El estudio que publica este viernes el European Journal of Epidemiology recoge un análisis armonizado sobre los datos de 73.881 niños y niñas de seis grupos de diferentes países europeos (Reino Unido, Dinamarca, Países Bajos, Italia, Grecia y España), a los que se les ha hecho un seguimiento desde el vientre materno y a lo largo de sus primeros años de vida. Los resultados revelan que los niños y las niñas que habían sido expuestos al paracetamol antes de nacer, tenían un 19% más de probabilidad de desarrollar síntomas de trastornos del espectro autista (TEA) y un 21% más de desarrollar trastornos por déficit de atención (TDAH) que los no expuestos. Esta conclusión no indica una causalidad, ya que no hay un experimento que pruebe que el riesgo sea absoluto, sino que es relativo. Sin embargo, sí se concluye en él la recomendación de que “aunque el paracetamol no debe suprimirse en mujeres embarazadas ni en niños, debe usarse solo en caso de que sea necesario”, explica una de las autoras, Claudia Avella, psiquiatra infantil en el Hospital Sagrat Cor de Martorell.
Para examinar cómo afecta el consumo de este analgésico tan popular sobre este tipo de trastornos, se ha tenido en cuenta cualquier dosis de la medicina, desde media pastilla un día esporádico hasta un uso continuado. Este estudio, realizado ISGlobal, un centro impulsado por Fundación La Caixa, no ha graduado la respuesta según la dosis, aunque algunos estudios previos sí lo han hecho, en concreto uno sobre el grupo de niños y niñas estudiado en España, en 2016, “y los estudios previos insinúan que a mayor dosis, hay mayor efecto negativo”.
En el estudio se han tenido en cuenta las variables que pueden influir en la aparición de TEA o TDAH. “Se miraron características de la madre, de los niños o que un niño pudiera tener más riesgo de sufrir TEA o TDAH”, como por ejemplo el caso de que tuviera un hermano afectado. “Se tuvieron en cuenta para corregir los resultados y ver que estos no fueran efecto de una de estas otras variables”, explica Avella. También se preguntó por el motivo por el que la madre tomaba paracetamol: “había que saber si lo que influye es la fiebre o el paracetamol que te tomas para la fiebre. Los resultados que vemos son los resultados corregidos teniendo esto en cuenta”.
Poco estudio de los efectos funcionales
El paracetamol es uno de los fármacos más comunes. Es el cuarto más vendido en España y el tercero de entre los analgésicos, según el Observatorio del Medicamento. Es una medicina para la que es necesaria receta médica si la pastilla es de 1 gramo pero no para las dosis inferiores, por lo que es habitual la autoprescripción para calmar pequeños dolores. Entre el 14% y el 56% de las madres que han participado en este estudio habían tomado paracetamol en alguna ocasión mientras estaban embarazadas. “Generalmente, el paracetamol es el analgésico más recomendado en el embarazo, así que la pregunta que se plantea será más sobre riesgo/beneficio de usarlo”, incide la doctora Avella.
A pesar de ser un fármaco tan común, su relación con los trastornos del espectro autista y por déficit de atención e hiperactividad estaba poco estudiada. “Los estudios que se realizan con medicación se fijan más en los efectos físicos, miran más las características anatómicas, por lo que fijarse en la parte funcional, sobre todo si hablamos de más adelante en la vida y no solo al nacer, es novedoso”, explica la psiquiatra. El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es una patología psiquiátrica que padece entre un 2% y un 5% de la población infantil y que comienza a revelarse antes de los 7 años. Según la Federación Española de Asociaciones de Ayuda al Déficit de Atención e Hiperactividad, “tiende a ser diagnosticado y tratado insuficientemente”. Respecto al trastorno del espectro del autismo, las cifras de estudios epidemiológicos lo sitúan en 1 caso por cada 100 nacimientos. En los últimos años se ha constatado un aumento considerable de los casos detectados y diagnosticados, según la confederación Autismo España.