fátima Báñez o el impulso aventurero de la secretaria general de Inmigración y Emigración”, cuentan en el partido. “Pretendíamos saber qué cifras son las que maneja el Gobierno”, continúa una portavoz.

Según la respuesta por escrito enviada por el Gobierno, 57.267 españoles abandonaron el país en 2012 y 79.306, en 2013. Los datos referentes al año pasado aún son temporales. Amparo González-Ferrer, investigadora del Instituto de Economía Geografía y Demografía del CSIC, explica que hay que tomar estas cifras con precaución. “En primer lugar, no están midiendo las salidas de españoles sino el número de españoles que han decidico comunicar voluntariamente en un consulado en el extranjero que están residiendo fuera de España. Puede, y de hecho suele ser habitual, que hayan llegado bastante antes al país”, apunta.

La respuesta del Gobierno tampoco desglosa la información entre españoles nacidos en España y los que han adquirido la nacionalidad. En 2013, de los 79.306 que emigraron según el INE, 52.160 dejaban su país natal.

Según la investigadora, las cifras oficiales sobre flujos migratorios en España son “muy poco precisas”. El INE solo tiene en cuenta los registros de los consulados, “y, entre ellos, solo los de residentes permanentes, que son los que pueden demostrar que van a permanecer allí más de un año. Las cifras de los residentes temporales no se conocen”, añade González-Ferrer.

Las pocas ventajas de inscribirse en el consulado del país de destino provoca que no siempre se produzca esta comunicación. “Es frecuente que las personas se den de alta cuando les hace falta para algo como renovar el pasaporte o para votar en las elecciones”, explica.

Las diferencias entre este registro y la realidad puede ser, por tanto, muy elevado. Según un estudio de la Fundación Alternativas para los cuatro años previos a la respuesta del Gobierno (2008-2012), elaborado por Amparo González-Ferrer, alrededor de 700.000 españoles dejaron el país. En estos años, la cifra oficial del INE asciende a unas 225.000 personas.

“Mejorar la medición no sería muy costoso”

Aunque las dificultades en la medición se extienden a los organismos de otros países, algunos como Reino Unido han añadido un sistema de encuentas en los puntos de entrada y salida del país que permiten arrojar algo más de luz sobre este fenómeno.“Porque ahí sí estás calculando las salidas en el momento en el que se producen”, indica. España ha pasado de ocupar el puesto 14 como emisor de emigrantes laborales a este país en 2010 al segundo lugar en 2013, por detrás de Polonia.

“Es normal que el Gobierno se remita a los datos del INE, que son incompletos pero son los datos oficiales. Lo que podría hacer es mejorar la medición de este fenómeno que se ha demostrado creciente”, dice González-Ferrer. Según la investigadora, si alguna utilidad de análisis tienen las cifras oficiales es la de referencia con series anteriores. Los datos de registros en consulados aumentan desde que comenzó la crisis, año a año, porque esa es la tendencia de la emigración pero la información acerca del flujo es muy reducida.

“Hay alternativas no muy costosas, como preguntar en el consulado por el nivel de estudios y cuándo llegó esa persona en el momento del registro. O hacer públicos los datos de residentes temporales”, apunta la investigadora. Otra medida posible sería preguntar “cuántas personas han abandonado el hogar familiar en las Encuestas de Población Continua que ya se realizan”. “Eso lo tendría que ordenar el Gobierno, pero no es una prioridad. En realidad de ningún Gobierno en una situación como la española”, concluye González-Ferrer.