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España homenajeará por primera vez al último superviviente de Mauthausen

Juan Romero Romero lleva 75 años esperando este momento. Él y el resto de los supervivientes españoles de los campos de concentración nazis vieron en 1945 cómo sus compañeros de cautiverio franceses, belgas o británicos eran tratados como héroes en sus respectivas naciones. Ellos, en cambio, ni siquiera pudieron regresar a su patria porque los Aliados permitieron que Franco, el último dictador fascista que quedaba en Europa, se mantuviera en el poder. Tres décadas de exilio después murió el tirano y los españoles y españolas del pijama a rayas creyeron que, por fin, había llegado su hora. Volvieron a equivocarse. Llegó la democracia, sí, pero llegó con una amnesia diseñada para garantizar la impunidad de los verdugos, consolidar el relato histórico manipulado y prolongar el olvido y la humillación de las víctimas de la dictadura. 

Juan Romero contempló el paso de los años en su exilio francés, desde la localidad de Ay. Mientras recibía del Estado galo las más altas condecoraciones, entre ellas la Legión de Honor, se resignaba a que su país siguiera pagándole con la mayor de las indiferencias. Vio, a través de la televisión, pasar gobiernos por el Palacio de la Moncloa y fue asistiendo al entierro de sus compañeros de deportación. Uno a uno sus camaradas fueron desapareciendo hasta que se quedó solo. A sus 101 años, este cordobés de Torrecampo es el último superviviente de los más de 9.300 españoles y españoles que conocieron de primera mano el horror de los campos de la muerte de Hitler.

Su última decepción con su querida España la vivió a finales del pasado mes de julio. El Gobierno, por fin, le organizó un homenaje junto al ya fallecido miembro de La Nueve Rafael Gómez Nieto, pero lo hizo en París. Los 150 kilómetros que separan su domicilio de la capital francesa constituyen una distancia insalvable para quien supera el siglo de vida en plena era de la COVID-19. “Mi padre está muy decepcionado porque quería que se hiciera en Ay para poder asistir”, confesaba entonces su hijo Bernard. El acto, que iba a presidir Carmen Calvo, se devaluó aún más cuando la vicepresidenta primera tuvo que cancelar su asistencia.

A sus 101 años dice estar “cansado, pero feliz”

Este sábado España va a pagar al menos una pequeña parte de la deuda que tenía con Juan. Al reprogramar su frustrado viaje a París, en el que se reunirá con la alcaldesa de la ciudad y con el primer ministro francés, Carmen Calvo ha querido incluir una visita a Ay para homenajear personalmente al último español de Mauthausen. La vicepresidenta le dedicará unas palabras y le entregará, en nombre del Gobierno, la declaración de reparación personal. “Su trayectoria está marcada por la lucha por la libertad y la democracia en España y también en Europa”, aseguran fuentes muy próximas a Carmen Calvo para explicar la oportunidad y la necesidad del acto. “Un reconocimiento que, aunque tardío, él puede recibir en vida por todos aquellos compatriotas que no han podido; nosotros les debemos el recuerdo y el reconocimiento”, remarcan dichas fuentes.

El homenaje comenzará a las once de la mañana en el Ayuntamiento de Ay. Su alcalde hará de anfitrión e intervendrá junto a la vicepresidenta para recordar no solo a Juan, sino a la veintena de supervivientes españoles de los campos de concentración nazis que se instalaron en esa localidad francesa tras la Segunda Guerra Mundial. Al último español de Mauthausen le acompañarán sus hijos y nietos, además de los descendientes del resto de deportados que rehicieron su vida en esa localidad.

“Estoy cansado, pero feliz”, confiesa Juan Romero. En conversación telefónica con elDiario.es se muestra ilusionado y orgulloso porque, por fin, le vaya a llegar el reconocimiento de su patria. Más que por él mismo, se alegra porque cree que es un homenaje a todos y cada uno de sus compañeros y compañeras… a todos los españoles que, como él, acabaron en los campos de concentración nazis por orden de Franco y de Hitler. El viejo luchador cordobés también recibirá, próximamente, una nueva alegría. Su pueblo, Torrecampo, ha decidido declararle hijo predilecto de la villa.

Juan Romero pasó cuatro años en Mauthausen. Allí estuvo a punto de ser asesinado en varias ocasiones y sufrió hambre, trabajo esclavo, malos tratos, humillaciones y enfermedades. Destinado por los SS al llamado kommando de la desinfección, tuvo que encargarse de recoger la ropa y las pertenencias de cientos de hombres, mujeres y niños que entraban en la cámara de gas. Un hecho traumático que 75 años después le sigue provocando pesadillas

Pendientes de la nueva Ley de Memoria Histórica

El acto de este sábado supondrá un nuevo paso para el reconocimiento de las víctimas españolas del nazismo. En 2019 el Gobierno declaró el 5 de mayo, jornada en que se conmemora el aniversario de la liberación de Mauthausen, como Día de Homenaje a los españoles deportados y fallecidos en campos de concentración y a todas las víctimas españolas del nazismo. En enero de 2020 el Ejecutivo inauguró el primer monumento de carácter nacional a los deportados españoles. 

Estos gestos son valorados positivamente por las asociaciones memorialistas que, sin embargo, todavía desconfían del compromiso real del Ejecutivo con este tema. La clave estará en el contenido de la nueva Ley de Memoria Histórica que el Consejo de Ministros piensa aprobar en el mes de septiembre.

A Emilio Silva, presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH), el proceso le recuerda a lo ocurrido con la anterior –y, a su juicio, muy insuficiente– ley de 2007: “En aquel momento se dejó pasar el tiempo sin hacer nada y lo que hace falta para ayudar a las víctimas del franquismo, sobre todo, es voluntad política. Si la hubiera, mañana mismo podrían empezar a trabajar los forenses, los archiveros del Estado, los institutos toxicológicos que hacen pruebas de ADN, las universidades que investigan… y se podría crear en 24 horas una oficina que atienda las familias”, defiende.

Desde la Vicepresidencia Primera se afirma, sin embargo, que “el compromiso del Gobierno es situar la Memoria Democrática como una de las políticas fundamentales de Estado”. Fuentes próximas a Carmen Calvo afirman que la ley no se quedará a medias y que defenderá la Memoria Democrática porque eso “supone defender la justicia, la paz, el perdón y, en definitiva, la democracia”.