Un feminismo fracturado clama en la calle contra la violencia machista: “Habría que salir todos los días”

Como cada 25N, el movimiento feminista ha vuelto a salir a la calle este sábado, cuando se celebra en todo el mundo el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, para denunciar la violencia machista, en distintos grados y formas, que siguen enfrentando las mujeres. Decenas de ciudades y pueblos acogen movilizaciones para llamar la atención sobre esta realidad, denunciar el auge del negacionismo machista y reclamar políticas públicas que la combatan eficazmente.

Como ocurre en algunos lugares y ya pasara en otras ediciones del 25N y en los tres anteriores 8M, en Madrid el feminismo ha tomado la calle dividido. En un contexto de brecha en el movimiento, fundamentalmente por cuestiones como la prostitución o la Ley Trans, son dos las protestas que han recorrido el centro de la capital, eso sí, en horarios diferentes: la vespertina ha partido a las 18.00 horas de Atocha, organizada por la Comisión 8M bajo el lema “Se acabó”, que ha cifrado en 50.000 las asistentes, un dato rebajado por Delegación del Gobierno a 7.000. Por la mañana, 2.000 personas según Delegación y 25.000 según las organizadoras, han recorrido la Gran Vía bajo el lema “unidad ciudadana y respuesta institucional” convocadas por Foro de Madrid contra la Violencia a las Mujeres y el Consejo de las Mujeres de Madrid.

“Salimos a las calles para gritar se acabó. Se acabó el silencio y se acabó la impunidad”, han manifestado poco antes del inicio de la manifestación de esta tarde las portavoces Jimena López-Sánchez e Inés Morales, que han hecho hincapié en que la violencia machista “no son casos aislados” y han reclamado tener en cuenta que no afecta por igual a todas las mujeres, por ejemplo, mujeres migrantes, mayores, residentes en zonas rurales, sin recursos o mujeres trans, han enumerado antes de pedir la derogación de la Ley de Extranjería y denunciar “el intento de derogar la visibilidad LGTBI” en las aulas, en referencia a la reforma de las leyes LGTBI en Madrid.

“Escucha hermana, aquí está tu manada”, “ni una menos”, “aquí estamos las feministas” o “aquí estamos las antirracistas” son algunos de los lemas que han coreado las manifestantes. Entre ellas está Elena Goicoechea, que apunta a “razones evidentes” para estar aquí. “La violencia se sigue sin frenar y se sigue negando por una parte de la sociedad”, afirma la mujer, que cree que “educar y educar” es la receta principal para combatirla. El 25N ha sido doble para ella, que ha acudido a la protesta de la tarde y también a la matutina: “Me parece importante estar en las dos y he podido. La causa de la violencia de género y, sobre todo, erradicarla es una causa común”.

En España 52 mujeres han sido asesinadas por sus parejas o exparejas en lo que va de año mientras que solo hasta junio se han registrado 13 feminicidios a manos de hombres con quienes no mantenían ninguna relación sentimental. En nuestro país se presentan 47 denuncias por delitos sexuales cada día y aún así se estima que solo el 8% de las víctimas llegan a denunciar. Más datos: casi tres de cada diez mujeres con pareja afirman haber sufrido violencia de género y un 28% han sido víctimas de acoso sexual en el trabajo, según la última encuesta coordinada por Eurostat.

“La marcha en la que cabemos todas”

Unos metros más allá marcha Sara, de 24 años, que se ha unido decidida a la protesta convocada por la Comisión 8M no solo porque “tenemos que posicionarnos en contra de todos los tipos de violencias machistas”, sino porque cree que esta “es la protesta inclusiva” con personas como ella, no binaria. “Se me lee como mujer y por eso recibo también violencias, pero yo no entro en la otra manifestación, en la que hay gente que no puede estar”, sostiene.

Muchos son los lemas que se han escuchado en la marcha a favor del pueblo palestino y contra la ofensiva israelí. De hecho, a la llegada a Cibeles, iluminada de morado, la cabecera se ha echado a un lado para dejar paso a la pancarta de Feministas por Palestina, frente a la que un grupo de activistas han abierto botes de humo con los colores de la bandera mientras clamaban “dónde están, no se ven, las sanciones a Israel” y “boicot a Israel”. Megáfono en mano, una de las asistentes ha denunciado “la política de genocidio contra el pueblo palestino” y ha exigido el fin del bloqueo en Gaza, además de abuchear al Ayuntamiento de Madrid por otorgar junto a Vox la Medalla de Honor a Israel.

“Esta es la marcha en la que cabemos todas y todes. Aquí está la resistencia trans”, han gritado mientras enfilaban Gran Vía las manifestantes, que han llamado a gritar “se acabó” a “las mujeres trans, cis y disidentes”. En este escenario, la fractura en el movimiento feminista en Madrid es evidente. Y, además, cristaliza políticamente: a la protesta vespertina han acudido sindicados como CNT y partidos como IU, Podemos y representantes de Más Madrid como Carla Antonelli.

Como ya hiciera en años anteriores, la exministra Irene Montero se ha sumado junto a parte del equipo del ministerio, que ha reivindicado el compromiso de estar “sin fisuras” a favor de vidas libres de violencia “de todas las mujeres, también las mujeres trans, las racializadas y las mujeres en toda nuestra diversidad”. También ha acudido la ministra de Juventud e Infancia Sira Rego a esta protesta, a la que ha mostrado su apoyo la vicepresidenta del Gobierno y líder de Sumar Yolanda Díaz.

Redondo marcha por la mañana

Por su parte, la nueva ministra de Igualdad Ana Redondo ha acudido a la manifestación matutina, convocada por el Foro de Madrid contra la Violencia a las Mujeres, junto a una amplia representación del PSOE, entre ellas las ministras Pilar Alegría, Diana Morant, Isabel Rodríguez y Fernando Grande-Marlaska o la exvicepresidenta Carmen Calvo, la secretaria de Igualdad socialista, Andrea Fernández, y la presidenta del Congreso, Francina Armengol.

Poco antes del inicio de la protesta, en la que también marchaban CCOO o UGT, la nueva titular de Igualdad ha manifestado su “respeto absoluto a todas las manifestaciones” y ha afirmado que “da un poco lo mismo dónde nos manifestamos”, porque lo importante, ha dicho, “es luchar contra quienes quieren retroceder contra los derechos de las mujeres, los que quieren devolvernos a la caverna”, ha dicho en referencia a la “extrema derecha y derecha extrema”, a las que ha atribuido tener “la baza” de “pretender dividirnos”, una “senda por la que no podemos caminar”.

Durante la marcha, con cánticos como “no estamos todas faltan las asesinadas”, “somos mujeres, nos queremos vivas” o “si tocan a una respondemos todas”, las manifestantes han querido poner el foco en “todas las formas de violencia contra las mujeres”, según ha declarado poco antes de comenzar la marcha la portavoz del Foro y exdiputada socialista Ángeles Álvarez. La convocatoria, que ha definido como “la mayoritaria y la de la unidad”, ha llamado a la reacción de la sociedad civil y ha reclamado a las instituciones “eficacia” en combatir la violencia, según ha explicado Álvarez, que ha emplazado a “no construir muros” y evitar “cuestiones partidistas”.

Concha de la Torre tiene 68 años y como hace cada vez que puede, ha salido a la calle a manifestarse. No es su primer 25N, al contrario, ha venido a casi todos aunque a veces se pregunta “si servirá para mucho o para poco”. Se queda un rato pensando y acaba concluyendo “que algo hará” y que “si no protestáramos sería peor”. De hecho “habría que salir a las calles todos los días porque todos los días vemos la violencia machista”, lamenta poniendo el foco en las agresiones sexuales y “el retroceso” que, a su juicio, está experimentando la juventud en esta materia.

Unidad y abolición de la prostitución

A los llamamientos a la unidad y el fin de los feminicidios, se ha unido la abolición de la prostitución, la pornografía y la gestación subrogada como demandas principales de la convocatoria, que ha pedido entre otras cosas la aprobación de una ley abolicionista de la prostitución. “Prostitución, violencia machista” o “ninguna mujer nace para puta”, coreaban las asistentes mientras avanzaban por Gran Vía. Este año, el manifiesto no cita la Ley Trans, contra la que sí se ha posicionado explícitamente esta protesta en otras ocasiones, aunque se han escuchado lemas como “ser mujer no es un sentimiento”, “las mujeres no tenemos pene” o “quita tus cojones de tus competiciones” por parte de algunos grupos de manifestantes.

Sobre la doble convocatoria de este 24N en la capital, Alicia, que se ata un pañuelo morado a la muñeca antes de unirse a sus compañeras. piensa que la primera del día “es la manifestación que nos corresponde como mujeres” ya que es la que “se lleva organizando históricamente”, en referencia a las convocatorias del Foro desde 1997, y que la de la tarde, organizada por la Comisión 8M, es “un conglomerado de gente también maltratada” como las personas trans, ejemplifica, “por las que si tengo que salir a la calle salgo”, pero hoy “esta es la que nos corresponde”, reitera.

“El negacionismo es una violencia más”

Mujeres, y algunos hombres, de diferentes edades se han dado cita en las protestas, que clamaban “el feminicidio es el mayor genocidio” por una Gran Vía atestada de turistas, como es habitual en estas fechas, que grababan con sus móviles el paso de la marcha. A sus 18 años, Nines lo tiene muy claro: “Vengo porque no quiero que ser mujer y joven sea un factor de riesgo para sufrir violencia. Y tampoco que les pase esto a otras”, dice señalando el cartel morado que lleva en sus manos y reza “la prostitución es explotación sexual”.

La joven es consciente de que en la capital hay hoy dos convocatorias y reconoce haber elegido la manifestación matutina porque le venía “mejor de horario”, pero sobre todo lamenta que el feminismo se divida un día como hoy: “No estoy nada de acuerdo con que haya dos, me parece triste. En el feminismo hay opiniones muy variadas pero tenemos más puntos en común que diferencias”, cree.

Una de estas demandas comunes es la denuncia del auge de la extrema derecha y su negacionismo, justo en una semana en la que precisamente Vox ha pedido a sus concejales que boicoteen los actos oficiales por el 25N. “El negacionismo es una violencia más hacia las mujeres. No podemos consentir que esté en las instituciones”, afirma Carmen Flores, vicepresidenta del Consejo de las Mujeres de Madrid, una de las organizaciones convocantes.

Pasadas las 13.30, la cabecera de la marcha ha llegado a Plaza España, el punto final de la manifestación, donde se ha leído el manifiesto delante de un grupo de mujeres con túnicas y caretas blancas que han portado carteles con los nombres de las asesinadas. Así ha culminado la protesta, con la lectura uno a uno de los nombres de las asesinadas este año (93, según organizaciones feministas), acompañada de una violinista, un “acto solemne”, lo han definido las organizadoras, que ha emocionado a las asistentes.

Divididas en Sevilla, unitarias en la mayoría

Las protestas también han tenido lugar en otras ciudades. Bajo el lema “Se Acabó”, la manifestación unitaria ha sido multitudinaria en Pola de Siero (Asturias), que ha superado las expectativas de asistencia con más de 20 autobuses gratuitos venidos de diferentes puntos de la geografía asturiana que han convertido en un éxito la marcha descentralizada. Una única manifestación se ha celebrado también en Murcia, donde se ha pedido la apertura del centro 24 horas para víctimas de violencia sexual, o en Santander, que ha congregado a unas 2.000 personas.

Como en la capital, en Sevilla la convocatoria es también doble. Por un lado, la Asamblea Feminista Unitaria de Sevilla, que ha celebrado una concentración bajo el lema “más implicación ciudadana y más educación sexual integral” y, por otro, la manifestación convocada por el Movimiento Feminista de Sevilla, que se ha celebrado esta tarde.

En las tres capitales vascas, miles de personas se han manifestado este sábado 25N para mostrar su “hartazgo” por la violencia machista. “Estamos enfadadas, furiosas y asqueadas”, decía una de las representantes del feminismo en Euskadi. Al ritmo de “se acabó” de María Jiménez ha terminado la concentración en la Plaza España de Zaragoza, donde las asistentes han coreado “y ahora ya, mi mundo es otro”. En Córdoba, donde según la Policía Local, han asistido 3.500 personas, el feminismo ha centrado sus demandas en reclamar una buena gestión de los recursos para las víctimas mientras que en Valladolid, más de mil manifestantes, entre los que se encontraba el ministro de Transportes, Óscar Puente, ha rechazado el discurso negacionista de la violencia machista.

Con información de Bárbara A. Peri, Antonio Morente, Alba Camazón, Elisa Almagro y Laro García.