Varias familias denuncian que un profesor presionó a sus hijos para poner en un examen que el cambio climático no existe

Negacionismo climático en las aulas de la educación pública. Varias familias del CEIPSO Adolfo Suárez de Madrid aseguran que un profesor de Primaria del centro indicó a sus hijos que sacarían mejor nota en un examen si, en una pregunta relacionada con el cambio climático, respondían lo que él les había contado: “No existe. Es una manipulación”.

“A raíz de que hacen el examen de Naturales, cuando vuelve mi hijo del colegio me dice que, ante las preguntas relacionadas con el cambio climático, había respondido que ‘nos quieren manipular, que el cambio climático no existe’”, asegura en conversación con elDiario.es el progenitor de uno de los alumnos, que pide anonimato por temor a que la denuncia salpique de alguna forma a sus hijos.

“Le pregunté que cómo había puesto eso si en el libro no lo pone –prosigue– y me dijo que porque el profesor, que es a la vez su tutor, les había dicho en clase que podían contestar lo que quisieran, pero que si contestaban lo que él había comentado sobre el tema tendrían mejor nota. Entonces tanto mi hijo como varios de sus compañeros, que querían sacar buena nota, pusieron esa respuesta”, declara.

El relato ha llegado de al menos cuatro familias del colegio. Sus hijos —de diez años— les han contado las mismas experiencias, que no se limitan únicamente a estas ideas negacionistas. También declaran que, cuando ocurrió la DANA en Valencia, el profesor en cuestión difundió en varias clases diferentes que se trataba de un fenómeno orquestado por los políticos. “Dijo que el gobierno había sido el que había abierto unas compuertas para matar gente, lo cual me pareció muy grave”, sostiene el progenitor de otro alumno.

Además del tema climático, los familiares remarcan que este profesor lleva a cabo actividades como poner películas en la asignatura de Valores como Dos tontos muy tontos, un filme para mayores de 12 años que tiene algunas escenas soeces y de desnudos. “Los niños se tapaban, ruborizados, ante algunas escenas y él se reía. No había una justificación detrás: les preguntamos a nuestros hijos si les había puesto esa película porque quería enseñarles algo relacionado con los valores, y nos dijeron que no”, explican. También, según denuncian, ha lanzado comentarios en el centro como “Franco era un héroe” o “menos mal que ha ganado Trump”.

elDiario.es ha intentado recabar la versión del profesor al solicitar contactar con el docente mediante la dirección del centro, pero no ha obtenido respuesta.

No notan interés por parte del centro

Las familias lamentan que no han notado un interés marcado en resolver la situación por parte de la dirección del centro, a pesar de que, afirman, el profesor lleva años en el CEIPSO teniendo esta clase de comportamientos, que “están en boca de todos”.

Según defienden, tanto el anterior equipo directivo como el actual han recibido quejas, pero nada cambia y se sienten atrapadas. “No puedo ir a quejarme con él porque le puede coger manía a mi hija. Otras familias han ido a la dirección justamente para evitar esto. Ellos dijeron que le llamarían la atención, pero han pasado varias semanas y no ha ocurrido nada”, aseguran.

Uno de los padres asegura que ha pensado en cambiar a su hija de colegio, ya que es su tutor y pasa mucho tiempo con ella y sus compañeros. “Cuando mi hija llegue a la ESO, ¿cómo va a llegar?”, exclama. “Mi hijo empezó a dudar. Me dijo: ‘Yo es que no tengo muy claro si el cambio climático existe o no existe’. Ese es el problema: que están en una edad muy influenciable. Porque esto se lo dice, por ejemplo, a unos chavales de 18, y a lo mejor tienen ya más claras sus ideas, pero con 10 años...”, denuncia otra de las familias afectadas.

Les preocupa que sus hijos ya no sepan qué información integrar o no integrar de este profesor. “Que mi hija tenga que pensar que un profesor le está mintiendo… Ella va al colegio a aprender, piensa que le están enseñando cosas reales, pero este señor le puede decir de repente una mentira. Ella ya duda de lo que le dice. Una vez me dijo: '¿Cómo sé si lo que me enseña este señor es verdad?'”, comenta una madre.

Desde el CEIPSO defienden que la queja realizada no se hizo de una manera formal, sino que se le transmitió de palabra a la secretaria para que ésta se la hiciera llegar a la directora. Pese a que están informados acerca de la problemática con los exámenes, no los han revisado

Por su parte, desde el centro defienden que la queja de los padres y madres no se realizó de una manera formal, sino que se le transmitió de palabra a la secretaria para que ésta se la hiciera llegar a la directora. Además, afirman que hablaron con este profesor hace unos días, pero que él negó los hechos y sostuvo que “los niños en los exámenes tenían que poner lo que decía en el libro”.

La directora afirma que “no es un profesor conflictivo y nunca ha tenido ninguna queja en el centro” y que el primer paso que han de dar los padres es “emitir las cosas de manera formal. No se pueden hacer acusaciones al aire”. Pese a que están informados acerca de la problemática con los exámenes, la dirección informa de que no los ha revisado. Las familias aseguran que en esas pruebas están los rastros de lo que denuncian.

¿Qué hacer como padre ante un caso así?

Jesús Marrodán, presidente de la Unión Sindical de Inspectores de Educación (USIE), afirma que, en el caso de que se demuestre que esto está ocurriendo —que se podría saber fácilmente al comprobar los exámenes—, sería motivo de una posible sanción, ya que “este profesor podría no estar respetando la programación didáctica. La coacción en el caso del examen es algo que no se puede hacer. Él tiene que respetar el currículo oficial y la libre expresión de los alumnos y ajustarse a eso. Ante cualquier tema, además, tiene que mantener una posición neutral basada en la ciencia. La línea está en mantener la normativa legal y lo que establece el currículo educativo”. Además, recuerda que, pese a que los profesores tienen cierta libertad de cátedra, no deben hacer valoraciones políticas de ningún tipo, “ni a favor ni en contra de nadie. Tienen que ser neutrales, todo lo que puedan”.

Las familias explican que escribirán una queja a la Dirección del Área Territorial de la Comunidad de Madrid (DAT), algo que Marrodán también recomienda. María del Carmen Morillas, presidenta de la FAPA Giner de los Ríos (la principal federación de AMPAs de la escuela pública de la Comunidad de Madrid), explica que, ante esta clase de casos, lo recomendable es que las familias implicadas, tras pedir una reunión con el equipo directivo y con el tutor (mediante una petición formal) para que “el centro se dé por enterado”, realizasen un escrito con lo que se hubiera hablado en esa reunión y lo registrasen en el mismo centro. “Tras ello, dependiendo de cómo esté la situación, habría que ponerlo con copia a Inspección y después dirigirse y pedir cita directamente a la inspección educativa”, afirma.