Como cada año, durante la primavera y el inicio del verano se dispara la venta de una gran variedad de productos que prometen adelgazar. Farmacias, parafarmacias, herbolarios y diversas tiendas online reciben una demanda multiplicada por la búsqueda de una pérdida de peso relativamente rápida: muchas personas anhelando un cuerpo más esbelto en la época del año en la que más expuesto está, sobre todo en la playa y la piscina.
Las redes sociales potencian el boca a boca sobre ciertos productos “quemagrasas”, reforzando aún más su venta. Es el caso de la fentermina, un fármaco para tratar la obesidad mediante la inhibición del apetito, que se ha popularizado recientemente en TikTok como un “método milagro” para adelgazar rápido. A pesar de las supuestas bondades que se señalan en los vídeos de la red social, este medicamento no llegó a autorizarse en España ni en la Unión Europea (UE) porque sus riesgos para la salud no compensan sus potenciales beneficios. Su comercialización es, por tanto, ilegal en la UE, pero las autoridades no son capaces de evitar la venta online de este producto.
La fentermina es el último fármaco adelgazante que se hace viral en poco tiempo. Hace unos meses fue Ozempic (cuyo principio activo es la semaglutida) el que pasó a recibir una gran atención mediática. Este medicamento, dirigido a diabéticos, se promocionó extensamente en redes sociales y múltiples influencers y famosos reconocieron tomarlo para perder peso, lo que contribuyó a su desabastecimiento a nivel mundial.
“Quemagrasas” con productos ilegales
Diuréticos, laxantes, ciertos inhibidores de la absorción de grasas, supresores del apetito, potenciación del metabolismo basal.... Son algunos de los componentes ilegales que se pueden encontrar en diversos complementos dietéticos que se distribuyen fuera de los canales convencionales, en tiendas por Internet, y al margen de las autoridades sanitarias. Como estas moléculas solo están permitidas en medicamentos autorizados, que deben cumplir con estrictos requisitos sanitarios, ciertos fabricantes las añaden a sus productos sin declararlo en el etiquetado para evitar su retirada del mercado.
A veces, estos ingredientes están presentes por procesos de fabricación muy deficientes en los que se producen contaminaciones cruzadas. Además, la cantidad del fármaco presente en el producto puede ser extremadamente variable, por debajo o por encima de la dosis que podría considerarse adecuada, lo que incrementa aún más el riesgo de efectos adversos.
Una de las moléculas ilegales que con más frecuencia se encuentran en complementos dietéticos “quemagrasas” es la sibutramina, un fármaco retirado de la UE por sus graves efectos adversos cardiovasculares. A pesar de ello, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios retira del mercado cada cierto tiempo productos con este componente y otros dirigidos también a la pérdida de peso.
Los peligros para la salud
El principal riesgo para los consumidores es el desconocimiento: como no saben que están consumiendo un fármaco no son conscientes de las contraindicaciones que pueden existir en el caso de un embarazo o alguna enfermedad, o de qué manera puede interactuar el consumo de ciertos fármacos con el ingrediente ilegal del complemento dietético.
Cada tipo de fármaco va a presentar una serie de potenciales efectos adversos. La sibutramina, por ejemplo, puede causar infartos cardíacos, arritmias, ictus o estreñimiento. La fentermina, por su parte, puede provocar insomnio, dependencia, nerviosismo, aumento de la tensión arterial y de la frecuencia cardíaca o problemas gastrointestinales.
Más allá de los efectos secundarios de estos productos, la pérdida drástica y rápida de peso mediante estos 'productos milagro', si no se acompaña de un estilo de vida saludable (con actividad física frecuente y dieta sana) mantenido en el tiempo, provoca una recuperación de los kilos por un efecto rebote.
Publicidad también ilegal
En teoría, en España la publicidad de productos “que sugieran propiedades específicas adelgazantes o contra la obesidad” no está permitida, salvo para medicamentos y productos sanitarios que hayan demostrado tales efectos. Así lo establece el Real Decreto 1907/1996 sobre publicidad y promoción comercial de productos, actividades o servicios con pretendida finalidad sanitaria. Además, según el Reglamento (CE) 1924/2006 en las declaraciones nutricionales y de propiedades en los alimentos no se permiten palabras relativas “al adelgazamiento, al control de peso, a una disminución de la sensación de hambre, a un aumento de la sensación de saciedad, o a la reducción del aporte energético de la dieta” excepto cuando estas propiedades se han demostrado científicamente y los mensajes puedan ser inteligibles para el consumidor medio.
A pesar de que la ley prohíbe de forma clara la promoción de productos que den a entender propiedades adelgazantes como complementos dietéticos, lo cierto es que esta se vulnera sistemáticamente, tanto fuera de Internet (herbolarios, farmacias y parafarmacias) como dentro. Basta una rápida búsqueda en Google para encontrarse con decenas de productos “quemagrasas” y “adelgazantes”, que garantizan perder peso sin apenas esfuerzo, alguno de los cuales podría contener ingredientes ilegales, no declarados.