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El grupo Ercros ha ocultado a las autoridades la cantidad real de mercurio que acumula en Tarragona

  • Correos electrónicos a los que ha accedido eldiario.es a través de filtrala.org constatan que esta práctica era conocida por varios directores de la fábrica

El grupo Ercros ha ocultado a las autoridades la cantidad real de mercurio que acumula en su planta de Flix (Tarragona). La fábrica ha mantenido una doble contabilidad de este metal pesado altamente contaminante utilizado en la producción de cloro, según los documentos a los que ha tenido acceso eldiario.es. Por un lado, ha enviado unas cifras de stock a la Comisión Europea y la patronal del sector EuroChlor y por otra manejaba cantidades diferentes de manera interna. El mercurio almacenado en Tarragona sirve, en ocasiones, para reponer el que se pierde en otras plantas del grupo.

“El mercurio no se gasta en este proceso industrial y solo hay que reponer el que se pierde. Pero ¿cuánto se pierde?”, se pregunta Leticia Baselga, de Ecologistas en Acción. Las diferencias en las cantidades de utilización de esta sustancia crean dudas sobre cuánto contaminante podría haberse liberado al medio ambiente.

En un correo electrónico obtenido a través del buzón de filtraciones seguras Filtra.la –que eldiario.es comparte con los medios Diagonal, Mongolia y La Marea–, fechado el 20 de enero de 2010, el entonces jefe de planta en Flix informa a los directores y al responsable de medio ambiente sobre un “nuevo balance de Hg [mercurio] modificado”. Ese correo lleva adjunto una evolución de balances bajo el epígrafe “modificado”. En el archivo se ve una diferencia sostenida desde 2001 a 2009 entre la cantidad “oficial” y “real” de este metal almacenado al principio y al final de cada año.

Así por ejemplo, en 2009, Ercros informa de que arrancó el año con 347 toneladas en Flix (“stock oficial”). Sin embargo la columna de “real” recoge 359,959 toneladas. Hay 12,9 toneladas de mercurio fantasma. Al acabar ese año, el balance “oficial” dice que quedan 348,92 toneladas (se habían ganado 1.900 kilos). La medición real llega a 368,82 toneladas, 8.800 kilos más que la cifra “real” al inicio de 2009 y casi 20 toneladas de diferencia de este metal respecto a la cifra que el grupo remitió para control público. Ercros envía a EuroChlor la cifra que denomina “oficial”.

El texto del mensaje añade: “Cuando reciba vuestra conformidad lo enviaré a Chantal”. Se refiere a la persona que funciona como interlocutor habitual con EuroChlor. Y esa cantidad “oficial” es la que aparece en los archivos de la Comisión Europea. Tanto en la entrada de 2009 como en la de 2010 se especifica que son “cantidades de mercurio remitidas de acuerdo a la regulación”.

Otros mensajes internos dan cuenta de que estas prácticas eran conocidas por diversos encargados de la empresa. Durante años, la cantidad declarada era menor a la clasificada como real, según los documentos. Uno de los mensajes, fechado en 2013, confiesa que hay entre 8 y 10 toneladas menos que las que se ha dicho.

El mercurio que se acumula en Flix ha hecho las veces de almacén para reponer este material en otras fábricas del grupo. Así, una carta de porte firmada por el departamento de Logística de Ercros el 29 de abril de 2013 informa de que 3.000 kilos de mercurio son expedidos desde Flix hacia la planta del grupo en Palos de la Frontera (Huelva). Uno de los mensajes internos analizados por eldiario.es con fecha de 18 de mayo de 2013 también habla de ese –y otros– trasvases.

“Existen dos formas de medición”

Teresa Conesa, secretaria general de Ercros, ha explicado a eldiario.es que esta discrepancia de cifras se debe a diferentes métodos de medición. “Existen dos formas de medición del stock de mercurio, una por niveles y otra por técnica radiométrica. Para tener un mejor control, se opta por hacer un seguimiento por los dos métodos”, asegura Conesa en un escrito. También insiste en que “hay una coincidencia, como no podía ser de otra manera, entre el stock a final de cada año con el stock a inicio del año siguiente para cada técnica utilizada”. Sin embargo no aclara por qué se optó por enviar la cifra menor.

La secretaria general del grupo ha reconocido a eldiario.es que los datos de la tabla histórica de cantidades (con diferencias marcadas como “oficial” y “real”, no como de distintas mediciones) reflejan la realidad pero, sin embargo, no ha querido pronunciarse sobre las prácticas que atestiguan los textos de los correos electrónicos: “Las personas implicadas no los han entregado a terceros voluntariamente”, ha sido su contestación. “No puedo decir que sean reales o no”.

Pero las discrepancias de datos han ido en ambos sentidos. En el correo electrónico de 18 de mayo de 2013, del jefe de Planta de Cloro-Álcali de Flix cuenta que “la declaración de existencias en la fábrica de Flix fue: TOTAL: 336,68 t (sin especificar más)”. Luego, el mensaje incide en “datos para uso interno” en los que cuenta los métodos de medición y remata: “En la práctica teníamos unas 8-10 t menos”.

El texto contiene en esas cuentas internas que 15 toneladas de mercurio metálico se han movido de esa planta a otras del grupo. 12 para Vil-I (Villaseca) y “3 para Palos” (Palos de la Frontesa, Huelva). Teresa Conesa subraya que “el balance de mercurio está perfectamente controlado, sin que sea posible tener salidas no reflejadas. Toda salida o entrada de mercurio con destino o procedencia de otro centro se notifica a EuroChlor en el informe anual correspondiente”.

“Extremadamente tóxico”

El mercurio es una sustancia “extremadamente tóxica para los seres humanos, los ecosistemas y la naturaleza. Puede ser mortal en dosis elevadas y dosis relativamente bajas bastan para dañar el sistema nervioso”, según lo define la Comisión Europea. Para controlar este producto peligroso, la CE tiene un reglamento “relativo a la prohibición de exportación de mercurio metálico”. Allí se consigna que las empresas comunicarán a las autoridades y a la Comisión “la cantidad total de mercurio almacenado en la instalación”. La CE se compromete a poner a disposición del público la información.

El método de celdas de mercurio utiliza este metal para conducir la corriente eléctrica que descompone el cloruro sódico para obtener el cloro y la sosa. Es un método anticuado y condenado a extinguirse. La estrategia comunitaria sobre el mercurio está destinada a “reducir las cantidades de este material en la Unión Europea, su circulación y la exposición de las poblaciones a dicha sustancia”. Con esta manera de producir, las empresas tienen que reponer parte del mercurio usado en la electrólisis.

El mercurio se pierde y se filtra por varios caminos: en los propios productos que se fabrican, en el agua residual durante la fabricación y la ventilación de las celdas que liberan la sustancia a la atmósfera. La secretaria general Conesa ha insistido en que las emisiones de mercurio de Flix están por debajo de lo permitido: “Tenemos un sistema que ya nos avisa cuando las emisiones al agua son un 75% más bajas de lo permitido y ante cualquier situación anómala se opta por parar la planta”. Lo cierto es que las cifras que aparecen en los documentos muestran cifras menores del umbral adoptado por la industria de 1 gramo por tonelada de cloro.

La tabla de almacenamientos que ha analizado eldiario.es tiene una parte dedicada a los consumos de mercurio de cada año. Aparecen en rojo y con la leyenda “los datos en rojo no se han introducido [en el balance oficial], son datos calculados”. Ahí, para el año 2008, por ejemplo, aparece un consumo de mercurio de 25,33 gramos por tonelada de cloro que fabrican en Flix. La producción de esta planta en aquel año, según informa la empresa, es de 150.000 toneladas. Es decir, se reporta un gasto de 3.799 kilos de mercurio. Esa cantidad es la que aparece en los informes sobre pérdidas de mercurio del Convenio de protección medioambiental OSPAR (al que está adherido y obliga a España): 25,33 gramos (pág.36).

Sin embargo, en otras celdas extra, en la parte “real”, la tabla de consumo es de 92,273 gramos. Eso daría un total de 13.840 kilos. Multiplica por 3,6 veces el consumo del metal tóxico respecto a lo que aparece en la parte real y que quedó consignada en el informe oficial del convenio internacional.

Visita inesperada de la inspección

La toxicidad probada del mercurio es la que ha motivado que esta tecnología deba desaparecer. Aun así, otro de los correos a los que ha accedido este medio relata cómo actuar si hay una visita de inspección inesperada de la Agencia Catalana del Agua (ACA) o de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE).

El texto viene fechado en febrero de 2010. Como origen aparece el jefe de Planta, y como destinatarios una técnica de medio ambiente y los directores. El texto dice: “Respecto a la posibilidad de que llegue la ACA/CHE y en ese momento tengamos la salida del C-12b cagada (Hg, PH...) no quedaría más remedio que una parada inmediata de la planta de FBC [fosfato bicálcico] y cortar todos los aportes a la EDAR [depuradora de agua] para que no salga ni gota por el colector”. Luego prosigue: “Se les explica que hemos tenido una emergencia en el FBC y que no sabemos cuándo arrancaremos”. Es decir, ante un control sobrevenido, la estrategia es parar la producción con la excusa de un desperfecto. El texto termina añadiendo que “este supuesto ya se ha llevado a la práctica”.

Conesa defiende que no tendría sentido una situación así porque sus sistemas internos de control entrarían antes en funcionamiento y porque “hay un medidor aguas abajo de la Generalitat que detectaría cualquier medición mala”. Un segundo correo de ese mismo 10 de febrero, que parte de Antonio Alegre para Verónica Miró y con copia para los destinatarios del anterior mensaje, pregunta a la técnica medioambiental “qué hacer si llegan a estar [ACA o CHE]”. Se informa de que un “problema quedó resuelto antes de finalizar la tarde y después de las acciones tomadas lo que no quita que estuvimos las horas mencionadas muy mal”.

Denuncias ecologistas

Las cifras sobre el mercurio dependen de lo que las propias empresas remiten a su patronal y de ahí a otros organismos oficiales. Así, el mencionado Convenio OSPAR especifica en su informe 2013 sobre pérdidas de mercurio en 2011 que “sobre la base de los datos facilitados por EuroChlor y los Estados firmantes”, la fábrica de Flix (ES/4) “ha decrecido notablemente su capacidad de celdas de mercurio”. Este informe viene registrando de esta manera una continuada disminución en las emisiones de mercurio. El OSPAR entró en vigor en 1998, según explica el Ministerio de Medio Ambiente. Un portavoz de Eurochlor contestó a eldiario.es acerca del balance de mercurio en las plantas del grupo Ercros que no disponen de “información específica sobre esta compañía. Sólo conocemos la cifras de la capacidad instalada”.

Las organizaciones ambientalistas han denunciado recurrentemente la contaminación derivada de esta fábrica. Ecologistas en Acción ha visitado en varias ocasiones el entorno de la planta de Ercros en Flix para medir las concentraciones de mercurio en el aire. En 2007, “nuestros muestreos detectaron 4.793 nanogramos de mercurio/m de aire en las inmediaciones de la planta, al lado de varias viviendas y de un parque infantil”.

Para 2010 las mediciones llegaron, cuentan los ecologistas, a 27.439 ng/m. “Un nivel que no se encuentra ni siquiera en las zonas históricamente más contaminadas por mercurio de Almadén”. Sara del Río, de Greenpeace, recuerda que los niveles de productos tóxicos derivados de la actividad de la planta como el hexaclorobenzeno medidos en la población han sido muy altos. Del Río se pregunta: “¿Hay que pagar ese precio por mantener una industria?”