A Carlos Andradas, rector de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), la más grande de España, se le percibe molesto con la situación en la que ha quedado la Universidad a raíz del trato de favor que recibió la ya expresidenta de Madrid, Cristina Cifuentes, en la Rey Juan Carlos. Durante la entrevista, realizada el día antes de que Cristina Cifuentes dimita como presidenta de la Comunidad de Madrid, se esmera por defender esta institución y su funcionamiento frente a algunas prácticas que se han llevado a cabo en la Universidad Rey Juan Carlos (URJC), pero mide sus palabras a la hora de lanzar críticas directas.
¿Qué pensó cuando vio la noticia por primera vez?
Lo primero que pensé fue que: mal asunto para las universidades. Seguro que va a haber infinidad de críticas y de gente que va a disparar contra todo lo que se mueve. Después hay cosas que no se pueden tolerar y que hay que ir corrigiendo y actuando de manera contundente. Siempre defiendo que la Universidad tiene que funcionar sobre la base de la confianza, es la única manera. No podemos estar revisando papeles continuamente. El principio debe ser el de la confianza, así funcionan las universidades anglosajonas, de las que algo tenemos que aprender. Pero para que eso funcione en el momento en el que hay una quiebra de la confianza hay que ser contundente, reaccionar y corregir eso. Eso es lo que le hemos pedido, y yo personalmente, tanto al rector de la Rey Juan Carlos como a la Cristina Cifuentes.
En el caso de Cifuentes, le ha costado un poco reaccionar y ser “contundente”. ¿Qué le parece su dimisión? (Esta pregunta se hizo el día después de la dimisión de Cifuentes)
Era inevitable. En mi opinión, debía haberlo hecho antes, contribuyendo a crear la cultura de que los cargos públicos deben ser ejemplares en su relación con lo público y no poniendo en el ojo del huracán a la universidad ni a las universidades . Una pena que al final sea como consecuencia del 'famoso' vídeo, en lugar del máster.
¿Deberían quitarle el máster?
Sobre esto se han escrito muchas cosas. Declarar nulo un acto administrativo no es fácil y en última instancia no depende de la universidad, lo sé por alguna situación que nos hemos encontrado en la Complutense. Cuando hay una situación en la que se quiere declarar la nulidad de un acto administrativo, la universidad debe comenzar el proceso, pero la decisión depende del Consejo Consultivo de la Comunidad de Madrid, que a la vista del expediente decidirá si el acto es nulo o no. Hay otra posibilidad, que es la anulabilidad. No es que sea nulo de pleno derecho porque no se cumplan algunos requisitos, como parece este caso, sino que se anula cuando hay motivos de lesividad, y eso va por vía judicial. Son dos procesos distintos. A la universidad le corresponde iniciar esos procesos. Lo que sí es importante es que la universidad dé los pasos y construya el expediente con todos los pasos que permitan tomar la decisión. Por eso es muy importante, y hay mucha gente que no es consciente, que cuando hay un acto administrativo firme ser consciente quién lo está haciendo. Tribunales de Trabajo de Fin de Máster, de oposiciones, tesis doctorales. Que sean conscientes de que no es fácil declarar nulos estos actos.
Si se diera el caso, ¿la UCM estaría dispuesta a asumir alguna facultad de la URJC?
No es un escenario que nos planteemos. La Complutense es una universidad suficientemente grande ya. Estamos dispuestos a colaborar con la universidad y de alguna manera lo estamos haciendo. Creo que somos universidades distintas, cada una con su problemática.
¿Le han pedido (o piensan hacerlo) a la URJC que se retire del convenio que tienen con algunas universidades para realizar cursos, como por ejemplo Harvard?
Justo estamos en el proceso y valorando lo que hacemos. No es una decisión solo mía, pero está en estudio.
La URJC tiene más de 400 profesores visitantes, mucho de ellos ilegales porque incumplen los requisitos para serlo (como Margarita, la hermana de Cifuentes). ¿Qué solución tienen estas situaciones?
Pedir que no se utilicen mal las figuras del profesorado. Las figuras de profesorado que tenemos necesitan una revisión y eso hace que al final uno termine utilizando mal algunas figuras. Con esto no quiero justificar nada, solo ofrezco una explicación de por qué pasa lo que pasa. Hay que pedir que las figuras del profesorado se usen para lo que están pensadas. La del visitante es para profesionales de reconocido prestigio, etc. y se tienen que ajustar a la ley.
¿Los títulos de la URJC se desvalorizan con esto?
No. Lo que sí queda dañada es su imagen, y la imagen de una institución pública es muy importante, es el mayor valor que tiene y hay que cuidarla. Pero los títulos tienen plena validez, los estudiantes trabajan como en cualquier otra universidad para sacar adelante sus títulos y sus trabajos, no se puede decir eso.
La UCM tiene institutos, como la URJC. ¿Cómo operan?
De los institutos universitarios solo tenemos dos con personalidad jurídica propia y podrían tener sus cuentas de manera autónoma. Lo demás está integrado en la contabilidad general de la UCM y en ese sentido está controlado, no se puede hacer un gasto sin justificar. Uno de esos institutos es el de Ciencias Musicales, con un patronato en el que participa la Comunidad de Madrid, el Ministerio de Educación y el Instituto Ortega y Gasset. El resto son institutos que no tienen CIF propio y todo su funcionamiento está integrado en la universidad.
¿La UCM hace auditorías externas?
La universidad tiene la auditoría de la Cámara de Cuentas, que audita todo. También estamos sometiendo a una evaluación externa a nuestros institutos de investigación.
¿Le falta control externo a la universidad? Mi experiencia como periodista es que cuando pides cuentas fuera de la universidad, la Consejería o o el ministerio de turno siempre apelan a la “autonomía universitaria”.
Yo soy un gran defensor de la autonomía universitaria. Sé que a raíz de esto mucha gente no estará de acuerdo, pero creo que es absolutamente vital. De hecho, algunas de estas situaciones, paradójicamente, se darían menos si hubiera más autonomía. Si hubiera unos presupuestos más independientes del Gobierno de turno, si fueran más predecibles y estables en el futuro. Después de eso, cada año las cuentas son aprobadas en Consejo de Gobierno, auditadas externamente en una auditoría que sale a concurso (nosotros la tenemos con KPMG). Todo eso se envía al Tribunal de Cuentas. Yo creo que hay controles suficientes y que la solución no es poner más controles sino ir introduciendo mayor transparencia, y en ese sentido creo que se están dando pasos. Con la Ley de Transparencia estamos obligados a meter en el portal de transparencia los concursos, licitaciones, gastos por importe superior a cinco mil euros, etc. Creo que instrumentos de control hay ahora mismo suficientes, lo que hay que hacer es ejercitarlos. Pero no solo desde el punto de vista económico. Creo que el problema, con todo, no es económico. Está el tema de los másteres —que curiosamente los aprueba un organismo externo; nosotros los proponemos, pero la autorización final es del Consejo de Universidades, debe tener informe favorable de la ANECA—. Mecanismos de control existen, y en muchos casos lo único que hacen es entorpecer y dificultar más que ayudar. No digo que no deban existir, pero muchas veces se nos achaca que no somos ágiles; no podemos serlo más.
¿Quién controla al rector?
A mí me encantaría que los rectores tuviéramos la ocasión de ir a rendir cuentas a la Asamblea. Que nos pregunten, presentar allí qué hacemos y que cualquier miembro de la asamblea nos pudiera hacer las preguntas que quisiera.
Ha mencionado los másteres. Se ofertan más de 3.000 en España. ¿Se han descontrolado el asunto?
Seguramente. Creo que tenemos una oferta excesiva. Es difícil de decir. Lo que defiendo desde hace tiempo es que lo que tenemos que hacer es ir a una oferta modular, donde se definan bloques de materias y luego el estudiante pueda combinar, que no haya estructura demasiado rígidas. El número de másteres, que asusta, hay que revisarlo. Qué ofrecen, a quién va dirigido. Ahora tenemos una oferta que está quizá todavía demasiado centrada en el profesor más que en el estudiante. El profesor, por razones equis, trabaja en determinadas cosas y acaba montando un máster en esas cosas, muchas veces sin plantearse si el máster tiene objetivos definidos, si le da un valor añadido al estudiante o no.
El sistema de contratación de profesores, con tribunales, etc., ¿funciona? Parece que los departamentos tienen mucha fuerza, eligen los miembros que quieren y al final el 70% de los profesores de universidad vienen del mismo centro en el que ejercen. ¿No hay algo que falla aquí?
Hay algo que falla, sí. La movilidad, el flujo de profesores de unas universidades a otras para trabajar de manera estable, siempre ha sido una de las asignaturas pendientes en España. Esto obedece a razones históricas y sociales, no se puede despegar de la realidad social del país. Siempre he dicho que en un sistema como el que tenemos, donde el incentivo por irse a la universidad a, o b, o c es nulo porque el sueldo es el mismo, uno tiende a quedarse donde el sistema social le ofrece una mayor ventaja: donde tiene la familia, etc. Si además en este país tener trabajo es casi un privilegio, desplazarte a otro sitio puede suponer poner a tu cónyuge en una situación difícil y uno acaba por no moverse. Pero sí es una asignatura pendiente a corregir. ¿Cómo? Es complicado, se han tomado iniciativas y ninguna ha funcionado. Curiosamente, el sistema que tenemos no siempre ayuda. Me refiero al sistema de acreditaciones de la ANECA, etc. Ya he dicho en muchas ocasiones que este sistema, que pudo tener un sentido en un momento determinado, ahora está creando problemas. Cuando tú obtienes tu acreditación, estás acreditado para cualquier sitio. Si realmente el incentivo para ir a otro lado no existe, uno termina allí donde está. Habría que revisar el sistema. Por ejemplo, se nos exige a las universidades movilidad, internacionalización, pero si yo quiero traer a un profesor de Alemania o EE UU, lo primero que se encuentra es que necesita una acreditación de algo que aquí existe y en su país no. Tiene que acreditarse, pero él pensará: “Ahí tiene mi currículum y tengo otras ofertas de otras universidades que me seleccionan en base a lo que he hecho”.
Desde fuera da la sensación de que en este tema ha habido un cierto corporativismo, quizá como pasó con Suárez, se tardó mucho en decir algo.
Entiendo esas críticas, pero también creo que es casi imposible hacer otra cosa. Por ejemplo, la CRUE, o algunos rectores, hemos dicho que nos parece que estas situaciones no son admisibles y hay que llegar hasta el final. Es evidente que hay irregularidades que se han puesto sobre la mesa, y tanto los que las han cometido como los que se han beneficiado de ellas tienen que tener responsabilidades, pero la decisión última, pasar de las palabras a los hechos, lo tiene que tomar quién lo tiene que tomar, que por un lado es el rector de la universidad implicada y las personas implicadas como beneficiarias. Poco más se puede hacer. Lo que vengo defendiendo desde hace algún tiempo es que la CRUE debería elaborar un código ético de conducta que nos vincule a todos, de tal manera que cuando se rompe el código ético, no se pueda participar en esa asociación hasta que no se restaura. Pero es evidente que las decisiones las tiene que tomar quien tiene la capacidad de hacerlo. La de sancionar o no, la de dimitir o no. Los demás podemos decir que esto que alguien hace nos perjudica a todos, que crea una situación de incertidumbre que hay que solucionar.
¿Han revisado en la UCM alguna cosa concreta a raíz de este caso?
Lo que sí hice fue preguntar por nuestros sistemas de control. Si una persona quiere modificar un acta, qué pasa, ¿nuestros protocolos de actuación están claramente definidos? ¿Quién lo tiene que hacer, quién no, qué pasos hay que dar? Pregunté si eso estaba claro. En nuestro caso tiene que haber una petición por escrito firmada por el profesor en cuestión, solo puede reabrir el acta la jefa de secretaría correspondiente. Pedí que se revisara esto. Ahora, de cara a los procesos de admisión y puesta en marcha de los nuevos títulos para el curso próximo pediremos a todo el mundo que en aras del buen nombre y la credibilidad de la institución que se revisen al máximo todas las cuestiones. Pero, insisto, ahora mismo las cosas están funcionando razonablemente bien.