¿Hasta qué punto una persona que ejerce acoso iría voluntariamente a un curso para prevenir el acoso? Esa es la situación en la que se encuentran los 751 eurodiputados. La dirección de recursos humanos de la Eurocámara ha puesto en marcha un programa piloto sobre el acoso laboral, sexual y psicológico. Pero es voluntario, y a la primera convocatoria solo acudieron dos eurodiputados, Ernest Urtasun (Catalunya En Comú) y Edouard Martín (PSF), como adelantó la agencia Efe.
“Este fin de semana había solo 21 inscritos”, explica Urtasun. “El problema es que tiene que ser obligatorio. En el curso te repasan la relación que has de tener con los empleados, cómo gestionar una discusión, qué puede ser acoso por tu parte, y cómo gestionar si se produce una situación de acoso sexual o laboral en la oficina de al lado. Es un protocolo de actuación, útil, pero con eso no arreglas todo, claro”.
Urtasun recuerda que en octubre de 2017 el plenario del Parlamento Europeo aprobó una serie de medidas para prevenir el acoso que aún no se han puesto en marcha: “Aprobamos que los cursos fueran obligatorios, que se facilitara la posibilidad de denunciar y que hubiera evaluaciones externas. Hay muchas cosas de esta resolución que la dirección del Parlamento tiene paradas, como que tiene que ser la formación obligatoria, falta voluntad política”.
¿Por qué? “Porque aquí hay algunos que hacen lo que les da la gana en su oficina: el problema es estructural porque la relación laboral es muy despótica. No hay control externo, se contrata y se despide como se quiere, son espacios muy cerrados. Es una relación de poder muy directa en espacios reducidos. O hay unos protocolos, o la cosa se se desmadra”.
Amelia Lobo, trabajadora de la delegación de Podemos en el Parlamento Europeo y participante del movimiento #MeTooEP, lanzado por trabajadoras para denunciar casos de sexismo, acoso y abuso en la Cámara, insiste también en este punto: “Son relaciones de poder y de privilegios. Los cinco eurodiputados de Podemos están apuntados –Miguel Urbán lo hará el 5 de diciembre–, porque aunque no es lo que nosotras pedimos, porque no revisa los privilegios ni planteamientos patriarcales, no queremos que fracase por falta de quórum. La presidenta del GUE, Gabi Zimmer, está pidiendo a todos los miembros del grupo [entre los que están Podemos e IU] que asistan”.
El día 5 de diciembre también asistirán al curso los socialistas españoles Jonás Fernández y Javi López.
También está apuntado el eurodiputado de Equo, Florent Marcellesi, porque “el acoso sexual es una realidad en todos los lugares de trabajo e instituciones, por eso apoyo plenamente que se formen a los eurodiputados sobre cómo prevenir y parar el acoso y ayudar a las víctimas”.
“Los cursos obligatorios”, recuerda Lobo, “los aprobó la Eurocámara en su resolución de octubre de 2017, desde entonces no se había hecho nada, hasta la convocatoria que mandaron el 23 de octubre, un par de semanas de la rueda de prensa que hicimos cuando lanzamos el blog #MeTooEP”.
El Parlamento Europeo reconoce que es un programa piloto, “impartido por tres expertos, psicólogos. No sólo sobre abuso acoso sexual, sino también sobre acoso laboral o moral. Los principales asuntos que se tocan son: qué es el acoso; qué lo genera, cuáles son los factores que lo agravan; cómo prevenirlo y corregirlo y el papel de los eurodiputados para generar espacios de trabajo respetuosos”.
“La idea”, explica una portavoz del Parlamento, “es desarrollar un curso completo para eurodiputados como empleadores y de alguna manera gerentes de una oficina después de las próximas elecciones. El programa ahora está disponible en inglés, francés o alemán, pero la intención es tener intérpretes en otros idiomas tras las elecciones”.
Los eurodiputados tienen cuatro fechas para elegir cuándo hacen el curso de dos horas y media: 7 de noviembre, 5, 6 y 7 de diciembre. Se hacen en inglés, francés y alemán solamente.