¿Tiene la escuela que enseñarnos a interpretar una factura?
Fuera su intención o no, la presentación que tuvo lugar el miércoles sobre los resultados de España en la prueba de conocimientos financieros del examen PISA originó un debate acerca de la presencia que estas enseñanzas deben tener en la educación. ¿Corresponde a un sistema educativo público esta formación? “No es un objetivo educativo”, aseguran desde el colectivo Yo estudié en la públicaYo estudié en la pública. “La educación tiene muchos objetivos, uno de ellos es contribuir al crecimiento económico”, rebatió mediante Twitter el Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEE).
El test que realiza la OCDE cada tres años para medir las competencias de los alumnos de 15 años incluye cada vez más pruebas que evalúan conocimientos específicos para complementar el examen. El miércoles se presentaron los resultados de la prueba que medía los conocimientos financieros de los estudiantes a través de su capacidad de interpretar una factura o conocer cuánto acaba ingresando un trabajador mirando su nómina. España, una vez más, dio un resultado mediocre.
La media fue de 484 puntos, por debajo de la OCDE (500). Uno de cada seis alumnos (un 16,5%) no alcanza el nivel básico en conocimientos financieros, según PISA. Esto deja a España en el decimotercer lugar en una lista de 18 países que encabeza Shanghai-China y cierra Colombia. Más o menos en la línea de los resultados que viene ofreciendo el examen genérico de PISA para España. Siempre por debajo de la media de la OCDE. Por arriba tampoco destacamos. Sólo un 3,8% de los examinados alcanzó un nivel de excelencia (frente al 9,7% de media OCDE).
Una circunstancia a tener en cuenta cuando se habla de PISA, que compara sistemas educativos entre diferentes países, es que no evalúa conocimientos -confrontar diferentes sistemas educativos lo impide- sino la capacidad para aplicar estos conocimientos. Por eso en teoría debería influir menos el hecho de que en España no haya formación económica específica obligatoria en las escuelas antes de los 15 años, edad con la que se hace el examen, más allá de programas concretos como el Plan de Educación Financiera 2013-2017 de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y el Banco de España. Sí hay asignaturas de Economía en algunas modalidades del Bachillerato - “con bastante profundidad”, según el padre de una alumna de 1º que las cursa-, pero no en la Secundaria, más allá de alguna experiencia piloto o algunas nociones incluidas, a voluntad del profesor, en matemática financiera.
Pendientes de la LOMCE
Esta falta de educación financiera en las escuelas es la que se supone que cubrirá la LOMCE cuando se despliegue. Los primeros borradores del texto hacían reiteradas alusiones a la importancia de los emprendedores como vectores del desarrollo, que fueron retiradas o modificadas por las críticas de “mercantilista” que recibió el proyecto. Pero las alusiones siguen.
El asunto, como explica Miguel Latorre, secretario de Pública en FETE-UGT, es que como la aprobación de la LOMCE se ha retrasado notablemente y en la Secundaria no entra en vigor hasta el curso 2015/16, los curriculos de las asignaturas, donde se baja al detalle de qué se imparte y qué no, no están desarrollados aún y no se conoce mucho más que las materias que habrá en cada etapa.
Con la LOMCE “parece que sólo existe el emprendedor como generador de empleo”, lamenta Latorre, quien alerta de que “meterán con calzador los conceptos económicos”. Algo parecido explica el catedrático de la Universidad da Coruña Jurjo Torres en una presentación que circula por la red, en la que habla de la ley “y la construcción de nuevas identidades neoliberales y conservadoras”. Torres realiza un relato que incluye “la transformación del sistema educativo en mercado” con el objetivo de “formar autoempresarios de si mismos” (emprendedores) y la colaboración, entre otros, de entidades como el examen PISA. Test que por cierto también recibe sus buenas dosis de críticas por estar enfocado hacia los mercados más que a la educación, aunque de momento parece asentado como el principal indicador mundial.
Tras la presentación de los resultados de competencias financieras de PISA, el INEE se enzarzó en una discusión con el colectivo 'Yo estudié en la pública' acerca de lo pertinente o no que resulta este tipo de formación en la educación obligatoria. “La educación financiera no es un objetivo educativo”, afirmó la plataforma. “La educación tiene muchos objetivos, uno de ellos es contribuir al crecimiento económico, la creación de empleo...”, replicó el INEE. “No. España es un país con desempleo y mucha formación. La creación de empleo no es labor de la escuela. Son niños”, rebatía 'Yo estudié en la pública'.
El BBVA, a favor
Al debate se han sumado estos días distintas personalidades. El presidente del BBVA, Francisco González, afirmó en París durante la presentación del mismo informe que “la educación financiera favorece la situación financiera personal, mejora la gestión del riesgo, impulsa el ahorro y fortalece el sistema financiero. La educación financiera revierte, en definitiva, en ahorradores más consistentes y en deudores más responsables”, por lo que tanto él como el banco que preside apuestan por ella. BBVA colabora en la financiación de PISA.
Para Latorre tampoco está de más. “Entiendo que sí debería haber algún conocimiento básico en el currículo para que una persona pueda manejarse en la vida”, explica. “Estructurado de forma progresiva para que los chavales empiecen a entender algunos aspectos de la vida diaria aunque no lleguen a Bachillerato”, que es donde se lo encontrarán ahora, y al no ser una etapa obligatoria, no todos, remata.
Guste más o menos, la realidad apunta a que el lugar que no parecen encontrar las artes o la ciencia en la educación -ambos colectivos lamentan su abandono en la LOMCE- sí lo tienen, poco a poco, las finanzas.