Después de ponerse la primera dosis de la vacuna contra la COVID-19, a Mariana, de 42 años, la regla se le adelantó diez días. “Soy súper regular y me llamó la atención”. Cuando lo comentó con otras mujeres, muchas respondieron con historias similares: adelantos o retrasos de la menstruación, sangrado mucho más abundante de lo habitual, ciclos que cambiaron durante los siguientes meses o reglas que incluso desaparecieron durante un tiempo... La frecuencia de casos hizo que se pusieran en marcha varios estudios para comprobar si padecer la enfermedad o vacunarse con los sueros contra la covid altera el ciclo menstrual.
Uno de esos estudios, auspiciado por la Universidad de Extremadura, acaba de adelantar sus resultados preliminares. De las algo más de 17.500 mujeres que respondieron la encuesta lanzada por varias investigadoras, la mitad –entre el 45 y el 50%– sufrió alteraciones de su ciclo como consecuencia de enfermar o de vacunarse contra el coronavirus. Las autoras tienen ahora que profundizar en los datos recabados y continuar con el proceso de revisión por pares.
La prevalencia de las alteraciones es “muy alta” teniendo en cuenta el número tan elevado de mujeres que han participado, subraya la ginecóloga Miriam Al Adib Mendiri, que colabora en el estudio de las doctoras Cristina Carrasco y Ana B. Rodríguez, del grupo de Neuroinmunofisiología y Crononutrición de la Universidad de Extremadura. Aunque algunos casos puedan deberse a otros factores, como el estrés, el número tan alto de encuestadas hace que la conclusión que liga la vacunación con cambios en el ciclo sea sólida.
Esas alteraciones tienen que ver con la duración de la regla, el patrón de sangrado, la aparición de sangrado eventual entre menstruaciones y la sintomatología premenstrual. En el 44,8% de los casos ese tipo de alteraciones se mantienen hasta hoy.
Entre las vacunadas (también respondieron mujeres que pasaron la enfermedad y que todavía no se habían vacunado), un 46,8% reportó cambios en la duración del ciclo y un 44,5% registró cambios en el flujo menstrual después de recibir la primera dosis. La prevalencia de esas dos alteraciones se eleva ligeramente con la segunda dosis. El 25% de las vacunadas que refirieron estos cambios y que tenían una dosis inoculada manifestaron seguir experimentándolos; el 30,5% en el caso de las que tenían la pauta completa.
Irene, de 31, pasó la covid entre finales de junio y principios de julio de 2021, antes de que su grupo de edad pudiera vacunarse. Al dolor muscular, la febrícula y la pérdida de olfato se le sumó una regla tremendamente abundante. “Me coincidió con la enfermedad y vi que el sangrado no era normal, era mucho más abundante y con muchos coágulos, hasta el punto de tener que cambiarme todo el rato”, recuerda. Irene llegó a consultar con una ginecóloga, que le dijo que si seguía así más de tres días tendrían que recetarle un medicamento que le cortara el sangrado. Sin embargo, su regla fue reduciéndose pasados esos primeros días.
“Estamos ante una vacuna muy inmunógena, que produce mucha actividad inmunológica y eso en sí mismo puede alterar el eje hipotálamo-hipófisis-ovario y, por tanto, afectar al ciclo hormonal y menstrual”, apunta la ginecóloga. La encuesta preguntaba por el ciclo menstrual, los patrones de sangrado o la aparición del bultos, y recogía información sobre la existencia o no de trastornos hormonales previos o del síndrome de ovario poliquístico, y la toma de anticonceptivos, entre otras variables.
Alteraciones transitorias
La matrona Laura Baena y la ginecóloga Olga Ocón, junto con la Universidad de Granada, lanzaron otro gran estudio sobre los efectos de la vacunación en el ciclo menstrual. Las investigadoras aún están analizando los resultados. Lo que confirma Ocón es que hay poca literatura científica al respecto: “Sí hemos encontrado algunos trabajos que asocian la vacunación contra la gripe y el papiloma humano con trastornos del ciclo menstrual”. Ninguno de los estudios clínicos que dieron lugar a las vacunas contra el coronavirus preguntó a sus participantes mujeres por posibles efectos en su ciclo menstrual.
De hecho, algunos de esos estudios tenían como requisito para participar, en el caso de las mujeres con la regla, que usaran un método anticonceptivo eficaz. Esto, explica la ginecóloga, favorece que participen mujeres que toman anticoncepción hormonal y cuyos ciclos, por tanto, son artificiales. La falta de medición y, por tanto, de reportes de las consecuencias de las vacunas en el ciclo menstrual está detrás de que la mayoría de las autoridades sostenga que no hay evidencia científica al respecto. “Claro, no la hay porque no se produce”, subraya Ocón.
Aunque es probable que las alteraciones que están estudiándose sean transitorias y, en cualquier caso, no comprometan la salud o la fertilidad de la mayoría de mujeres, el hecho de que existan debería incluirse en los efectos secundarios. “Igual que sabes que te puede dar fiebre o dolor de cabeza tienes que saber que esto te puede pasar. Si no, y luego tienes un sangrado de 10 días que no puedes explicar, te vas a asustar e incluso puede que se te hagan pruebas innecesarias”, prosigue. Todas las investigadoras animan a las mujeres a que notifiquen sus alteraciones a los sistemas de salud y farmacovigilancia.