Wert no tiene paz: sus becas ponen en pie de guerra a estudiantes y rectores
Los estudiantes no se dan por vencidos. Y esta vez se han desplazado hasta la puerta del mismo Ministerio de Educación para hacerse escuchar. En la mayoría de los corrillos se hablaba de las reducciones en las cuantías y, sobre todo, de los retrasos. Según la portavoz de la Plataforma de Afectados por las Becas, Almudena Abéjar, “ningún estudiante ha ingresado todavía la parte variable de las ayudas”; una afirmación que Educación desmentía hace unos días cuando aseguraba que la gran mayoría de los beneficiarios ya había recibido su beca completa.
Pero ni Guzmán ni Idaira han visto todavía un euro de esta segunda fracción de la ayuda. Él estudia Periodismo en la Complutense de Madrid. Es de Valencia y solía recibir unos 3.500 euros en cuestión de residencia. Este año no le ha correspondido ni siquiera la mitad. “La situación en casa incluso ha empeorado. Mi padre percibe ahora la pensión de jubilación, que no llega a los 1.200 euros. Tienen que invertir casi la mitad de los ingresos que entran en casa en mis gastos aquí”, explica el estudiante.
A Idaira, que cursa tercero de Biología también en la Universidad Complutense, el nuevo reparto tampoco le ha sonreído. Aunque tiene un 8,6 de media, este año su beca se ha reducido en más de 1.500 euros. Vive con sus padres y sus dos hermanas, a las que se ha retirado las ayudas de material. Su madre, Rocío, está a su lado e interviene indignada: “Si la reducción de nuestra beca se invirtiera en otros recursos de la universidad, pues adelante. Pero parece que de lo que se trata es de mermar cada vez más la enseñanza pública. ¿Hacia dónde vamos así?”.
Menos que el año pasado
La secretaria de Estado de Educación, Montserrat Gomendio, admitió la semana pasada en rueda de prensa que, aunque el presupuesto destinado a esta partida se había incrementado en 250 millones, la cuantía media de las becas había descendido 300 euros con respecto al curso pasado –de 3.101 a 2.824 euros–. El motivo: que un 10,7% más de estudiantes se habían beneficado de estas ayudas.
Desde la Plataforma de Afectados por las Becas (PAB) inciden en que “el problema no es tanto la bajada general, sino lo mal que se ha repartido”. Su presidente, Manuel Pacheco, subraya que son “los estudiantes en el umbral 1 –en cuyos núcleos familiares entran menos de 13.900 euros anuales– los más perjudicados”. “La mayoría de los que están en este nivel de renta han dejado de percibir una media de 1.000 euros”, denuncia. En una base de datos de elaboración propia, la PAB calcula que un gran porcentaje de los 2.000 estudiantes cuyos casos tienen registrados han recibido un 30% menos de ayuda que el curso pasado.
Pero este no es el único frente que José Ignacio Wert mantiene abierto. La Coordinadora de Representantes de Estudiantes de Universidades Públicas (CREUP) ha lanzado sus dardos contra el ministro, al que han acusado de “ningunearles” por no querer intercambiar opiniones sobre el nuevo sistema de becas. El descontento es tal que no descartan ninguna vía –tampoco la judicial– para denunciar el incumplimiento de las dos reuniones obligatorias que el ministerio debe organizar anualmente con el Observatorio Universitario de Becas, Ayudas al Estudio y Rendimiento Académico.
“Con este ministro no se ha convocado ni una sola reunión con el Observatorio”, se queja un portavoz de la CREUP, que asegura que la función del organismo en el que están representados alumnos, rectores y sindicatos, cuyas decisiones no son vinculantes, queda vacío de contenido. “El objetivo del Observatorio es analizar las políticas de becas de todo el Estado para que haya una coherencia, y ni siquiera nos han consultado en la modificación del sistema de becas”, lamenta Aratz Castro, miembro del CREUP y del Observatorio.
Desde el CREUP consideran que este nuevo sistema no ha satisfecho ni siquiera las pretensiones del propio ministerio. Además, Castro apunta que los datos del aumento de la nota media de alumnos becados –de 6,9 a 7,4 según Gomendio– anunciados por la número dos de Educación solo son posibles con la exclusión de los alumnos con más necesidades económicas y sociales. “La nota ha subido porque no un sistema inclusivo y, por tanto, los que no tienen tantas facilidades quedan fuera y no bajan la media”.
Los rectores también se plantan frente a Wert
Las quejas dirigidas hacia la cartera de Educación no solo se limitan al alumnado. En un comunicado conjunto, los rectores de las universidades españolas pedirán este miércoles en sus respectivos campus que se dé marcha atrás con todas las medidas de austeridad aprobadas al calor de la crisis y relativas al estudio, la actividad docente y la investigación.
Ya en diciembre de 2012, la última vez que se hizo público un comunicado de este tipo, los rectores denunciaron el “deterioro irreparable” de la investigación y la docencia a causa de los cada vez más reducidos presupuestos estatales y regionales. La situación, dijeron, era “cercana a la asfixia económica”.
Mientras, denuncian los estudiantes concentrados este martes frente al ministerio, “Wert sigue haciendo oídos sordos”. Una semana después del registro de una carta dirigida al titular de Educación a la que “nadie ha contestado”, los estudiantes se presentarán el miércoles por la mañana en el ministerio para exigir un encuentro inmediato con José Ignacio Wert con el objetivo de “abrir una mesa de negociación para abordar un plan de emergencia que garantice que ningún estudiante es expulsado del sistema educativo”.
Es una de las “muchas acciones” que el Sindicato de Estudiantes, junto a otras asociaciones, va a poner en marcha a partir de ahora. De momento, el próximo 8 de mayo la Federación de Estudiantes Progresistas (FAEST) y Estudiantes en Movimiento han convocado una huelga a la que están llamados todos los estudiantes.