La expansión del anticiclón de las Azores provoca las condiciones más secas en la Península Ibérica de los últimos mil años
La expansión del sistema de altas presiones sobre el Atlántico, conocido popularmente como anticiclón de las Azores, está provocando las condiciones más secas en la península Ibérica de los últimos mil años, según un modelo que publica hoy Nature Geoscience y que apunta como responsable a la acción humana. Un equipo encabezado por científicos estadounidenses de la Institución Oceanográfica de Woods Hole realizó modelos sobre cómo ha cambiado en tamaño y extensión espacial el anticiclón de las Azores en los últimos 1.200 años. La investigación indica que este sistema de altas presiones comenzó a cubrir, por término medio, un área mayor hace unos 200 años, cuando las emisiones humanas de gases de efecto invernadero empezaron a aumentar sustancialmente, y esta expansión espacial se acentuó en el siglo XX.
Los autores concluyen que continuará expandiéndose en el siglo XXI a medida que los niveles de gases de efecto invernadero sigan aumentando, lo que provocará un elevado riesgo de sequía en la península Ibérica. El tiempo y los patrones climáticos a largo plazo en Europa Occidental se ven fuertemente afectados por la circulación atmosférica asociada a esa zona de altas presiones persistente y que gira en el sentido de las agujas del reloj.
El aire seco que desciende hacia la superficie dentro del sistema es una de las principales causas de los veranos cálidos y áridos en gran parte de Portugal y España, así como en el Mediterráneo occidental en general. Durante los meses de invierno, característicamente más húmedos, los cambios en la posición del anticiclón de las Azores son responsables de los vientos del oeste, desplazando la humedad hacia la península Ibérica, pero estas lluvias invernales han disminuido en las últimas décadas.
Inviernos más secos
El equipo desarrolló varios modelos y los comparó con los indicadores geoquímicos de los niveles de precipitación del pasado conservados en estalagmitas portuguesas que se remontan al año 850, lo que sugiere que la expansión del anticiclón está vinculada a la aparición de inviernos más secos en el Mediterráneo occidental.
Las observaciones y simulaciones de modelos climáticos señalaron que los inviernos con un anticiclón de las Azores “extremadamente grande” son significativamente más comunes en la era industrial (aproximadamente 1850) que en la preindustrial, lo que resulta “en condiciones anómalas de sequedad” en todo el Mediterráneo occidental, incluida la península Ibérica.
Las simulaciones del último milenio indican que la expansión del anticiclón en la era industrial “no tiene precedentes en el último milenio”, lo que es coherente con las pruebas de aproximación de las precipitaciones en Portugal.
La expansión surge después de 1850 y se refuerza en el siglo XX, lo que es coherente con un calentamiento de origen antropogénico, manifiestan los autores. Las tendencias del hidroclima ibérico sugieren, por tanto, un cambio en el comportamiento del anticiclón. El estudio apunta que ha cambiado “dramáticamente en el último siglo y estos cambios en el clima del Atlántico Norte no tienen precedentes en el último milenio”.
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