En los últimos años, algunos países como Finlandia y Noruega han apostado decididamente por educar a sus estudiantes a través de pantallas y teclados y prescindir de la vieja forma de aprender con lápiz y papel o tiza y pizarra. Y desde entonces son numerosas las voces y las evidencias desde el mundo de la neurociencia y la psicopedagogía que han subrayado la necesidad de conservar esta vieja forma de escribir a mano por sus beneficios cognitivos y las ventajas a la hora de interiorizar los conceptos.
La última aportación en este terreno es un trabajo liderado por la investigadora de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología (NTNU) Audrey van der Meer en el que ha estudiado redes neuronales subyacentes involucradas en ambos modos de escritura. En él, sus autores afirman haber demostrado que cuando se escribe a mano los patrones de conectividad cerebral son mucho más elaborados que cuando se escribe a máquina o en el teclado de una tablet o un ordenador.
Para el estudio, publicado en la revista Frontiers in Psychology, los científicos han registrado la señal eléctrica cerebral de 36 estudiantes universitarios entre 18 y 29 años a través de electroencefalografía (EEG) mientras escribían o tecleaban una palabra que aparecía en una pantalla. Al escribir a mano, los voluntarios utilizaron un bolígrafo digital sobre una pantalla táctil, mientras que al teclear usaban un solo dedo sobre un dispositivo con teclas. La señal registrada era EEG de alta densidad, que mide la actividad eléctrica en el cerebro utilizando 256 pequeños sensores cosidos en una red y colocados sobre la cabeza, durante cinco segundos para cada lectura.
Lo que vieron fue que la conectividad de diferentes regiones del cerebro aumentó cuando los participantes escribían a mano, pero no cuando lo hacían a máquina. “Se sabe que una conectividad cerebral tan extendida es crucial para la formación de la memoria y para codificar nueva información y, por lo tanto, es beneficiosa para el aprendizaje”, explica Van der Meer. “Nuestros hallazgos sugieren que la información visual y de movimiento obtenidos a través de movimientos de la mano controlados con precisión cuando se usa un bolígrafo contribuye en gran medida a los patrones de conectividad del cerebro que promueven el aprendizaje”.
Estimular cerebro y cuerpo
Aunque los participantes utilizaron bolígrafos digitales para escribir a mano, los investigadores dijeron que se espera que los resultados sean los mismos al utilizar un bolígrafo real sobre papel. “Hemos demostrado que las diferencias en la actividad cerebral están relacionadas con la cuidadosa formación de las letras al escribir a mano y al mismo tiempo hacer un mayor uso de los sentidos”, sostiene Van der Meer.
Las diferencias en la actividad cerebral están relacionadas con la cuidadosa formación de las letras al escribir a mano
Por el contrario, el simple movimiento de pulsar una tecla con el mismo dedo repetidamente resulta menos estimulante para el cerebro, según estos resultados. “Esto también explica por qué los niños que han aprendido a escribir y leer en una tableta pueden tener dificultades para diferenciar letras que son imágenes especulares entre sí, como 'b' y ‘d’” afirma la investigadora. “Literalmente, no han sentido con sus cuerpos lo que se siente al producir esas letras”.
Con estos nuevos datos, los autores sugieren que sería beneficioso dar a los estudiantes la oportunidad de usar bolígrafos, aunque sin dejar de estar al día con los avances tecnológicos. Esto incluye adquirir conciencia de qué forma de escribir ofrece más ventajas en cada circunstancias y ser versátil . “Existe cierta evidencia de que los estudiantes aprenden más y recuerdan mejor cuando toman apuntes escritos a mano, mientras que usar una computadora con teclado puede ser más práctico cuando escriben un texto o ensayo largo”, concluye Van der Meer.
Evidencias acumuladas
Estos resultados se suman a una larga serie de estudios en los que los que se han comprobado beneficios de escribir a mano y asentar la coordinación ojo-mano. Experimentos anteriores han mostrado, por ejemplo, que escribir a mano mejora en las habilidades de composición escrita y que los estudiantes planifican mejor sus textos cuando usan lápiz y papel que cuando usan el teclado. Un estudio de 2021 mostraba que los estudiantes recordaban mejor los conceptos cuando los escribían anotándolos a mano sobre el papel. Una de las posibles explicaciones es lo que se conoce como “cognición corporeizada”, el mecanismo por el que integramos el conjunto de estímulos procedentes de nuestros cuerpo. En este caso, el proceso que se activa cuando entrenamos movimientos y procesos sensomotores más complejos y particulares para cada letra.
Juan Lupiañez, profesor del Departamento de Psicología Experimental de la Universidad de Granada, considera que se trata de un estudio muy interesante que muestra que la escritura a mano recluta el tipo de actividad neuronal que se produce cuando hay aprendizaje. “Al aprender a escribir a mano se integran circuitos motores y visuales, y esto implica una estimulación más completa”, explica. “De alguna manera, cuando escribes las letras por primera vez, o lees la letra escrita de otros, estás haciendo que el sistema se esfuerce a categorizar todas las formas de hacer una P y las agrupe, y eso hace que mejore el aprendizaje”. En su opinión, lo que revela este estudio, en la línea de otros anteriores, es que estos mecanismos fuerzan a varias regiones cerebrales y hacen que se quede un trazo más consolidado de lo que leemos o escribimos. “Por eso, ideas como las de Finlandia de enseñar a los niños a escribir solo con tabletas no son buenas”, resume.
Al aprender a escribir a mano se integran circuitos motores y visuales, y esto implica una estimulación más completa
Javier Marín Serrano, profesor de psicología del Lenguaje de la Universidad de Murcia, cree que la conclusión de este nuevo trabajo es perfectamente coherente con los conocimientos actuales que relacionan la actividad cerebral con los resultados del aprendizaje. Pero encuentra algunos problemas desde el punto metodológico, como no haber controlado las posibles diferencias y experiencia en el uso del teclado y la escritura a mano de los voluntarios. “Por otra parte —señala—, los autores parecen generalizar con cierta ligereza sus conclusiones a niños en edad escolar”. Esto debe hacerse con mucho cuidado, porque el cerebro de un joven de unos 20 años como los del estudio — recuerda— no funciona exactamente del mismo modo que un niño de 10.
Consecuencias en su vida adulta
Marta Ochoa, jefa del Servicio de Neurología-Neuropediatría de HM Hospitales en Madrid, cree que este nuevo resultado viene a confirmar algo que ya conocíamos, que escribir a mano activa muchísimas más áreas neuronales unidas a la percepción visual y espacial, y sirve para desarrolllar la motricidad fina. “Cuantas más áreas active con una única actividad, más neuronas se despiertan y mejora mi capacidad cognitiva, algo que será útil a los estudiantes, no solo para estudiar, sino para el resto de tareas en su vida futura, como por ejemplo conducir”.
Un ordenador no te da control fino, un bolígrafo, sí
En definitiva, asegura, saber coger un boli y saber manejarlo implica muchos más movimientos y vías que teclear. “Un ordenador no te da control fino, un bolígrafo, sí”, sentencia. En su experiencia con los menores, la especialista ve a diario cómo muchos no saben coger un lápiz y están perdiendo estímulos y emociones asociadas a esta vía de aprendizaje. ¿Qué pasará con estas generaciones en el futuro? “Todavía no tenemos datos, pero lo veremos”, asegura. “Mi opinión como experta es que hay determinadas áreas de su cerebro que no han ejercitado en el desarrollo y eso es probable que les ocasione dificultades en su vida adulta”.