“Cuando hay un pico de contaminación en Madrid, el médico nos dice que no salgamos a la calle, que evitemos especialmente el centro, que no hagamos ejercicio físico, tenemos que recurrir a lo que llamamos 'medicamento de rescate' [una mayor dosis de la habitual u otra medicina complementaria]. Yo me ahogo más y más de una vez personalmente he acabado en Urgencias. Y solo se pasa cuando llueve”.
Así resume su experiencia como vecino del centro de Madrid Mariano Pastor, miembro de la Federación Española de Asociaciones de Pacientes Alérgicos y con Enfermedades Respiratorias. Pastor sufre de EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica). Lo hace en respuesta a las declaraciones de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, el día de Año Nuevo en la Cadena SER: según ella “nadie muere de esto [contaminación atmosférica], no quiero que se genere una alarma de salud pública”.
“Nos falta el respeto enormemente. Trabajo por el colectivo de enfermos respiratorios desde hace años, resta importancia y ridiculiza en un momento tanto mi problema como afectado como mi trabajo de años”, sigue Mariano, que tiene 55 años. “Ella ahora juega con que nadie ha muerto de manera inmediata por la contaminación. Claro, todos morimos por un cúmulo de circunstancias y sus consecuencias. Que la contaminación mata es tan evidente como el tabaco”. Desde su Federación han defendido la puesta en marcha y mantenimiento de Madrid Central: “Fue una salvación”.
Las visitas de Mariano a los hospitales las avalan datos oficiales de la Comunidad de Madrid: en los picos de contaminación se producen también repuntes radicales de ingresos, de hasta un 47% en 2017. También Marciano Sánchez Bayle, médico y presidente de la Asociación en Defensa de la Sanidad Pública lo corrobora: “En los picos de contaminación se recomienda a los enfermos crónicos no salir de casa y alejarse de las zonas más contaminadas, y la medicina de rescate, que depende para cada enfermo”.
“Es horrible estar en Madrid”
El testimonio de quienes tienen una patología respiratoria y viven en Madrid es similar entre pacientes. Sonia padece EPOC desde 2004, actualmente en fase cuatro y con enfisema pulmonar. “Es horrible estar en Madrid capital cuando hay un índice elevado de contaminación. Porque cuando lo hay, aunque no lo digan, porque a veces no lo dicen, nuestros cuerpos lo notan. Estamos más fatigados, a mí me cuesta respirar. Yo voy con una mochila de oxígeno líquido siempre y aun así en esos momentos no puedo salir a la calle. He acabado muchas veces en Urgencias porque me tenían que dilatar los bronquios. Tengo que usar el inhalador de rescate no una vez al día en esos momentos, sino todo el rato”.
“Ahora intentan salvarla [a Ayuso] diciendo que lo que quería decir es que nadie muere de manera directa, nadie se cae redonda en la calle”, sigue Sonia, que tiene 54 años. “Bueno, pues el otro día yo tenía un coche aparcado a 15 metros de mí en marcha. Me tuve que marchar, porque no podía respirar, no lo soportaba. Sí me moriría si hubiese estado mucho tiempo ahí. A gran escala es lo mismo. Cuando no tenía oxígeno, hace unos cinco años, un día normal no aguantaba más de media hora en el centro de Madrid”. Ahora, por el estado avanzado de su enfermedad ya no puede, pero hasta hace no tanto la salvaba irse a la sierra, o a otras ciudades, “porque ya se notaba que el aire es otro”.
También le pasa a Conxi Grau, presidenta de la Asociación de Asmáticos de Madrid. Ella también es asmática y recuerda que a corto o largo plazo la contaminación afecta a la salud “de todos, enfermos ahora o no”, y lamenta la desinformación de la presidenta de la CAM. Ella se fija en cómo algunos visitantes van al centro de Madrid con mascarillas: “¿Tendremos que acabar así? Se trata de mejorar el aire de las ciudades, no de que nos tengamos que acostumbrar a vivir así”. Invita a la presidenta a que hable con ellos, “con las asociaciones, con los afectados, con los neumólogos. Solo hace falta eso”.
Corto y largo plazo
En la relación entre mortalidad y contaminación atmosférica, explica Sánchez Bayle, hay dos variables: a corto plazo, “afecta a personas con problemas respiratorios graves, como asmáticos o EPOC, y también cardiacos, con el aumento de infartos y anginas de pecho”; y a largo plazo, “en población no enferma, genera hipertensión, diabetes, cáncer de pulmón (es la segunda causa después del tabaco). En fetos provoca prematuridad, microcefalias o disminución de la capacidad pulmonar”. Él es pediatra y apunta concretamente también que “en los niños no afecta tanto de manera directa la mortalidad, sino en las enfermedades que sufrirán en el futuro. Tienen más respiraciones por minuto para menor superficie corporal”.
A Ayuso le ha desmentido el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) e incluso la directora de Medio Ambiente de la OMS, en unas declaraciones a El País. Un informe de la Asociación que preside Sánchez Bayle estimaba que, en 2015, murieron 15 madrileños al día por la contaminación. Para Sánchez Bayle, “parece mentira que alguien pueda decir lo que ha dicho Ayuso. ¿Cómo una persona con este planteamiento va a adoptar medidas significativas para reducir el problema?”.
Por los que lo sufren hoy y por los que han fallecido, sostiene, “o rectifica de manera clara y formal, o debería irse o, sus compañeros de partido, hacer que se vaya”. A la presidenta le ha arropado este jueves el alcalde de la capital, José Luis Martínez Almeida, afirmando que se le había “sacado de contexto”.