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La idea que encendió la mecha de la primera marcha nacional contra la violencia machista

Fue una tarde de jueves del mes de enero. Las mujeres de la Coordinadora Feminista de Valencia, que trabaja a escala local por la igualdad de género, celebraban una de sus habituales reuniones. Sin embargo, ese día sería diferente. Aquel jueves se plantó la semilla de lo que hoy es la primera marcha estatal contra las violencias machistas, que el movimiento feminista lleva diez meses organizando y que recorrerá las calles de Madrid el sábado 7 de noviembre.

#YoVoy7N, #VivasNosQueremos, #NiUna Menos, #MarchaContraViolenciasMachistas. En los últimos meses las redes se han inundado de etiquetas que invitan a sumarse a la movilización. Más de 200 autobuses, unidos a los aviones que volarán desde Canarias y Baleares, partirán de todas las provincias del territorio español para confluir en la capital. De Córdoba, por ejemplo, saldrán siete, seis de Gijón y otros trece de Valencia. Pero no solo las capitales de provincia se suman, también personas procedentes de municipios más pequeños exigirán a las administraciones públicas que la violencia de género sea considerada una cuestión de Estado.

807 mujeres han sido asesinadas por sus parejas o exparejas desde 2003, año en que el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad comenzó a contabilizarlo. En lo que va de año, son 41 las víctimas mortales, una cifra que podría incrementarse hasta las 45 de confirmarse los cuatro casos que actualmente se encuentran en investigación. Sin embargo, la estadística solo computa las agresiones en el marco de una relación sentimental, por lo que según algunas organizaciones se trata de un recuento parcial.

Una inquietud latente

“A las mujeres nos están agrediendo y matando todos los días”, denuncia Macu Gimeno, de la Coordinadora Feminista de Valencia. De ella partió aquel jueves la idea que ha cristalizado en la movilización, que saldrá a las 12.00 del Ministerio de Sanidad para desembocar en la madrileña Plaza España.

Nunca antes se había organizado en España una marcha de estas características, a pesar de que “era una inquietud que estábamos sintiendo muchas”. El impulso final lo ha dado el ambiente contestatario de los últimos años y la falta de una respuesta contundente al goteo constante de asesinatos machistas. “Las mujeres hemos apoyado todas las luchas sociales, pero frente a esto siempre estábamos solas”, denuncia Gimeno.

Tras ser aceptada la propuesta en Valencia, “quedamos en que cada una hablaría con sus contactos para evaluar cómo estaba el ambiente”. La idea corrió como la pólvora y el 28 de febrero ya se celebró una asamblea en Madrid a la que acudieron personas de varias provincias españolas. Fue entonces cuando se decidió el nombre: marcha estatal contra las violencias machistas.

Violencias, en plural, porque “no solo se da en el ámbito de la pareja o expareja, también las agresiones sexuales son violencia e igualmente se da en el entorno laboral, social, en las relaciones familiares, la publicidad o los medios”, dice Noelia Landete, de la comisión de comunicación. El pasado 30 de octubre, la Asamblea 7N lanzó en Twitter el hashtag #ViolenciaMachistaEs, que al poco tiempo se convirtió en tendencia.

Para la politóloga y directora del Observatorio de Género de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, Laura Nuño, lo fundamental es lanzar un grito unitario contra la naturalización de la violencia machista. En su opinión, una lacra que “sigue sin generar la vergüenza y rechazo acorde porque la sociedad ha interiorizado que es una cuestión íntima y privada, en la que el Estado y la sociedad no deben meterse”, asegura.

En la primera asamblea de Madrid también se comenzó a poner en marcha la maquinaria organizativa, a pesar de que “nos mirábamos las caras como si dudáramos de que una movilización así fuera posible”, confiesa Landete. Aún así, se creó la comisión de manifiesto, que estuvo trabajando todo el verano, la de comunicación, que lanzó las cuentas de Twitter y Facebook, y la de logística, que se ocupa, entre otras cosas, de la coordinación del transporte, el alojamiento y la gestión de los permisos.

La cartelería corrió a cargo del colectivo feminicidio.net y la iniciativa social Lo Personal Es Político se encargó de la página web de la marcha. A ella ya se han adherido más de 300 colectivos, además de otros tantos partidos políticos, como PSOE, Podemos e IU, y sindicatos. Landete insiste en la importancia de que las formaciones “no se apropien de la movilización porque quien está detrás de la convocatoria es el movimiento feminista”, aclara.

El Ayuntamiento de Madrid apoyará la marcha

A nivel institucional, son ya varios los Ayuntamientos que han aprobado mociones a iniciativa de la Asamblea 7N para apoyar la manifestación. El consistorio madrileño lo hizo el pasado día 28, de forma que se compromete a movilizar los recursos necesarios para la marcha, iluminar de violeta el Palacio de Cibeles y colgar una pancarta con el lema “Contra las violencias machistas”. Eso a pesar del voto en contra del Partido Popular, que se opuso argumentando que el manifiesto “habla de unos recortes que no se han producido”.

Sin embargo, el presupuesto para la prevención de la violencia de género se ha recortado un 26% desde 2010 y el programa específico para la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres ha perdido un 61% de sus recursos en una década. Diez años que ha cumplido la entrada en vigor de la Ley Integral contra la Violencia de Género, una normativa “con lagunas, que debe contemplar la violencia estructural o simbólica y desarrollar de forma adecuada la prevención”, apunta Landete.

Violencia alimentada por el machismo que fomenta “nuestra desvalorización, la cosificación de nuestros cuerpos y resta credibilidad y autoridad a las mujeres”, según el manifiesto que ha lanzado la Asamblea 7N y que leerá al culminar la manifestación. Pero además de revertir los recortes, la marcha pedirá, entre otras cosas, que el Estado cumpla las recomendaciones del Comité de Naciones Unidas para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW en inglés), que ha llamado la atención a España en varias ocasiones en cuanto a la escasa formación de los jueces en materia de violencia de género y le ha reprochado que la austeridad provoca un “grave y desproporcionado impacto en las mujeres”.

Las organizadoras pretenden seguir la senda del 'Tren de la Libertad' celebrado el 1 de febrero de 2014, que se constituyó como la mayor protesta contra la reforma de la ley del aborto que entonces preparaba el exministro de Justicia Alberto Ruiz-Gallardón. También supuso una inyección de fuerza para las organizadoras del 7N la multitudinaria movilización que el pasado 4 de junio vivió Argentina bajo el lema #NiUnaMenos y que logró aunar voluntades de todos los sectores.