Miguel Ángel Aparicio es un prestigioso catedrático de Derecho de la Universidad de Barcelona y uno de los autores a los que el rector de la Universidad Rey Juan Carlos ha copiado y pegado. Está jubilado y tiene más de 80 publicaciones en sus años de investigación y docencia.
¿Cómo se dio cuenta de que el rector le había plagiado?
Me enteré por un email de un catedrático compañero de Historia del Derecho el pasado 22 septiembre. En él, este colega me daba cuenta de dos plagios, no de uno. Busqué en Internet el libro del rector Fernando Suárez, lo compré online y cuando me llegó a casa lo confirmé. En su primer plagio, el 100% –menos la introducción– es de mi obra El status del Poder judicial en el constitucionalismo español (1808-1936). Utiliza párrafos completos y a veces los cambia de posición, por eso un programa informático puede dar que ha copiado el 70%, pero en realidad es plagio completo. Pero es que también me copia otras 58 páginas literales para un artículo que luego publica en Estado y territorio en España, 1820-1930.
¿Ha hablado con él sobre esto?
Ni lo he intentado. ¿Para qué? ¿Para insultarle?
Va a demandarle por un delito de Propiedad Intelectual
Vi que era más fácil la vía civil que la penal, así que preparo una demanda civil. Tengo ya un borrador y estoy esperando las correcciones de un colega de mi confianza. Voy a pedirle indemnización por daños morales. Pensé en la demanda para que así los medios pudieran publicar que se reconocía el plagio, aunque la reparación va a ser difícil.
¿Es habitual la práctica del plagio en la universidad?
Yo en mi vida no he visto algo así. Sí se conocen algunos plagios de tesis, pero algo así nunca lo he visto. En el área de conocimiento de cada uno nos conocemos todos y sabemos perfectamente quién ha publicado qué. Así que al plagiar de este modo se hace con personas ajenas al área de conocimiento. Y eso no es frecuente.
La Conferencia de Rectores calla pero, ¿cómo se toma el plagio en la universidad?
Es el desdoro mayor desde el punto vista académico, porque significa que solo acudiendo al engaño te publican. Es la mayor manifestación de bajeza moral en el ámbito académico. Yo estoy investigando este caso por Internet y el currículum del rector Suárez, salvo que lo publicado sea plagio, tiene una cantidad de títulos publicados increíble, no entiendo ese afán de publicación. Su carrera ha sido fulgurante y un currículum así no se improvisa. Me parece imposible que haya escrito tanto, físicamente imposible.
El rector no comparece y tampoco ha mostrado voluntad de dar explicación
Que este señor sea rector es la negación radical de la mínima bondad que para la sociedad pueda tener la universidad. Los que tenemos vocación de servicio hemos vivido la dignidad de la universidad, y él está negándola, porque ni siquiera el plagio es obra suya, se ha limitado a coger bloques y los ha puesto.
He hablado con otros afectados y, si todo esto es verdad, debe estar dimitido de rector ya. Pero es más, por dignidad debería desaparecer de la universidad, no se puede permitir que esté en la universidad. Es terrorífico, impensable.
Es díficil escuchar reacciones políticas o académicas en público a estos plagios. ¿Corporativismo?
Ni mucho menos, el corporativismo entraña honor, compañerismo, cariño. Esto es otra cosa: o es que hay miedo o es que los que no hablan están pringados igual. El corporativismo ya no se da en la universidad.
¿Está la institución en decadencia?
La universidad desde hace 20 años ha iniciado un proceso de autodestrucción lamentable y la pública compite con la privada a ver cuál funciona peor. Por eso estos facinerosos, que ni siquiera hacen el gesto de dimitir, pueden estar en estos cargos.