La falta de médicos responde a errores de planificación de los gobiernos de Rajoy
Es una obviedad: formar a un médico es un proceso largo. Desde que un estudiante pisa por primera vez una facultad hasta que logra terminar su especialidad transcurre más de una década. El problema de la falta de profesionales que denuncian ahora muchos gestores no tiene una solución fácil ni única ni rápida. “Las medidas que tomes hoy darán sus frutos en un mínimo de 7 o 8 años”, explica el presidente del Medical Workforce Committee de la European Junior Doctors Association, Álvaro Cerame.
El Partido Popular dice tener la fórmula mágica. “En el caso de que tenga ocasión de gobernar nuestro país, estaré durante varios años, de forma excepcional, sacando el mismo número de plazas MIR que graduados en medicina en las facultades españolas”, ha indicado este mismo miércoles el presidente de los conservadores, Alberto Núñez Feijóo. Tras una visita a la Fundación Ronald McDonald, ha destacado que “llevamos cinco o seis años con una deficiente planificación en el ámbito de la docencia MIR”.
Feijóo sitúa el inicio de esa “deficiente planificación” en los últimos años de Mariano Rajoy en la Moncloa. Hace cinco años, gobernaba el PP. Como se aprecia en la siguiente gráfica, José Luis Rodríguez Zapatero convocó todos los años de su mandato más plazas para residentes que alumnos salían de las facultades, que permitió a médicos de otros países acceder a una formación profesional de gran prestigio y, a la larga, disponer de más especialistas en el sistema. Fue precisamente Rajoy quien revirtió esa tendencia, llegando a superar el número de egresados al de plazas en el año 2017.
“A partir de la convocatoria de 2018-2019, comienza un cambio de tendencia y en el curso 2019-2020 vuelve a existir una brecha positiva (1.041) entre plazas MIR convocadas (7.615) y egresados (6.574)”, según se destaca en el 'Informe Oferta-Necesidad de Especialistas Médicos 2021-2035', del Ministerio de Sanidad, del que se han extraído los datos para este artículo. Es decir, desde que Pedro Sánchez es jefe del Ejecutivo tras la moción de censura, se han convocado cada año más plazas de Formación Sanitaria Especializada que alumnos salen de la facultad. El plan maestro de Feijóo es el que han aplicado gobiernos progresistas y revirtió su propio partido. En el curso 2020/21 se convocaron 7.989 plazas para 6.718 egresados, el último año del que hay cifras oficiales de graduados disponibles. En cambio, la FSE ha continuado creciendo: en la convocatoria de este enero había 8.550 plazas.
“En formar a un médico especialista se tarda mínimo alrededor de 12 años. Es evidente que las decisiones hay que tomarlas, al menos, a medio plazo, porque salvo que sean muy coyunturales, tendrán un impacto en ese tiempo. Esta es una de las cosas que pueden perjudicar a la planificación. Como políticamente no tiene un impacto inmediato o parece que otro va a recoger los resultados, hay menos estímulo”, explica una de las autoras de estos informes, la catedrática Patricia Barber.
La secretaria Ejecutiva de Sanidad de los conservadores, Ana Pastor, exigía este martes al Ministerio de Sanidad que “no se desentienda y que afronte de una vez por todas esta situación” de falta de médicos y pediatras de atención primaria. La potestad de convocar estas plazas para residentes es del Gobierno central, pero suele hacerse de forma colegiada con las comunidades autónomas, que son las que deben destinar los recursos humanos y materiales para la docencia de estos médicos, que no son plantilla estructural del sistema sanitario.
Un informe del Centro de Estudios del Sindicato Médico de Granada señalaba que “en los últimos diez años la planificación de las necesidades de nuevos especialistas ha sido nefasta, cuando no ha caminado en sentido contrario a las necesidades a cuatro o cinco años vista y esto a pesar de que era conocido, por diferentes informes, que en estos años y los próximos diez o doce se jubilará un importante porcentaje de la plantilla de médicos del Sistema Nacional de Salud y de los colegiados en general”. Si se echa la vista atrás una década desde 2021, cuando se publicó el estudio, la retrospectiva abarca toda la presidencia de Rajoy.
La ministra de Sanidad, Carolina Darias, ha acusado al Ejecutivo de Rajoy, en el que la propia Pastor fue ministra –de Fomento tras haber sido titular de Sanidad con Aznar–, de “falta de planificación”. Precisamente, como muestra el siguiente gráfico, el número de plazas MIR convocadas para especialidades médicas ha aumentado en un 25,8% desde la última convocatoria de un Gobierno del PP. No solo eso, durante aquellos años, de 2012 a 2018, los populares no impulsaron un crecimiento firme y sostenido: solo incrementaron las plazas a partir de la mitad de mandato y lo hicieron en tasas mucho menores que las actuales.
“Como en los últimos años se ha tomado la decisión de aumentar bastante las plazas MIR, la tendencia es que en los próximos años la situación esté mejor”, explica Barber, que indica no obstante que ese crecimiento en la convocatoria debe hacerse también con planificación. “Se va en la buena dirección, pero hay que tener cintura. Si tú este incremento lo dejas, dentro de 8 años vas a tener un superávit de médicos enorme”, señala la experta, que considera que aunque “vamos a pasar una situación un poco crítica estos años, una vez que se jubile esta población [que ahora tiene 60 años o más], habrá que tomar otras medidas que tiendan a estabilizar las plantillas”.
En cualquier caso, convocar plazas MIR lleva aparejadas una serie de obligaciones. Los residentes son médicos, pero están en una etapa formativa y, por lo tanto, deben estar tutelados por facultativos, que son los responsables de la actividad asistencial de un centro de salud o un hospital. “Hay que aumentar la oferta, pero no puede haber un crecimiento espectacular porque si no hay capacidad formativa, lo que haces es cubrir la necesidad de plantilla con residentes”, explica el presidente de la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos, Tomás Toranzo.
Cerame señala que los problemas de demografía en España han sido de todos los colores, pero apunta a dos fenómenos. “El primero es que la crisis económica [de 2009 a 2014] tuvo una serie de impactos y se redujeron las partidas en sanidad, que son una parte muy abultada del gasto público”, indica el experto.
La caída del gasto sanitario consignado en los Presupuestos Generales del Estado por la crisis financiera comenzó en 2010, cuando pasó de 5.522,4 millones a 5.375,8. Como se aprecia en el siguiente gráfico, cuando Rajoy llegó a la Moncloa en diciembre de 2011, continuó rebajando las cuentas, hasta los 4.236 millones en 2013 y, aunque después incrementó paulatinamente las cuantías, nunca se acercó a esa línea de los 5.000 millones que había heredado.
En 2008, la Comisión Europea ya alertó sobre la necesidad de planificar las plantillas sanitarias del futuro en todos los países de la Unión. En 2012, publicó la comunicación 'Hacia una recuperación generadora de empleo' en la que insistía en la misma idea, pedía estimular los intercambios sobre contratación y retención de personal sanitario y defendía una contratación ética. La necesidad de reemplazo de los profesionales que se irían jubilando no era ningún secreto entonces ni lo es ahora. En España, la generación del baby boom dibuja un horizonte de sangría de personal en algunas especialidades, como medicina familiar y comunitaria.
En España hay cerca de 42.000 profesionales médicos en este primer escalón asistencial. 1.500 ya han superado los 65 años y uno de cada tres tiene más de 60 años, por lo que 12.000 estarán en edad de jubilación de aquí a 2027. No es una sorpresa: que esto ocurriría dentro de cuatro años se sabe ahora igual que se sabía hace cinco, 10, 15 o 20 años. Sanidad ha puesto en marcha un plan a tres años para retener a estos trabajadores, permitiéndoles la jubilación activa con el 75% de la pensión. “Las plazas no aumentaron lo suficiente en medicina de familia, que se deterioró en cuanto a imagen y es poco atractiva”, indica Toranzo, que recuerda que el curso pasado quedaron plazas vacantes en esta especialidad.
Hacen falta especialistas, pero después de formarlos hay que evitar que se marchen
“La Formación Sanitaria Especializada no van a suplir estas carencias y la jubilación activa no es suficiente”, señala el presidente de la CESM, que aplaude estas iniciativas pero indica que hacen falta “otras medidas”, como agilizar el reconocimiento de títulos extracomunitarios y mejorar las condiciones laborales. De otra manera, explica, “podemos estar echando agua en un colador”. “Hacen falta especialistas, pero después de formarlos hay que evitar que se marchen”, explica.
La huida de personal médico del sistema sanitario público es una evidencia en los últimos años y es especialmente alarmante en atención primaria, con sobrecarga asistencial y malas condiciones. El segundo fenómeno que analizaba Cerame es precisamente ese: “La Covid-19 ha sometido a un estrés muy importante a los sistemas sanitarios, tanto por estrés de los profesionales como por cosas que no se han hecho por la pandemia. Ahora mismo no es tanto un problema de planificación, que también, sino de que la gente que está trabajando se quede”.
Y este es el fondo de la cuestión al que apuntan muchos expertos: en España no faltan médicos, sino buenas condiciones laborales. De hecho, a partir de 2005 se disparó el número de plazas para estudiar medicina en las facultades públicas y privadas, que aumentó hasta el 2012. ¿Quién revirtió aquella tendencia? De nuevo, Rajoy. Al menos en las universidades públicas. En lo que parece una enmienda a la totalidad de la planificación sanitaria de su antiguo líder, varios barones populares, encabezados por la presidenta Isabel Díaz Ayuso, reclaman ahora aquello por lo que no apostaban decididamente cuando gobernaban: más facultades.
“En esa época [2005] también se produce un aumento importante de las facultades privadas, que en 2005 suponían el 5,3% y ahora suponen alrededor del 20% de estudiantes. Es una parte que se esperaba, pero probablemente luego tampoco se actuó en consecuencia porque lo que hicieron muchos gobiernos autonómicos fue reducir gastos”, explica el portavoz de los médicos jóvenes. La clave aquí es que más egresados no fueron correspondidos con más plazas de formación sanitaria especializada. “Eran sueldos que pagar”, apunta Cerame. Este año han aprobado el examen para optar a una de las 8.550 plazas de residente un total de 10.792 médicos. Casi 2.000 no podrán formarse como especialistas.
Este año se han aumentado alrededor de un 15% las plazas de medicina en las facultades, pero ocurre algo similar que con las de FSE. Aumentar la convocatoria per se no soluciona el problema. “Cuando esos médicos hayan terminado la especialidad habrán pasado 12 o 15 años y tiene que haber una planificación”, insiste Toranzo.
Para Barber, la información es clave a la hora de tomar decisiones. ¿Cuántos médicos hay en España? ¿Dónde están trabajando? ¿Cuánto les falta para jubilarse? “Se puede saber cuántos profesionales sanitarios tienen empleados los servicios regionales, pero luego está el mundo privado, que no para de crecer y en algunas especialidades es importantísimo”, señala la catedrática, que aboga por un registro de profesionales, que se viene reclamando desde el primer informe del Ministerio, en 2006.
Gráficos elaborados por Ana Ordaz.
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