Montse Tomé convoca a varias campeonas del mundo y las jugadoras reiteran que no quieren acudir
El aparente acuerdo entre la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) y las jugadoras campeonas del mundo no ha sido tal. A pesar de que este lunes la nueva seleccionadora del equipo absoluto femenino, Montse Tomé, había anunciado la nueva lista de convocadas para los próximos partidos, las jugadoras han reiterado su rechazo a la selección. Las futbolistas inciden en un comunicado que su 'no' inicial ya dejaba “claro” su “firme voluntad de no ser convocadas por motivos justificados”.
La lista incluye a varias de las mujeres que compitieron y ganaron en Australia y a algunas de las 15 que originalmente se rebelaron contra el anterior técnico, Jorge Vilda, y no fueron al mundial. Quien no ha sido convocada es Jenni Hermoso, protagonista involuntaria del caso Rubiales. Tomé había argumentado que ella y su cuerpo técnico han pensado que “la mejor manera de protegerla es así, pero contamos con Jenni”.
Este pasado viernes, las jugadoras habían firmado un nuevo escrito reclamando “cambios contundentes” y manteniendo su renuncia a la selección. Varios medios contaban que la RFEF había comunicado a las jugadoras que los responsables que señalaron en su comunicado el pasado viernes saldrán en menos de un mes. Sin embargo, según recogen las futbolistas en su nuevo texto, difundido en redes, “no se ha transmitido nada referente a ello a ningún integrante de la RFEF”.
Ante las palabras de Tomé, que había dado a entender –sin llegar a afirmarlo– que habían logrado un entendimiento, las campeonas del mundo añaden que estudiarán las “posibles consecuencias legales” a las que las expone la Federación.
“Una nueva etapa”
“Comienza una nueva etapa”, había repetido varias veces la nueva responsable del equipo absoluto femenino. Tomé aseguró que había hablado con las jugadoras, aunque estas aún no se habían pronunciado sobre la convocatoria hasta ahora.
Además de la ausencia de Jenni Hermoso, quizá la mayor novedad en la convocatoria es la vuelta de algunas de las jugadoras del grupo de las 15 que se rebelaron contra Vilda, como Mapi León y Patricia Guijarro. Estas dos mujeres fueron excluidas de convocatorias posteriores y han sido parte del núcleo duro que en las últimas semanas ha arropado a Hermoso y se ha plantado contra la RFEF.
Preguntada directamente sobre si se ha alcanzado un acuerdo con las jugadoras, Tomé había evitado dar una respuesta contundente: “Confío en que las jugadoras son profesionales, vienen de ser campeonas del mundo, aman la profesión, estar en la selección es un privilegio y sé que van a estar con nosotras mañana”. Al final de la rueda de prensa, además, había asegurado que ninguna jugadora le había pedido no ser convocada.
La Ley del Deporte considera una infracción “muy grave” no acudir a las llamadas de la selección, y lo castiga con multas de entre 3.000 y 30.000 euros, la posible suspensión de la licencia de entre dos y quince años y la prohibición de acceso a los estadios por tiempo no superior a cinco años.
Tomé, que había insistido en su apoyo a las jugadoras, había defendido que habrá “una atmósfera profesional y ambiciosa”, en lo que parecía una alusión al enfrentamiento de varias jugadoras con Vilda y ha agradecido haber podido elegir a su cuerpo técnico con libertad.
La nueva seleccionadora también ha sido cuestionada por los aplausos que dio en la famosa asamblea de Rubiales. “No me sentí bien ese día. Tuvimos que venir aquí, nos lo dijeron, nos sentamos ahí y todas las cosas que fueron sucediendo, no me siento parte. Las dos veces que aplaudí fue cuando Rubiales dice que todos somos campeones del mundo y también cuando me dice que voy a ejercer como directora técnica”, se ha justificado. “Realmente cuando sentí tranquilidad de verdad fue cuando lancé el comunicado [por el que ponía su cargo a disposición de la RFEF]. Si pienso un poco y digo por qué lo hice, quizás no lo hubiera tenido que hacer. Cuando lanzamos el comunicado se vio cuál era mi postura”, ha sostenido.
La RFEF se compromete públicamente a cambios
Poco antes, la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) había emitido un comunicado en el que reitera su “compromiso público” con la necesidad de realizar “cambios estructurales” en su organización tras la crisis desatada por el comportamiento sexista de su expresidente, Luis Rubiales, tras la final del Mundial.
La organización, presidida de manera interina por Pedro Rocha, pide así a las futbolistas que se unan al movimiento de cambio iniciado “por la nueva dirección”. “Se insta a las jugadoras a sumarse a este cambio liderado por la Federación”, dice el comunicado, que añade que “las transformaciones que deben continuar deben ser sólidas y justas”. La RFEF no especifica en el documento cuáles son esos cambios concretos ni en qué plazos se llevarán a cabo.
El comunicado llega también en respuesta a la carta firmada por 39 jugadoras y en la que especificaron cinco cambios que consideran importantes en la estructura de la organización del fútbol español. Ésta habla ya de “una nueva etapa de la Federación que tanto el fútbol como la sociedad demandan”, pero no hace referencia a las cinco peticiones concretas.
Sin embargo, no hace mención a que se hayan atendido las demandas concretas de las jugadoras y prometen garantizar “un entorno seguro a las jugadoras”, como pidieron las internacionales en su carta, “y apostamos por un clima de confianza mutua para que podamos trabajar juntos y logremos que el fútbol femenino siga progresando con mucha más fuerza”.
La RFEF termina el documento invitando a las jugadoras a “comenzar a lucir la estrella que con tanto esfuerzo las internacionales han conseguido”, aunque se desconoce aún si ha sido suficiente para que las futbolistas cambien de opinión.
La petición de las jugadoras
Las 39 futbolistas que el pasado 15 de septiembre hicieron públicas sus demandas pidieron “tolerancia cero” contra las personas que desde dentro de la Federación “han tenido, incitado, escondido o aplaudido actitudes que van contra la dignidad de las mujeres”. Sus peticiones llegaron poco antes del momento en que la nueva seleccionadora, Montse Tomé, tenía previsto presentar la lista de convocadas, un acto que fue cancelado.
Ese mismo día, la Federación anunció que Rocha sería el encargado de liderar los cambios en la institución e hizo un llamamiento “al diálogo y la cooperación” en lo que describió como “un escenario especialmente atípico como el que se vive con la Selección Española”. El organismo reiteró su compromiso con las campeonas del mundo, “por las que siente un orgullo enorme”.
Las peticiones de las jugadoras van desde la reestructuración del organigrama del fútbol femenino y del gabinete de la presidencia y secretaría general, hasta la dimisión del presidente de la RFEF, una nueva estructura del área de comunicación y marketing, así como de la dirección de integridad.
Al frente de la secretaría general está Andreu Camps. Según informa este lunes 'El Confidencial', Camps se negó a imprimir el nombre de las futbolistas en las camisetas —cuando sí lo hacía con la selección masculina— alegando que “suponía mucho gasto” y posteriormente fue uno de los interlocutores en las negociaciones con las jugadoras hasta que le desautorizó Rubiales.
Las futbolistas han defendido que los cambios realizados hasta ahora, bajo el liderazgo de Rocha, no son suficientes y que su objetivo es lograr que “las jugadoras se sientan en un lugar seguro, donde se respete a las mujeres, se apueste por el fútbol femenino y donde podamos dar nuestro máximo rendimiento”.
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