Un estudio relaciona el consumo de un popular edulcorante con el riesgo de sufrir problemas cardiacos
Un estudio publicado este lunes en la revista 'Nature Medicine' relaciona el consumo de eritritol con un mayor riesgo de sufrir problemas cardiovasculares, como un ataque cardiaco o un accidente cerebrovascular. Este edulcorante, popularizado en los últimos años como un sustitutivo del azúcar, es considerado seguro por las agencias reguladoras, pero según indican los autores del trabajo “se ha realizado poca investigación sobre sus efectos a largo plazo para la salud”.
En medio de un debate general sobre la seguridad de este tipo de edulcorantes, los investigadores, liderados por el jefe del departamento de Ciencias Cardiovasculares y Metabólicas de la Cleveland Clinic, Stanley Hazen, estudiaron a 1.157 personas sometidas a evaluaciones de riesgos cardiacos durante tres años y observaron que los niveles de varios compuestos presentes en sangre, en particular el eritritol, se asociaban con un mayor riesgo de sufrir eventos cardiacos adversos en el futuro. Esta asociación, que no causalidad, se observó después en otros dos grupos de 2.149 participantes en Estados Unidos y de 833 en Europa.
Además, los investigadores realizaron un estudio con ocho voluntarios sanos, en los que examinaron los niveles de eritritol después de consumir 30 gramos de una bebida con este edulcorante. “Nuestro estudio muestra que cuando los participantes consumieron una bebida endulzada artificialmente con una cantidad de eritritol que se encuentra en muchos alimentos procesados, se observaron niveles notablemente elevados en sangre durante varios días, muy por encima de los que aumentan los riesgos de coagulación”, ha señalado Hazen.
El estudio, no obstante, adolece de varias limitaciones, reconocidas por los propios autores. La principal es que los estudios demuestran asociación y no causalidad. Es decir, no se puede afirmar que el consumo de este edulcorante provoque problemas cardiovasculares. Los productos sin azúcar que contienen eritritol suelen recomendarse a personas con diabetes, obesidad o problemas relacionados, que en general ya tienen de por si un mayor riesgo de padecer estas patologías. La propia publicación admite que “las cohortes estudiadas tienen una alta prevalencia de factores de riesgo cardiovascular” por lo que queda por determinar “que se observen resultados similares en sujetos aparentemente sanos”.
“Debemos ser conscientes de que correlación no es causalidad. Como señalan los propios autores, encontraron una asociación entre el eritritol y el riesgo de coagulación, no una prueba definitiva de que exista tal relación. Como las personas del estudio tenían muchos factores de riesgo cardiovascular, no se puede demostrar que no fuera uno de estos otros factores el que causara el aumento del riesgo”, indica el catedrático de Química de la Universidad RMIT de Australia, Oliver Jones, al Science Media Center.
“Justifica una investigación más a fondo”
Este experto considera que “aunque se observaron algunos efectos en una prueba con voluntarios sanos, este estudio solo contó con ocho personas y únicamente duró unos días”, por lo que no es “suficiente para extraer conclusiones firmes”. No obstante, considera que “el hallazgo justifica sin duda una investigación más a fondo”.
El vocal de la junta directiva de la Sociedad Española de Nutrición, Rafael Urrialde, ha indicado al SMC que la muestra del estudio piloto “es muy pequeña” tiene que servir “para poder profundizar más y sobre todo con ensayos clínicos con un tamaño suficientemente grande y con uso por debajo de la ingesta diaria admisible”, lo que implica “hacer estudios a largo plazo”. El profesor de la Universidad Complutense de Madrid hace hincapié también en que “la revaluación de los aditivos, y por tanto de los edulcorantes, debe ser constante porque los datos o técnicas o protocolos pueden cambiar, pero tienen que ser las autoridades de seguridad alimentaria las que lo lleven a cabo”.
En este sentido, Urrialde recuerda que “el mayor uso del eritritol es como soporte de edulcorantes de mesa y hasta ahora no se ha visto, como con ningún poliol, ningún efecto sobre la salud humana más allá del efecto laxante, aunque también hay estudios que muestran un efecto prebiótico”. La FDA, el regulador americano, incluye esta sustancia bajo el epígrafe 'generalmente reconocido como seguro' (GRAS) y la European Food Safety Authority es seguro en determinadas cantidades.
Los resultados del estudio “sugieren un efecto potencialmente adverso del eritritol cuando se consume en cantidades superiores a las que se consumen generalmente en Gran Bretaña o en la Unión Europea y esta es una de las razones por las que los reguladores establecen límites para el uso de aditivos alimentarios en edulcorantes: para proteger al público y garantizar que la ingesta se encuentra en un rango seguro”, señala el catedrático de Nutrición y Ciencia de los Alimentos de la Universidad de Reading, en Reino Unido, Gunter Kuhnle.
En este sentido, el catedrático explica que “hay un debate en curso sobre la seguridad de los edulcorantes, en parte porque algunos estudios muestran un mayor riesgo de enfermedades crónicas entre quienes los consumen, especialmente en los refrescos. Por eso es importante investigar el efecto fisiológico de los edulcorantes como se ha hecho en este estudio”. Sin embargo, Kuhnle lamenta que “los autores decidieron utilizar una cantidad de edulcorante que no es realista”, sino que es “10 veces superior a la cantidad permitida”.
El eritritol es una sustancia que ya crea el cuerpo humano en niveles bajas y que se produce también a través de la fermentación del maíz. Tras su consumo, el cuerpo no lo metaboliza bien y pasa al torrente sanguíneo, de donde se expulsa a través de la orina.
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