De la FP a la Selectividad: “Me cuestionan no haber ido a Bachillerato, pero no son años perdidos”

Un goteo de estudiantes sube las escaleras de la Facultad de Comercio de la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Queda poco para el mediodía y algunas de las personas que entran en el centro apuran cada paso de camino al aula para repasar el reinado de Isabel II o el franquismo: este lunes ha comenzado la Ebau en La Rioja y Madrid (Selectividad para los más mayores, también se llama Evau o PAU); mañana empiezan en la mayoría de las comunidades y cerrará en Baleares la siguiente semana.

Un total de 12.902 estudiantes se sentarán en las bancadas de la Complutense y 962 de ese total lo hará en las aulas de Comercio, el centro designado por la universidad para el alumnado que proviene de un grado superior de Formación Profesional (FP). Difieren en edad y en historias: compartirán asiento quienes siempre quisieron ir a la Universidad con quienes no se lo plantearon hasta verse acabando el ciclo formativo.

El Bachillerato es la vía rápida –y habitual– a la Universidad, pero no la única. Los ciclos formativos dejan abierta la puerta a estudiar posteriormente una carrera mientras ofrecen formación práctica y buenas tasas de inserción laboral. La nota de la Formación Profesional sirve para el acceso a la Universidad, de forma que no hay obligación de acudir a la Ebau. Aun así, muchas personas egresadas de FP estudian las materias optativas para subir nota. El número de estudiantes de ciclos que se presenta se ha mantenido estable en los últimos años, señala Rosa de la Fuente, vicerrectora de estudiantes de la UCM y presidenta de la comisión organizadora de la prueba en Madrid. “Y tienen muy buenos resultados”, añade.

Hugo cruza los dedos para que la afirmación de De la Fuente se haga realidad. Esta es su segunda Ebau. Se presentó a la prueba de acceso al terminar Bachillerato, pero no consiguió la nota para estudiar Comunicación Audiovisual. No le convencía esperar a la siguiente edición de la prueba y se matriculó en un grado superior para mejorar su puntuación. “Al principio, la FP no estaba en mi mente por ese estigma de o vas a la universidad…” o no sirves, deja en el aire su reflexión. Ahora, su opinión está lejos de hacer de menos a los ciclos formativos: “Es de las mejores cosas que he hecho en mi vida”.

Estudiar el grado superior de Realización de Proyectos Audiovisuales y Espectáculos sirvió para que Hugo “abriera los ojos” y confirmara que le gustaba el mundo de la imagen. Esa es una ventaja que cree que tiene sobre las personas egresadas de Bachillerato, que “si no tienen suerte” se dan cuenta de que la carrera no les gusta un año o dos después y la abandonan. Además, pase lo que pase con Comunicación Audiovisual, cuenta con el colchón del título de técnico superior. Está en prácticas de realizador de televisión y no le importaría acabar dedicándose a ello.

Desinterés por Bachillerato o dudas al elegir carrera

A Paco no le atraía Bachillerato. Al terminar la ESO se inscribió en un grado medio de Instalaciones Frigoríficas y Climatización y se proyectaba trabajando en un plazo de dos años. Sus objetivos cambiaron cuando le avisaron, ya terminando el ciclo formativo medio, de que se iba a crear un grado superior relacionado. “Estaba en prácticas y por mi contacto con el mundo laboral me convencí de que era buena idea seguir con mi formación para abrirme todas las puertas posibles”, relata el joven, natural de Valderrubio, Granada.

En todas sus decisiones académicas rige la búsqueda de “la mejor opción”: continuar estudiando. Y, aunque “mucha gente” le ha cuestionado por qué no tomó la vía rápida del Bachillerato, está contento con su trayectoria. “No son años perdidos”, afirma rotundo. En su diana está Ingeniería Electrónica Industrial y se presenta a la Ebau confiado: ha estudiado en profundidad Matemáticas II y Física. Dibujo Técnico no tanto, pero lo dio en la FP.

Marta intenta no estar nerviosa, dice, según entra en la Facultad de Comercio de la Complutense. Tiene 20 años y cuenta con el título de Bachillerato y el de Técnica Superior de Administración y Finanzas. Se matriculó en la FP “para tantear”: su objetivo era la Universidad, pero no sabía qué estudiar y no quería matricularse de una carrera para luego descubrir que no era lo suyo. Al igual que los otros entrevistados por elDiario.es, esta madrileña rechaza considerar como “tiempo perdido” el estudio de ciclos formativos. Le ha servido para saber que quiere estudiar Administración y Dirección de Empresas, además de que es “un título más”: “Los grados superiores tienen muchísimas salidas”.

Adiós a la Ebau que conocemos

La Ebau de este año la estrenan La Rioja y la Comunidad de Madrid y Navarra será la primera en ofrecer una segunda oportunidad a sus estudiantes con la extraordinaria de junio. El resto deberá esperar a julio, menos en Catalunya, cuya convocatoria extra es en septiembre.

La mañana del lunes ha transcurrido con normalidad, más allá de una sorpresa a primera hora: estudiantes de la acampada universitaria por Palestina han desplegado una pancarta frente a los medios de comunicación y tras la vicerrectora de estudiante de la UCM, en ese momento en directo en Antena3. Han denunciado la “complicidad con un genocidio” de las universidades que “mantienen relaciones con el Estado de Israel”, según un portavoz.

Una vez en el aula, el estudiantado de Madrid se ha encontrado en su examen de Lengua con textos de Marian Rojas Estapé y Antonio Jiménez Barca. En Historia de España ha caído, como preguntas con más puntuación, los fundamentos ideológicos franquismo y un decreto de las Cortes de Cádiz. Santo Tomás y Rousseau han sido los pensadores para analizar en Historia de la Filosofía.

Entre las preguntas de estos exámenes ha habido algunas más teóricas —“Al-Ándalus: evolución política”— y otras más prácticas —“Explique brevemente el tipo de fuente, la localización cronológica y el contenido atendiendo a la siguiente imagen”—. Estas últimas son las que deberían primar en el nuevo modelo de Ebau, que se espera que se implemente ya en la próxima edición para dejar atrás la actual prueba, que no ha variado mucho en los últimos 40 años. Así lo establece la LOMLOE, que también aspira a una prueba lo más homogénea posible entre autonomías. “Estamos trabajando para armonizar los criterios de corrección, la tipología de las preguntas y el nivel de dificultad para lograr exámenes equivalentes”, cuenta Rosa de la Fuente, la vicerrectora de estudiantes de la Complutense. Preguntada por la velocidad de los cambios, pide calma: estos se hacen “progresivamente”.