Un exjefe antidisturbios, ante el juez para identificar al policía que hirió gravemente a una mujer
Consuelo Baudín acudió el pasado miércoles a los juzgados de Plaza de Castilla esperanzada. Tras más de dos años de pelea judicial, un responsable de la Unidad de Intervención Policial (UIP) de Madrid se sentaba ante el juez para dar explicaciones por la agresión que sufrió en el desenlace de la marcha minera en verano de 2012. La mujer, de 56 años, recibió el impacto de una pelota de goma en la espalda, que la dejó un mes y medio en cuidados intensivos. Sin embargo, Francisco Javier Virseda, jefe de los antidisturbios en Madrid hasta su destitución el pasado abril, no ha facilitado información al juez “y ha echado la pelota a Javier Nogueroles, jefe de la UIP en la capital en el momento de la agresión”, explica Adolfo Barreda, abogado de Baudín. El juez ha citado a declarar a Nogueroles el próximo 8 de octubre para identificar al agente que disparó a la mujer.
Adolfo Barreda no se explica la “pérdida de tiempo” a la que han sometido a Consuelo. Virseda, al que Interior ha destinado a la embajada española en Chile tras su destitución en la UIP de Madrid por los disturbios del 22M, no ha facilitado información útil al juez. Ahora, el comisario Javier Nogueroles deberá comparecer en el Juzgado número 29 de Plaza de Castilla el próximo miércoles, “aprovechando un viaje a Madrid que tenía programado para ese semana”, cuenta Barreda. Nogueroles fue destinado del mando de los antidisturbios en la capital a la Jefatura Superior de Melilla, de la que es 'número dos'.
Consuelo admite que se quedó “helada” con la ausencia de Nogueroles. “La Policía no avisó de que no iba a poder ir por encontrarse destinado fuera ni nada. Y la persona que enviaron no podía identificar a los antidisturbios, claro. No era el responsable en aquella época”, dice la mujer en una conversación telefónica. Su abogado, Adolfo Barreda, pidió su comparecencia mediante videoconferencia. Pero nos dijeron que “no había medios”, añade Consuelo. La mujer no se rinde: “Nos toman el pelo, pero no lo vamos a dejar pasar”.
El 11 de julio de 2012, Consuelo Baudín fue sola al Paseo de la Castellana. Quería recibir y aplaudir la entrada de la 'marcha negra' a la capital, los cientos de mineros que en dos grandes columnas llegaron a Madrid para protestar por la retirada de más del 60% de las ayudas al sector del carbón. “Estaba al lado de un grupo de personas con las manos en alto, y vi cómo un policía sacaba su arma. Me di la vuelta y entonces sentí el impacto en la espalda”, relata. A partir de ahí, vagos recuerdos y mucho dolor. El parte del personal del Samur que la atendió anotó: “Refiere estar muriéndose por dentro”.
El fuerte golpe provocó serias lesiones a Consuelo. “Se me clavaron varias costillas en el pulmón, lo que me provocó un neumotórax. Me tuvieron que hacer una traqueotomía, me rompió varias vértebras y tuve también lesiones en el hígado”, enumera. La denuncia la presentaron dos hermanos de la mujer cuando ésta se encontraba sedada en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). “Había días en los que parecía que se podía hacer algo y otros en los que le decían a mi familia que no salía”, dice Consuelo.
Las secuelas se han alargado durante más de un año. Se refiere al 2013 como “el peor año” de su vida, que recordará siempre por “el miedo y las pesadillas”. “No tenía fuerzas para nada”, resume al recordar los tres meses que estuvo en casa de su madre con una chica para ayudarla con el día a día. Todo por lo que parecía una manifestación más. Como las muchas a las que Consuelo había ido con su marido, fallecido hace cinco años, y su hijo.
[Agresión a Consuelo Baudín a partir del minuto 1:31 donde se la ve con un vestido].
“Soy un caso incómodo para la policía”
En opinión de Consuelo, la ausencia de Nogueroles en esta primera comparecencia ante el juez se debe en parte a que su caso es “incómodo para la policía”. La gran presencia ciudadana en las calles se ha saldado con disturbios en varias concentraciones “y yo no soy una de esas revientamanifestaciones que dicen para justificar la violencia policial”, añade. Recuerda cómo tras la agresión la confundieron con una niña por su complexión, delgada y pequeña.
“Hemos llegado a un nivel tan grande de violencia policial que hasta mandan a España a observadores internacionales para evaluar la actuación de los antidisturbios”, indica. Antes de ser destinado a Melilla, Javier Nogueroles fue un mando clave en los despliegues policiales para evitar las manifestaciones junto al Congreso de los Diputados. En diciembre fue ascendido a comisario en un acto presidido por el ministerio del Interior, Jorge Fernández Díaz.
La causa continúa abierta gracias a la insistencia de Consuelo y de su abogado, que recurrieron a la Audiencia Provincial de Madrid después de que el Juzgado de Instrucción número 29 de Madrid archivase la causa. El juez admitió que los hechos son “constitutivos de infracción penal” pero, como no podía identificar a los agentes en el vídeo, procedió a archivo del caso. La Audiencia Nacional exigió al juzgado la reapertura del caso el pasado marzo.
Al Gobierno “no le consta” la agresión
Aunque Consuelo Baudín ha centrado su actuación en la vía penal para perseguir a la persona responsable de su sufrimiento, las declaraciones del Gobierno negando “heridos graves” en la manifestación del 11 de julio removieron a la mujer. “Me lo esperaba” –indica con cierta ironía– “nunca se ha puesto en contacto conmigo ningún miembro del Gobierno”.
El diputado socialista Pedro Muñoz, entonces portavoz de Interior del grupo político, se interesó por el caso de Baudín y llevó la actuación policial al Parlamento. La respuesta escrita del Gobierno negó que existiesen informes médicos al respecto: “No se tiene constancia de que los servicios del Samur utilizaran la Unidad de Soporte Vital Avanzado. Se desconoce si alguno de los manifestantes fue herido por el impacto de una pelota de goma, ya que este extremo no figura en los partes facultativos expedidos por los servicios médicos”.
Consuelo Baudín ha puesto a disposición de eldiario.es el parte del Samur y de las urgencias del Hospital Universitario de La Princesa del día 19 de julio. “El Gobierno dijo también que no les constaba que hubiese ningún herido grave trasladado al hospital. Yo tengo todos los documentos. El Gobierno me está diciendo que no existo”, insiste. Este revés, otro más, no hará perder las fuerza a Consuelo. “Tienen que dar la cara y la van a dar”, concluye.