España celebra el Día de Reyes, culminación de las fiestas navideñas, en medio de una campaña de vacunación que ha arrancado a cuentagotas, y con los contagios de coronavirus en ascenso. Los retrasos en la notificación debidos a la acumulación de festivos hacen que en estos momentos los datos de incidencia acumulada que da Sanidad no sean del todo fiables, pero aun así todos los indicadores epidemiológicos apuntan ya a una tercera ola con atisbos de recrudecerse más adelante: “No nos llevemos a engaño, vienen semanas complicadas; la pandemia en nuestro país está creciendo”, dijo el ministro Salvador Illa tras constatar este lunes “la preocupación” de todos los consejeros autonómicos del ramo, que han endurecido las medidas a escasas horas del último festivo de las navidades.
Según los últimos datos, la incidencia a 14 días es está ya a las puertas de los 300 casos por cada 100.000 habitantes. Y aunque en ningún momento desde hace tres meses ha dejado de estar en rangos altos, a finales de noviembre no superaba los 150. El pasado lunes, Sanidad notificó 24.462 casos en los anteriores cuatro días, desde el 24; este lunes 4 de enero, una semana después, la cifra escaló hasta los 30.579. Solo en las últimas 24 horas, según el informe de este martes, se han sumado 23.700 contagios, el peor dato en dos meses. La subida no es nueva; comenzó a principios de diciembre, pero la evolución es “claramente ascendente”, en palabras de María José Sierra, portavoz del Centro de Alertas y Emergencias Sanitarias. Eso teniendo en cuenta que “aún es pronto” para determinar “el impacto real” de la Navidad.
“Todavía estamos viendo el comienzo de lo que ha podido suponer la Nochebuena. De aquí a más o menos tres semanas, veremos el resto de fiestas, que probablemente aumentarán o estancarán los casos. Pero pase lo que pase, la situación a día de hoy nos debe preocupar porque estamos en niveles muy elevados”, explica Daniel López-Acuña, exdirector de Acción Sanitaria de la OMS. También a un posible efecto multiplicador se refiere Fernando García, portavoz de la Asociación Madrileña de Salud Pública (Amasap), para quien “el aumento de las interacciones sociales” desde principios de diciembre, “cabe esperar que se traduzca en un aumento de incidencia” todavía mayor, por lo que pide “medidas más contundentes”.
En ello están la mayor parte de las comunidades. Catalunya ha cerrado perimetralmente todos sus municipios y clausurado el comercio los fines de semana; Extremadura, con la mayor incidencia del país, ha cerrado la hostelería y tiendas en Cáceres y Badajoz. La Comunitat Valenciana y La Rioja han decidido adelantar el toque de queda, y esta última ha restringido las reuniones a cuatro personas. Castilla y León, por su parte, volverá a pedir autorización al Gobierno para un confinamiento domiciliario. El ascenso es generalizado, pero en situación más grave están Extremadura y Baleares, con una IA de 640 y 530 respectivamente. Junto a estas, Madrid, que ocupa el tercer lugar ya con 400 casos, Castilla-La Mancha, Catalunya, La Rioja y la Comunitat Valenciana superan la media nacional.
Una imagen distorsionada
Con todo, tanto Sanidad como los expertos piden fijarse en tendencias, y no en las cifras concretas, que estos días están infrarrepresentadas. Pedro Gullón, de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE) apunta a “datos seguramente peores” porque los sistemas de información “están yendo con retraso debido a las fiestas”, por lo que “no tenemos ahora mismo una imagen de la situación real, pero no hace falta el número exacto para ver un aumento”. También “cautela” en la interpretación reclamó María José Sierra al explicar el balance de Sanidad del lunes, porque “tras varios festivos hay retrasos y probablemente hasta dentro de unos días no vamos a poder hacer una evaluación realmente precisa de la situación en la que nos encontramos”.
Lo que ocurre es lo mismo que el llamado 'efecto fin de semana' habitual. A los retrasos que normalmente se dan en casi todas las comunidades en la notificación de los datos, se suma que en sábado y domingo se hacen menos pruebas y los servicios de vigilancia epidemiológica cuentan con menos profesionales, por lo que se diagnostican y comunican menos contagios de los reales. Se trata de una infraestimación que está dándose durante la Navidad: el dato de incidencia a 14 días incluye todos los días festivos en dos semanas, en los que se ha producido una menor notificación, algo que puede observarse en los datos de los pasados dos lunes. Tanto el día 28 como el día 4, la IA tenía en cuenta tres días festivos (más 24 y 31, de menor actividad), y el indicador bajó respecto al anterior informe. Sin embargo, en el primer caso, a medida que fueron pasando las jornadas posteriores y ajustándose los datos, volvieron a mostrar una subida. Esta semana ha ocurrido lo mismo y la IA de este lunes disminuyó respecto a la anterior cifra, pero la de este martes ha remontado.
Siete comunidades en riesgo alto en las UCI
Por ello, los especialistas apuntan a indicadores más robustos para analizar la situación: los datos de hospitalización general e ingresos en UCI, que también constatan el aumento. A día de hoy en toda España 13.800 personas están hospitalizadas con coronavirus, mientras que hace dos semanas eran 11.500. En total, un 11% de las camas están ocupadas por pacientes con esta patología, a solo cuatro puntos del escenario de riesgo más elevado, según el semáforo de Sanidad. En las UCI, la situación es grave en varias comunidades y hasta siete registran porcentajes de nivel de alerta “muy alto”, por encima del 25% según la guía del Ministerio. Es decir, más de uno de cada cuatro enfermos críticos tienen COVID en Baleares, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Catalunya, la Comunitat Valenciana, Madrid y La Rioja.
Pilar Serrano, epidemióloga y secretaria de Amasap, lamenta que los datos de incidencia “muestren una fotografía imperfecta de la realidad” porque los retrasos “siempre nos van a dar una imagen más amable de lo que está pasando, nunca una sobrestimación” y señala como factor importante el descenso en el número de pruebas realizadas durante las fiestas. Normalmente la cifra no suele ser estable y oscila de una semana a otra, pero según datos de Sanidad, en esta última (del 25 de diciembre al 31 de enero), el número de PCR y test de antígenos ha bajado considerablemente al pasar de las 976.000 del 18 al 24 a las 771.000, un 21% menos. López Acuña considera “preocupante” que en vez de aumentar las pruebas “como es pertinente en un momento de ascenso de la epidemia”, se reduzcan, algo que “implica que probablemente está habiendo más contagios de los que se detectan”.
Unido al descenso de pruebas se encuentra otro parámetro en plena subida: la positividad de las PCR y test de antígenos, que en la práctica mide si se está haciendo un esfuerzo diagnóstico suficiente para hacer frente al incremento de transmisión. Actualmente en España un 12% de las pruebas que se realizan, se confirman, mientras que a principios de diciembre, eran el 7%. Un porcentaje elevado –la OMS recomienda no superar el 5%– sugiere que hay infecciones que no se detectan “y una menor probabilidad de cortar las cadenas de contagios”, esgrime Serrano, que insiste en aumentar la capacidad diagnóstica y contar con “sistemas de rastreo adecuados” sin los que “seguiremos en una transmisión comunitaria”
En este escenario, los expertos auguran un enero “complicado en número de contagios”, explica Gullón, que “probablemente se verá con más contundencia en número de hospitalizaciones a finales de mes”. Miran también con inquietud lo que ocurre en Reino Unido, donde el primer ministro, Boris Johnson, ha decretado el confinamiento total y el cierre de colegios debido a la alarmante expansión del coronavirus causada por la nueva variante del SARS-CoV-2, que ya se ha detectado en España. “Si la cepa británica es la causante de muchos de esos contagios, cabe temer que este aumento no se detenga a mediados de enero sino que se multiplique por sí mismo mientras no se tomen medidas drásticas para contenerlo”, zanja García.