El 8M de España, laboratorio internacional para la huelga feminista
“¿Qué está pasando en España?”. La cadena británica BBC se preguntaba el 8 de marzo de 2018 por la huelga feminista que estaba sucediendo en el país. Las españolas habían pasado del paro simbólico de 2017 a una movilización real: muchas mujeres dejaron de trabajar y las manifestaciones masivas se sucedieron en todas las ciudades. La convocatoria ocupó su espacio en los medios internacionales, que informaron sobre lo que la BBC llamó “una huelga sin precedentes” y muchas miradas feministas en otras partes del mundo se posaron en lo que pasaba aquí.
-¿A qué has venido?
-La idea es ver cómo se organizaron las mujeres españolas, compartir y conocer de primera mano qué herramientas políticas utilizaron para el 8M.
Habla Renata, de 55 años. El viernes 25 de enero cogió un avión que la trasladó de Frankfurt a Valencia, directa al V Encuentro Feminista Estatal que se celebró en la ciudad el pasado fin de semana de cara al 8M. El movimiento feminista en España ha vuelto a convocar una movilización que pretende trascender al concepto tradicional de huelga y, para articularla, más de 500 mujeres se dieron cita en Valencia. Entre ellas, algunas como Renata, venidas de otros países europeos específicamente para compartir experiencias y llevarse ideas de vuelta.
“En España, la huelga se hizo y se organizó de forma territorial –cada comunidad autónoma, ciudad y pueblo tiene su autonomía–, algo que para nuestro caso es muy útil”, explica esta activista feminista sobre los estados federados que componen Alemania, llamados Länder. Renata acaba de salir del plenario, un espacio del encuentro reservado para debatir los consensos a los que se ha llegado durante el fin de semana. Además, algunas integrantes de la Comisión 8M Internacional suben al escenario a explicar lo que ocurre en otros países del mundo.
Han venido de Alemania, Italia, Francia, Turquía, Argentina...y comparten experiencias junto a otras mujeres de otras nacionalidades – chilenas, nicargüenses...– que residen en España. No se entiende la huelga feminista de 2018 sin este mismo contexto internacional, un escenario de explosión feminista que sacó en 2016 a la calle a las mujeres polacas por el aborto, a las argentinas con el masivo #NiUnaMenos y a las estadounidenses con la Women's March de enero de 2017 contra la investidura de Donald Trump.
Con la vista puesta en ello y con un caldo de cultivo conectado con los antecedentes históricos de las huelgas de mujeres –las camiseras de Nueva York en 1909 o las islandesas en 1975–, las españolas construyeron una huelga el año pasado que se ha erigido como referente internacional junto a otros muchos movimientos de mujeres en todo el mundo. “Somos conscientes de que lo que ocurrió en el Estado español en 2018 viene de atrás y es producto de muchas articulaciones anteriores. Pero sí, es cierto que ha inspirado muchísimo en otros lugares”, cuenta Marta, española residente en Viena e integrante de la Comisión 8M Internacional.
Sabina también viene de Alemania, pero de un pueblo al oeste del país. A sus 27 años, apunta a la dificultad para que los sindicatos de su país hagan cobertura legal de la convocatoria, pero aún así celebra que se hayan formado “unidades” de mujeres en diferentes territorios. “Yo espero que este año la manifestación que siempre se convoca tenga un cariz diferente. La historia de la huelga tiene una profundidad más allá de España, pero la movilización llamó mucho la atención a nivel internacional. Todavía no he procesado todo lo que me llevo de aquí, pero ya solo ver cómo funciona el movimiento, la energía, la unidad... merece la pena”, cuenta con la mochila al hombro poco antes de salir al aeropuerto.
Una respuesta global
También con la misma intención han venido al encuentro dos mujeres francesas. Elisa y Aria conversan en la puerta de uno de los edificios de la Universidad Politécnica de Valencia en los que se ha organizado la cita. Ambas viven en Tolouse y forman parte del colectivo Toutes en Grève! (Todas a la huelga), que está intentando que se convoque una huelga de 24 horas. “De momento se va a convocar pero no de forma nacional. Los sindicatos estatales solo llaman a paros parciales. Si sale bien en Tolouse, será una experiencia para exportar a otros sitios”, explica Elisa, de 22 años.
Aria, una mujer trans de 27, celebra el intercambio que han efectuado en el encuentro y califica de “muy revelador” lo que han visto, puesto que “en Francia el movimiento feminista no se estructura ni se articula a este nivel”, explica señalando al interior del edificio, en el que cientos de mujeres siguen debatiendo los puntos claves de la huelga de este año. “Ha sido muy interesante ver qué prácticas y teorías políticas se dan aquí y cómo fueron capaces las españolas de sacar a tanta gente a la calle. Ahora toca analizar de qué forma se puede reproducir allí”.
La coordinación con los sindicatos –en España, CNT, CGT y la Confederación Intersindical dan respaldo legal al paro de 24 horas; UGT y CCOO, solo a los paros parciales– es uno de los puntos clave sobre los que las mujeres de otros países se interesan. En Italia, por ejemplo, algunos sindicatos minoritarios también han convocado, pero no los grandes, asegura Valentina, que ha venido desde Turín junto a su compañera Matilde, que vive en Milán. Ambas son activistas en el movimiento Non una di menos, inspirado en el Ni Una Menos argentino.
“Ahora el feminismo en Italia está en un momento muy potente. Desde 2016 se van sumando asambleas territoriales y avanzando el discurso político. Hace poco declaramos el estado que llamamos 'de agitación permanente', que significa que nunca podemos bajar la guardia”, dice Valentina. Matilde está convencida de que el feminismo es el “único movimiento” que actualmente puede hacer frente “a las políticas racistas, capitalistas y neoliberales” y celebra estar en Valencia para compartir análisis y “ver cómo lo hicieron el año pasado para incluir a tantas mujeres en el 8M”.
En Suiza también están en ello. El movimiento feminista del país ya ha redactado el manifiesto con el que pretende llamar a la huelga, al igual que España, en varios ejes: laboral, estudiantil, de cuidados y de consumo. Allí cada cantón tiene autonomía para organizarse en este sentido y, aunque habrá dos paros nacionales, hay algunos que sí tienen intención de convocar 24 horas.
Lo cuenta Noemí desde Ginebra, la ciudad en la que vive y en la que participa en el movimiento feminista para preparar el 8M, una cita que en el caso de Suiza será el 14 de junio para conmemorar la huelga de mujeres de 1991. Aún así, asegura que no ha sido fácil: “Hay compañeros sindicalistas que no entienden porqué la huelga no es general y aquí tenemos el mismo problema para hacer comprender que el trabajo no remunerado y la carga mental nos afecta en un porcentaje mucho más elevado a las mujeres”.
“Estamos convencidas de que el ataque a las mujeres es global y la respuesta debe ser global”, explica Matilde, la joven que ha venido a Valencia desde Milán. Las conexiones internacionales son evidentes. Las suizas incluso han nombrado el ejemplo español en su manifiesto: “En casi todo el mundo somos testigos de una renovación de los movimientos feministas”, empieza el texto. “Un ejemplo: la Huelga extraordinaria de mujeres en España el 8 de marzo de 2018”. El encuentro de Valencia finalizó con la vista puesta en una posible coordinación internacional feminista que hasta ahora no ha sido nada fácil. Este mes de enero, España ha sido el nexo de unión. Y es que, aunque con las peculiaridades y circunstancias de cada país, la fuerza de la huelga feminista española parece haber traspasado fronteras.