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España cambiará el sistema de vigilancia de la Covid-19 para dejar de notificar todos los casos

Llegará un momento en el que el coronavirus se vigile como una enfermedad respiratoria más y cada vez estamos más cerca de ese punto. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha confirmado que las autoridades sanitarias están trabajando en un nuevo sistema para “ir evaluando la evolución del coronavirus hacia una enfermedad endémica”. Hay que ir abriendo ese debate a nivel técnico y europeo“, ha asegurado en una entrevista en la Cadena Ser.

El Ministerio de Sanidad asegura que todavía no hay fecha para cambiar la forma de vigilar la Covid-19, pero el proceso, iniciado en 2020, encara su fase final. La transición consiste en dejar de contar cada caso. Abandonar la notificación exhaustiva y universal –ahora absolutamente sobrepasada por la explosión de contagios– para pasar a una vigilancia “centinela”, como ha avanzado El País, que ya se aplica desde hace años con enfermedades como la gripe.

Construir un sistema centinela implica seleccionar un grupo de sanitarios y centros sanitarios que formen una muestra significativa y repartida por el territorio que permita fotografiar cómo se extiende la enfermedad a través de una extrapolación.

El Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, el Centro Nacional de Epidemiología, la Ponencia de Alertas y las comunidades autónomas van a intensificar las reuniones a partir de esta semana para dar definitivamente el paso, aunque lo que se haga tendrá que ser coordinado con las autoridades europeas, dado el sistema de notificación no es local. Los epidemiólogos coinciden en que aún es pronto y advierten de que no es una decisión que deba tomarse sin haber pasado el pico de la sexta ola.

En las últimas semanas, sin embargo, las decisiones políticas han revelado que España inaugura un cambio en la manera en la que afronta la pandemia casi dos años después de su estallido, forzada también por la saturación del sistema y la aparente menor gravedad de la variante ómicron.

A la eliminación de las cuarentenas de los contactos vacunados se ha sumado el acortamiento de los aislamientos de diez a siete días y una nueva forma de manejar los contactos: el rastreo se reduce a ámbitos considerados de riesgo, como las residencias, y se prioriza la realización de pruebas a pacientes vulnerables o con síntomas graves. Además, los menores de 12 años solo tendrán que hacer cuarentena si los positivos en su clase superan los cinco.

“Hay que responder con nuevos instrumentos más vinculados con la vacunación y con la autoprotección”, ha apuntado el presidente Sánchez tras anunciar que el Gobierno comprará en enero 344.000 dosis del fármaco antiviral de Pfizer, que reduce un 88% la posibilidad de hospitalización por coronavirus, y regulará el precio de los test de antígenos adquiridos en las farmacias. Sánchez da por zanjado la escasez de suministro pero no ha explicado cómo pretende introducir esas medidas de control de los precios.