El 90 por ciento de las personas atendidas por Cruz Roja desconoce las aplicaciones informáticas más usuales, en el 65 % de los hogares no hay ordenador, y, aunque la mayoría dispone de móvil (el 86%), sólo tienen conexión a internet el 61 por ciento.
Son datos del último Boletín sobre Vulnerabilidad Social que hace una radiografía de las personas atendidas por esta organización y que muestra un empeoramiento de su situación laboral, económica y de salud en el último año.
En un apartado especial sobre el impacto de la falta de acceso tecnológico, Cruz Roja destaca que supone una barrera añadida a su situación de vulnerabilidad, ya que “la brecha digital” aumenta la exclusión, al no emplear la tecnología en la búsqueda de empleo y en su formación personal.
“El alejamiento de estas personas en el mundo laboral es muy preocupante”, ha destacado el coordinador general de Cruz Roja, Antoni Bruel, quien ha señalado que el 85,3 % de las personas ayudadas están en riesgo de pobreza y exclusión social.
Bruel ha recordado que las personas que atiende Cruz Roja “no son población marginal, sino personas empobrecidas por la situación económica”.
“La recuperación económica no llega acompañada de una recuperación de las personas vulnerables; aumentan el número de personas sin ingresos, que llega al 23 % (el 17 % en 2016), y la tasa de paro sube 6,4 puntos en un año, alcanzando al 73,7 %”, ha añadido.
Ocho de cada diez hogares viven con ingresos mensuales inferiores a 684 euros, recoge este último boletín de Cruz Roja, que también refleja un incremento de la tasa de pobreza infantil que se da en los hogares con niños, que pasa del 92 % al 94,6 %.
Cuatro de cada diez familias no puede mantener la vivienda caliente durante el invierno y el mismo porcentaje de hogares tiene a todos sus miembros en edad de trabajar en situación de desempleo o con trabajos de pocas horas.
El coordinador de Cruz Roja ha asegurado que los programas de apoyo deben centrarse en la ayuda en la búsqueda de empleo y en la mejora de la capacitación personal, pero también en las necesidades básicas de estas personas.
“No podemos pretender que las familias superen las situaciones sin el apoyo en asuntos vitales, como la luz, la calefacción o los alimentos; hay que comer para dar el paso a la salida laboral”, ha dicho. “Hay que enseñar a pescar, pero mientras tanto también hay que sobrevivir”.
Bruel ha recordado la importancia de facilitar el acceso a internet, porque no tenerlo, les impide usar el wasap o el correo electrónico en su día y día, “lo que acentúa su aislamiento social” y las oportunidades de empleo o formación. Sólo el 6 % usa el móvil para buscar empleo.
“Usan el móvil para hablar, pero no tienen datos y deber ir a distintos lugares públicos para conectarse; es la pescadilla que se muerde la cola: uso menos internet, conozco menos las posibilidades tecnológicas”, ha señalado.
Se confirma la brecha digital de género entre estas personas vulnerables, el 67 por ciento de las mujeres no se conecta nunca a internet, frente al 51 por ciento de los hombres.
El estudio se ha realizado sobre una muestra de 1.053 personas del 1.460.000 atendidos en el ámbito social.
Las personas mayores también señalan que la brecha digital les obliga a depender de otras personas en asuntos tan cotidianos como pedir cita para el médico o llamar a un taxi.
Cruz Roja hace un balance de las acciones desarrolladas en los últimos cuatro años para paliar la privación material severa.
Casi 3 millones de personas han recibido entregas de ropa, alimentos y productos sanitarios, entre otros bienes, facilitados por empresas o donantes privados.
Respecto a las entregas económicas -dinero o tarjetas de compra para gastos de transporte, recibos y ayudas educativas- han sido 273.752 los beneficiarios con un total de 46,7 millones de euros.
Además, ha repartido en ese periodo (2014-2017) 179 millones de euros del Fondo Europeo de Ayudas para personas desfavorecidas, entre más de 3,4 millones de beneficiarios.