“Durante la dictadura en Chile hubo tortura, desapariciones, juicios sumarios (…) Vimos hasta dónde llega la brutalidad del ser humano cuando hay un empecinamiento que va mucho más allá de lo que uno puede esperar de alguien que comparte la común humanidad”. El arzobispo de Santiago de Chile, Fernando Chomali, ha estado esta semana en Madrid para presentar, en la iglesia de San Antón, su documental Miércoles 15.30: Memorias de una ausencia, en el que relata las historias de cuatro mujeres coraje que, 50 años después del golpe de Pinochet, siguen buscando a sus seres queridos, “detenidos durante la dictadura militar”.
Chomali, uno de los hombres de confianza del papa Francisco para Latinoamérica, reflexiona en esta conversación sobre las guerras, con especial interés en lo que sucede en Gaza –tiene raíces palestinas–, y defiende “un futuro con dos Estados independientes para Israel y Palestina”. Además, arremete contra “los mercaderes que diseñan, fabrican y venden armas”, que son “los grandes beneficiados de la muerte de seres inocentes”.
¿Cómo se le ocurre a un obispo filmar un documental?
Cuando llegué a Concepción (su anterior diócesis) me fui a ver un grupo de mujeres, familiares de detenidos desaparecidos durante la dictadura militar y me pidieron si podían usar una sala de arzobispado para reunirse los miércoles a las 15.30 horas. Las fui conociendo, fui conociendo su historia, y empecé a conmoverme. Les propuse narrar sus historias, escuchar el drama que seguían viviendo después de 50 años: que no habían encontrado a sus familiares, que los lloraban, querían darles una sepultura digna.
El dolor no tiene apellido. Una madre que pierde a su hijo, a su marido, no tiene condición política
¿Sigue siendo difícil hablar del golpe de Estado en Chile?
Creo que nadie, independiente de la posición política que tenga, puede quedar indiferente al hecho de que tú estás en tu casa, se llevan a un familiar y nunca más sabes de él durante 50 años. Estas mujeres han sufrido lo indecible, pero también han tenido una gran capacidad de seguir en esta búsqueda. Este documental ha tenido un gran impacto en la sociedad chilena. No pretende presentar una posición política, sino mostrar hasta dónde puede llegar la brutalidad del ser humano. Porque en Chile hubo tortura, desapariciones, juicios sumarios. Y esta también era una manera de decir ‘Nunca más’.
¿Qué queda de los ecos de ese golpe y de la dictadura posterior en Chile? ¿Qué heridas faltan por cerrar?
Falta saber qué ha pasado con un buen número de personas, dónde están. Y también falta un proceso de reparación importante. Y preguntarnos ¿hasta dónde la ideología puede llevar a un grupo de personas a cometer actos absolutamente inhumanos? Eso interpela la educación en los colegios, interpela la educación militar, interpela a toda la sociedad. El dolor no tiene apellido. Una madre que pierde a su hijo, a su marido, no tiene condición política.
Qué terrible cuando un pueblo está viendo destruir toda su vida, hay rehenes, mueren niños… y que hay otros que estarán en un gran festín viendo cómo crecen sus cuentas bancarias. Que se hacen ricos con la muerte del inocente
Vivimos, como diría el Papa, una Tercera Guerra mundial a pedazos. Ucrania, Gaza, que sé que le toca especialmente por sus orígenes palestinos…
Es horroroso. Y lo más horroroso es que no hablamos de guerras entre pueblos, sino guerras entre cónclaves de poder. Hay que hacer esta distinción, y reflexionar ante el hecho de que, para muchos, caso de Hamás, caso de Israel, la vida no vale nada. Y también reflexionar sobre los mercaderes que diseñan, fabrican y venden armas. Qué terrible cuando un pueblo está viendo destruir toda su vida, que hay rehenes, que mueren niños… y que hay otros que estarán en un gran festín viendo cómo crecen sus cuentas bancarias. Que se hacen ricos con la muerte del inocente. La guerra es un negocio. Tenemos que repensar esto muy seriamente.
A mí me duele mucho lo que pasa con el pueblo palestino, en concreto el pueblo de Gaza, porque creo que ese no es el sentir de la gran población que quiere construir un futuro como ha pedido el Santo Padre, como lo han pedido los organismos internacionales, como lo está pidiendo Estados Unidos, que son dos estados independientes que puedan desarrollarse en conjunto pensando en el futuro. Es un drama. Y lo de Ucrania, y en tantos países donde hay muchas guerras silenciadas.
En estos días verá al Papa, que últimamente está siendo criticado, especialmente desde dentro, por las bendiciones a parejas “irregulares”...
Yo creo que hay muchos críticos que no se han leído cuidadosamente la declaración de Doctrina de la Fe. Las personas divorciadas, separadas, vueltas a casar, las personas homosexuales existen, están ahí, tienen un sentimiento religioso. Ignorarlas es poco cristiano. Reconocerlas significa solamente emprender un camino de acompañamiento.
El Papa es una persona de convicciones, evidentemente. Él no quiere un catolicismo de apariencias. Yo diría que es un hombre profundamente eclesial y muy poco eclesiástico
El Papa es una persona de convicciones, evidentemente. Él no quiere un catolicismo de apariencias. Yo diría que es un hombre profundamente eclesial y muy poco eclesiástico. Él nos quiere heridos en el campo de batalla, pero no encerrados y enfermos. Y sobre todo, reconoce la realidad tal cual es, no como quisiera que las cosas fueran. Y se da cuenta que frente a eso tenemos que actuar con lo único que tenemos, que es el Evangelio.
¿Qué le parecen estos ataques internos contra Francisco?
Yo creo que el Papa es un gran misionero. Él se da cuenta de que hay muchas personas que están fuera de la Iglesia, y por eso nos advierte de andar preocupados de ser príncipes, de ser generales derrotados, cuando el mundo se está cayendo a pedazos y la gente está dejando de creer. La gran tentación a hacer de todo una estrategia de marketing, sino de corazón, porque como dice un poeta chileno que a mí me suscita mucha simpatía, Vicente Huidobro: “Estamos cosidos a la misma estrella”. Mucha gente piensa que hay personas de primera categoría, de segunda categoría, hay personas que se merecen algunas cosas, otras que no se merecen y todo eso es falso. Somos todos hijos de un mismo Dios, que hace llover sobre justos y pecadores.
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