Un campamento de inglés expulsa a una niña de once años con necesidades especiales tras la queja de varios padres
Una familia madrileña ha denunciado públicamente a la escuela de inglés Diverbo por haber expulsado a su hija de uno de los campamentos que organizan por tener necesidades especiales. Los hechos ocurrieron el segundo día de la actividad, supuestamente tras las quejas de algunas familias de los niños que participaban. La niña tiene 11 años, se llama Inés y tiene un “retraso madurativo de dos años e inferior motricidad a la de sus compañeros”, según el diagnóstico médico. Las colonias están dentro del programa de la empresa llamado Pueblo Inglés, se celebran durante dos semanas en Salto de Saucelle (Salamanca) y están dirigidas a menores de entre siete y doce años.
El campamento había comenzado el pasado viernes 28 de junio por la mañana. Carolina Gómez, la madre de Inés, relata a eldiario.es que sobre las 23 horas de ese mismo día, la coordinadora de la actividad la llamó por primera vez para decirle que “no se hacía con Inés porque tenía un comportamiento extraño”. Como parte de ese comportamiento “extraño” ejemplificó que “tardaba en ducharse”. Más tarde, recibió una segunda llamada en la que se informaba de que la madre de una de las dos niñas con las que Inés iba a compartir habitación se había quejado porque su hija iba a tener que “cuidar de una discapacitada”, ante lo que la coordinadora del programa manifestó a Carolina encontrarse “entre la espada y la pared”.
Al día siguiente, sábado, y tras varias llamadas cruzadas entre la familia y los responsables de Diverbo, la dirección del campamento comunicó a la familia de Inés que debía ser expulsada porque “no podían hacerse cargo de ella durante las dos semanas que duraba el campamento”. Antes, habían mencionado la posibilidad de que una monitora se responsabilizase en exclusiva de ella. Según siempre el relato de Carolina Gómez, que ha adelantado la Cadena SER, la razón esgrimida fue que los padres y madres de las otras niñas se quejaron porque “sus hijas están en un colegio de integración” y “cuando llega el verano se merecen disfrutar del campamento sin tener que estar con estos niños”. La coordinadora, cuenta Carolina, prefería “eliminar cualquier punto de conflicto”.
Cuando la familia de Inés llegó a las 18 h del sábado a Salamanca desde Madrid para recogerla, los responsables añadieron como motivo de que tuviera que abandonar que la menor “no se adaptaba al nivel de inglés exigido en el campamento”. En la web de Diverbo se describe que las actividades programadas para el sábado, día que Inés volvió a su casa, eran juegos en inglés, piscina y películas.
Diverbo es una escuela de idiomas alemana que aterrizó hace más de cinco años en nuestro país y que organiza distintas actividades en verano dirigidas a niños y adultos. En su web definen su nombre como el resumen de tres ideas: diálogo, diversión y, también, diversidad. Todos ellos “pilares en los que se basa nuestra filosofía de empresa y nuestra metodología de aprendizaje”, en declaraciones de una de las socias fundadoras recogidas en la web.
Informó en tres ocasiones
Carolina Gómez asegura que informó a Diverbo hasta en tres ocasiones de las necesidades de Inés. Ella las resume en que simplemente “tarda un poco más que el resto en asimilar la información que escucha” pero “basta con explicárselo más despacio o de otra forma” para que responda como el resto de niños. Desde Diverbo, según Gómez, tanto al irse a informar sobre las colonias, como al abonar la cantidad que costaban esas dos semanas –1.600 euros por una promoción–, como justo antes de que saliese el autobús hacia Salamanca, se les aseguró que no había ningún problema en que Inés participase en las colonias. Durante el curso, Inés acude a un centro del Sagrado Corazón donde cuenta con una adaptación curricular y donde realiza clases extraescolares de inglés.
La familia de Inés califica el caso vivido en los campamentos de “bullying” y acusa a la coordinadora de las colonias también de negligencia por haber dicho a las niñas que compartían cuarto con ella de que era “discapacitada”, tras lo que las menores informaron por teléfono a sus padres y de ello devinieron las quejas: “Antes de salir me preguntó si lo decía a los compañeros y ya le dije que ni de broma. Eso significaría que estuviera etiquetada de entrada y que ya no la vieran de igual a igual. Inés se ducha sola y es autónoma, no iba a tener problema”. También señala a a las familias que protestaron, por “nula empatía y total falta de humanidad”.
Por la tarde de este lunes todavía no les había sido devuelto el importe pagado por las colonias, aunque desde Diverbo les ratificaron que se haría de manera inmediata. A la niña, la monitora le dijo que “se tenía que ir porque no tenía el nivel de inglés necesario para hacer las actividades, que cuando lo tuviera podría volver”. Según Carolina, el fin de semana lo pasó “hecha polvo” y le preguntó si “era por mi culpa, por no ser normal”. El de 2019 iba a ser el tercer verano que Inés iba a formar parte de un campamento, aunque los dos primeros fueron de multiaventura. “Siempre en septiembre los profesores nos han dicho cuánto gana esos días en independencia y autoestima”.
eldiario.es se puso en contacto hasta en tres ocasiones con la empresa para recabar su versión. A última hora de la tarde, Diverbo ha enviado un comunicado en el que niegan haber “discriminado o expulsado” a la niña y aseguran que fueron los padres los que no aceptaron la solución planteada por la organización del campamento: que la niña durmiese con una monitora, una solución que los padres de Inés han declarado que consideraban igualmente discriminatoria. La empresa asegura que “en el mismo campamento hay niños con necesidades de cuidados especiales” y que han recibido la felicitación de sus familiares por “cómo están tratando estas necesidades”.