Cientos de españoles se han manifestado en 40 ciudades extranjeras, entre ellas Ámsterdam, Atenas, Berlín, Boston, Bruselas, Buenos Aires, Cambridge o Copenhague, para protestar por las trabas administrativas para poder votar por correo.
Los cambios en la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG), aprobada a finales de 2010 por el PSOE con el apoyo del PP, CiU y BNG, introdujeron la novedad de que el derecho a voto desde el extranjero había que pedirlo expresamente. Es el llamado voto rogado. El resultado ha sido que en estas elecciones solo podrá votar el 5% de los que tienen derecho a hacerlo desde fuera de España.
Marea Granate, el colectivo que representa a expatriados españoles, denuncia que ha recibido cientos de cartas de emigrantes que se encontraban desinformados o fuera de plazo porque los censos se habían cerrado sin previo aviso.
Bajo el lema “Sin voz ni voto”, varios cortejos fúnebres han escenificado el entierro simbólico del sufragio universal frente a las delegaciones diplomáticas españolas.
Segun informa Marea Granate, en las elecciones generales de 2011, las primeras desde la entrada en vigor de la LOREG, la participación de los/as españoles/as residentes en el exterior cayó a menos del 5%, mientras que en los comicios generales de 2008 se situó en el 32%. En las pasadas elecciones europeas, la participación descendió del 14% al 1,8%, mientras que en las autonómicas andaluzas solo consiguieron votar el 3,8% de los emigrantes andaluces.
El número de españoles residentes en el extranjero ha aumentado un 48% desde el estallido de la crisis en 2008 y ya asciende a 1,8 millones, según el Instituto Nacional de Estadística.
Las quejas recibidas por Marea Granate van desde la falta de información por parte de los consulados y del Ministerio de Exteriores sobre los plazos para inscribirse y rogar el voto hasta las malas praxis en las instancias consulares, que ofrecen informaciones inexactas “o directamente falsas a quienes acudían a registrarse para poder votar en este año electoral”, cuentan.
Marea Granate considera que las trabas para votar no están solo relacionadas con la ley electoral, sino que el Gobierno, intencionalmente, está tratando de desincentivar la participación electoral de los emigrantes con medidas como la “interpretación restrictiva” del derecho a registrarse como residente temporal en un consulado y la obligación de hacerlo como residente permanente, perdiendo al mismo tiempo el derecho a votar en las elecciones municipales y la cobertura
sanitaria en España.